Los ciclistas llegan más rápido y mejor a su trabajo

Un estudio de la Universidad McGill, en Canadá, dice que los usuarios de este medio de transporte llegan más pronto y se sienten con más energía que los conductores, peatones y pasajeros del transporte público.

London, United Kingdom - October 24th, 2011: Long exposure by King's Cross, of a cyclist waiting at the traffic lights.
London, United Kingdom - October 24th, 2011: Long exposure by King's Cross, of a cyclist waiting at the traffic lights.
Imagen Anatoleya/iStock

Con tantas opciones de medios de transporte —bicicletas, trenes, autobuses y automóviles—y tantas variables—costo, tiempo, distancia, tráfico, condiciones climáticas y de tránsito—nosotros, los nerds del transporte en CityLab, estamos constantemente reconsiderando las virtudes de una u otra forma de viajar.

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Pero he aquí una consideración con la que podríamos sentirnos identificados cuando discutimos sobre la mejor manera de llegar a la oficina: ¿Qué tipo de personas son más propensas a sentirse energizadas y llegar a tiempo?

Para responder esto, un nuevo estudio realizado por Charis Loong, Dea van Lierop, y Ahmed El-Geneidy de la Universidad McGill analizó los patrones de desplazamiento de los estudiantes, personal y miembros de la facultad de la escuela ubicada en el centro de Montreal, encuestando a 5,599 personas en el campus en 2013.

En la encuesta se les preguntó a los participantes cómo llegaban al campus —caminando, en bicicleta, en automóvil o mediante el transporte público—y se emparejaron esos patrones con sus respuestas a sobre si se sentían energizados y si sus viajes al trabajo impactaban negativamente la puntualidad.

Los investigadores también les pidieron a los encuestados que detallaran los factores explicativos como la distancia hasta el campus, la cantidad de tiempo que empleaban en los viajes, o el clima. Los resultados fueron publicados en Science Direct esta semana.

Una advertencia importante: el estudio no tuvo control de la demografía en su análisis. Los transeúntes en su gran mayoría fueron los estudiantes más jóvenes, mientras que los conductores en su mayoría fueron los profesores y miembros de la facultad de mayor edad, y los ciclistas y aquellos que utilizan el transporte público ocuparon el punto intermedio.

Las formas activas de transporte energizan a las personas

En general, un 36% de los encuestados dijeron sentirse energizados cuando llegaban al campus universitario. Los viajeros que condujeron o utilizaron el transporte público fueron ligeramente menos propensos a sentirse energizados (28% y 29%) y los viajeros que caminaron fueron ligeramente más propensos a sentir de esa manera (42%).

La mayoría de los ciclistas dijeron sentirse energizados después de su viaje, independientemente de las condiciones meteorológicas. Como muestra el gráfico anterior, ni siquiera la nieve desalentó a los intrépidos viajeros . Aunque las pequeñas cifras sesgan su entusiasmo, los ciclistas que soportan el clima frío y la nieve lo hacen con mayor energía que las personas que viajan en automóviles, trenes y autobuses climatizados.

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Cuando las personas utilizan vehículos de tracción humana tienden a ser mas puntuales

Algunos podrían pensar que los ciclistas y transeúntes deben ser tan relajados porque llegan al trabajo o las clases tarde, mientras que los conductores llegan cómodamente a trabajar, pero eso es un error.

Quienes usaron el transporte público, seguidos por los conductores, fueron más propensos a decir que sus viajes afectaban negativamente su puntualidad, asistencia o el número de horas de trabajo.

Los ciclistas y los transeúntes fueron menos propensos a informar que sus viajes afectaban negativamente su asistencia laboral, aunque un día nevado retrasa prácticamente a todo el mundo. Los pasajeros de autobuses fueron especialmente más propensos a tener viajes difíciles, lo cual se correlacionó con los largos tiempos de espera.

El tiempo de viaje podría no ser la mejor medida de cuán extenuante es un viaje

Para los viajeros de la Universidad McGill, los transeúntes tuvieron el menor tiempo promedio de viaje (aproximadamente 18.5 minutos), seguidos por los ciclistas (23.5 minutos), los conductores (32.5 minutos), y los pasajeros del transporte público (43.5 minutos).

Ese orden se voltea un poco si se tiene en cuenta quienes deben tener más precaución y salir con tiempo extra para asegurarse llegar a tiempo. Lod ciclistas reservaron el menor tiempo extra (5.10 minutos), seguidos por los transeúntes (5.80 minutos), los pasajeros del transporte público (13.77 minutos) y, por último, los conductores (17.03 minutos).

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Sin embargo, el estudio reveló que otros factores ajenos al tiempo de viaje afectaban la puntualidad y el nivel de energía de los pasajeros. La comodidad, la seguridad, la consistencia o la fiabilidad fueron igualmente importantes, o a veces más, a la hora de decidir si los viajeros se sentían listos para salir.

Para saber si los resultados del estudio de McGill pueden repetirse, tendremos que esperar y ver. Sabemos que no todos los viajes siguen los mismos patrones en todas partes: se puede ser un miserable ciclista en un lugar que tiene una infraestructura deficiente y la nieve puede afectar más a quienes van al trabajo en países diferentes a Canadá.

Este artículo fue publicado originalmente en CityLab.com.

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