Hace unos años atrás, David Byrne, el legendario cantante de los Talking Heads, escribió en una columna: “Si el 1% reprime el talento de Nueva York, me marcho de aquí”. A su vez, la poeta y cantautora Patti Smith aconsejó a las nuevas generaciones dejar la ciudad. “Nueva York se ha aislado de los jóvenes y los que están en apuros”, dijo Smith.
A pesar de los altos costos de vida, Nueva York tiene más artistas que nunca
Sin embargo, parte de esta población se está alejando de los vecindarios más tradicionales de la Gran Manzana.


Poca duda cabe de que Nueva York se ha vuelto prohibitivamente cara para muchos artistas —ya sean jóvenes o viejos— y también para personas de clase media y familias de clase obrera, y ni hablar de los pobres y de los verdaderamente desfavorecidos. Pero, según un estudio publicado por el Centro para un Futuro Urbano (una organización con sede en Nueva York) en realidad la ciudad es el hogar de más artistas que nunca.
En la década y media que abarcó de 2000 a 2015 (el apogeo del movimiento de retorno a la ciudad y el período en que los precios de vivienda de la ciudad entraron en un boom, se desplomaron y luego ascendieron a puntos máximos históricos), la comunidad artística de la ciudad creció al agregar 8,338 artistas, produciendo una tasa de crecimiento de un 17.4%. Por lo tanto, ya para 2015 hubo un total de 55,000 artistas en la ciudad. El estudio define a los artistas ampliamente como artistas visuales y artistas escénicos. Esto incluye artistas, actores, bailarines, músicos y fotógrafos. No incluye arquitectos, diseñadores, productores o escritores, quienes son considerados por los autores como parte de la economía creativa más amplia.
Pero el estudio también encuentra que los artistas se están desplazando de algunos de los antiguos vecindarios creativos de la ciudad. Siguiendo la tendencia histórica, ellos están buscando espacio en los lugares menos caros y la comunidad creativa en la ciudad de Nueva York se ha reducido en algunos vecindarios y ha crecido en otros.
Aunque distritos creativos establecidos como Greenwich Village, TriBeCa y Chelsea todavía ostentan de los números absolutos más grandes de artistas y personas creativas, sus filas de artistas se han reducido de manera significativa a lo largo de la década y media que fue examinada en el estudio.
Manhattan experimentó un descenso de un 10% en su población creativa entre 2000 y 2015. Chelsea y Hell’s Kitchen —una zona que ha florecido con condominios de lujo, tiendas elegantes y empresas tecnológica— tuvo el mayor descenso: un 28%. Más hacia el centro de la ciudad, el área que abarca Greenwich Village, Tribeca y el Distrito Financiero perdió un 24% de sus artistas y personas creativas. El Lower East Side y el Barrio Chino tuvieron un descenso de un 17% en su población de artistas. Turtle Bay, Murray Hill y Stuyvesant Town experimentaron un descenso con su población creativa que fue todavía más severo: un 37%. La cantidad de artistas en el Upper West Side —el barrio con el número mayor de artistas y personas creativas de cualquier tipo— bajó en una cantidad más modesta: un 2.5%.
Mientras tanto, la población artística de Nueva York ha ido cambiando de sede de manera significativa. Brooklyn es el punto cero de la gentrificación y tuvo un crecimiento de un 72% en artistas y en personas creativas entre 2000 y 2015. La población artística de Williamsburg y Greenpoint (ambos gentrificándose rápidamente) aumentó en un 75% desde 2000, si bien la población de artistas en estos dos barrios se ha estabilizado y realmente bajó durante los últimos años. La población artística de Fort Greene, Brooklyn Heights y Downtown Brooklyn aumentó en un 58%. Pero el crecimiento más dramático en Brooklyn ocurrió en vecindarios como Sunset Park (un crecimiento del 124%); North Crown Heights y Prospect Park (un crecimiento de un 114%); Bedford Stuyvesant (un crecimiento del 268%) y Bushwick (un crecimiento de un 1,116%, por mucho el aumento mayor registrado hasta la fecha). Sin embargo, hay que reconocer que algunos de estos vecindarios crecieron de unas poblaciones artísticas muy pequeñas en primer lugar; por ejemplo, la cantidad de artistas en Bushwick creció de sólo 150 en 2000 a 1,824 en 2015.
Ha habido un crecimiento aún más fuerte en partes de Queens y El Bronx. Queens ha experimentado un crecimiento de un 35% en personas creativas desde 2000 y el crecimiento más dramático se ha dado en las áreas que incluyen Astoria y Long Island City (un aumento de un 40%). El Bronx tuvo un crecimiento aún mayor, ya que su población artística duplicó entre 2000 y 2015. La cantidad de crecimiento en el área alrededor de Throngs Neck y Co-op City ha aumentado en casi un 300% desde 2000.
Con frecuencia se dice que los artistas y las personas creativas son la primera ola de gentrificación; y sin dudas el influjo de artistas coincide con el crecimiento del atractivo de un barrio, de los precios de vivienda en éste y también de sus alquileres.
Sin embargo, Manhattan sigue siendo el núcleo de la comunidad creativa de la ciudad: la isla alberga a más artistas que los demás cuatro condados juntos. Y, aunque muchos vecindarios en el Bajo Manhattan han tenido descensos bruscos en sus poblaciones artísticas, la cantidad de artistas y personas creativas en Central Harlem ha crecido en más de un 200% desde 2015. Lo que queda en bajo Manhattan es un conjunto de talla mundial de galerías de arte, museos y espacios artísticos que fácilmente pueden costear los crecientes alquileres. Estas galerías son piezas clave en el proceso de atraer al talento superestrella que a su vez causó esos crecientes alquileres y precios de vivienda.
En general, incluso con sus altos precios de vivienda, Nueva York sigue siendo el centro creativo líder del país. Sólo Los Ángeles se acerca en amenazar la preeminencia artística bien establecida de la Gran Manzana. Según indican investigaciones detalladas realizadas por la Oficina del Censo de EEUU, durante más o menos la última década se ha dado una migración creativa de Nueva York a Los Ángeles. De hecho, la economía artística y creativa quizás sea el mejor ejemplo de lo que yo llamo el “urbanismo de ganadores absolutos”.
Aunque la comunidad artística de Nueva York sigue siendo robusta, el reporte señala que el aumento en los precios de alquiler está teniendo efectos graves en los estudios y en los espacios de trabajo de los artistas, lo cual significa que hay menos lugares asequibles en donde los artistas puedan crear. El informe recomienda usar los miles de estudios artísticos e instalaciones de ensayo infrautilizados de las escuelas de la ciudad para así salvar la brecha. Esto no sólo brindaría espacios asequibles a los artistas en donde pudieran crear, sino que también forjaría relaciones más fuertes entre estos vecindarios y las comunidades creativas de la ciudad.
Al fin y al cabo, el verdadero problema que enfrenta Nueva York y otras ciudades superestrellas no es que se estén desplazando a los artistas y a las personas creativas. Es que se están desplazando a la gente de clase obrera, a la mayor parte de la clase media y particularmente a los menos privilegiados.
El estudio refuerza mi propia conclusión en The New Urban Crisis (La nueva crisis urbana) que si bien los precios están impidiendo que los artistas y las personas creativas más jóvenes y menos establecidas puedan vivir en los vecindarios de primera de la ciudad, hay pocas pruebas de que se estén mermando la creatividad e innovación de la ciudad.
Alastair Boone contribuyó trabajo periodístico a esta nota. Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.































