¿Qué significa el hogar? 16 grandes fotógrafos intentan responder esta pregunta

El proyecto colaborativo entre Fujifilm y la presitigiosa agencia fotográfica Magnum se titula, simplemente, Hogar . Ninguna otra palabra hubiera quizás captado el sentido, saturado como está el libro con lo que ese vocablo simboliza. El proyecto abarca todo el planeta, desde Italia hasta Australia, y cada obra fotográfica varía enormemente tanto en cuanto a la forma como al enfoque. Algunos optan por centrarse en las casas del pasado, otros en el presente; hay quienes captan la esencia de los habitantes de un hogar, mientras otros inmortalizan páramos vastos y silenciosos. Al interior de 277 páginas, el espectador se ve atrapado en el modo en que 16 artistas miembros de la reconocida cooperativa fotográfica visualizan lo que significa habitar un hogar, anhelarlo, o simplemente recordarlo.
Mayo Beach, Massachusetts, 2017 (Alex Webb/Magnum Photos).
Pauline Vermare curó la exposición inspirándose en el libro, la cual quedó inaugurada en la neoyorkina MILK Gallery a inicios de marzo y que será exhibida ahora en otros nueve países. Vermare escribe en la introducción del libro que un aspecto incisivo acerca de los fotoperiodistas es que, a menudo, se vuelcan a retratar las vidas y los lugares de otros, “precisamente porque necesitan conocer lugares distantes de casa en los que sientan que no pertenecen en lo más mínimo”. Pero en este libro de fotos hacen el ejercicio contrario, se vuelcan hacia sí mismos, y los lugares donde viven o se sienten arraigados.
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Ese ejercicio cuasi introspectivo se manifiesta en múltiples formas. Alec Soth fotografió lo que vio durante sus caminatas desde y hacia su estudio en Minneápolis: libros en una caja de cartón abandonada en el contén, enormes espacios de concreto detrás de edificios, una canoa cubierta por la vegetación. Las piezas de Mark Power, entretanto, están centradas en los preparativos de su hija, Chilli, que deja a su familia en Brighton, Inglaterra, para estudiar en Londres. Algunas imágenes son de la propia Chilli, o de diferentes miembros de la familia, al tiempo que otras representan pequeños detalles de la vida hogareña: pestañas postizas en un recipiente, un jarrón de flores medio muertas que arroja una gran sombra.
Minneapolis, Minnesota, 2017 (Alex Soth/Magnum Photos).
Cuando Moisés Saman oyó por primera vez del proyecto, pensó tomar las instantáneas en Tokio, donde reside. Pero, muy pronto se dio cuenta de que tenía que hacer algo distinto: “Me percaté de que quería aprovechar esta oportunidad para explorar un poco más la cuestión de mi origen”. Por esto decidió volver a Perú, país en que nació, pero donde pasó muy poco tiempo. “Fue algo extraño”, sostuvo Saman, “ya que pese a sentir cierta familiaridad con el lugar, era muy ajeno a mí”. Las obras resultantes capturaron desde llamas en las montañas hasta cocinas improvisadas y mercados. El foco de Saman no estuvo en una estructura particular o en el mundo dentro de ella, sino más bien en el país como un todo. Se quedó atónito ante la diversidad del Perú, tanto en términos geográficos como de su población.
Un hombre trabaja en Iquitos, Perú, 2017. (Moises Saman/Magnum Photos)
Por su parte, Thomas Dworzak viajó por todo el mundo –Bavaria, Georgia, Irán– para documentar los lugares que él mismo, alguna vez, llamó hogar: sitios que, como ángeles o demonios, no consigue olvidar. De Tblisi, capital de Georgia, Dworzak escribió unas líneas para el prefacio: “Me obligo a desaparecer por largos períodos, pero siempre habré de regresar. Pese a ello, sigo siendo un extranjero… Creo que nunca tendré el mismo nivel de comprensión, de lenguaje, de sentido del humor que cuando regreso a visitar a mi padre en ese paraje del que salí, desesperadamente, 30 años atrás”. Dworzak fotografió a su padre en el pueblo bávaro del que fue deportado de niño; su esposa en Teherán; sus amigos en Tblisi. Si bien incluyó en sus fotos imágenes del paisaje, está claro que, para él, el hogar lo constituyen quienes lo habitan.
Es imposible que “hogar” sea interpretado exactamente igual por todos, influidos como estamos por relatos, experiencias y ritos tan dispares: la forma en que la luz impacta la pared en torno a nuestra cena favorita, la curvatura que seguía la mejilla de la abuela, la manera en que nos sentimos cuando caminamos la misma calle por años Si algo prueba este libro de fotos es que hay disímiles vías de percibir de dónde venimos, y, por tanto, muchas más de representarlo.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com