Las fiestas silenciosas en el metro de Miami y lo que dicen de su transporte público

Mucha gente quiere participar, pero no todos caben en la "pista de baile" que ofrece el sistema de la ciudad.

Fiesta en la plataforma del Metromover.
Fiesta en la plataforma del Metromover.
Imagen Arts and Entertainment District

El pasado miércoles por la noche, unos 180 miamenses con auriculares de color neón se montaron en una silenciosa fila de vagones del Metromover, el sistema de metro elevado de la ciudad. A medida que entraban, sus oídos se llenaron de pegajosos ritmos tipo Motown, música trasmitida inalámbricamente por un DJ ubicado en una estación cercana. Bailaron sonrientes, a veces cantando y meneándose, mientras el Metromover recorría su circuito por las pocas millas de vías que tiene. Después de noveta minutos se bajaron de los vagones y el tren volvió al silencio.

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La iniciativa es el llamado “ Soul Train”, una “discoteca silenciosa” gratuita, organizada por inversionistas locales con la aprobación de la autoridades del transporte público del condado Miami-Dade. El evento tomó lugar en el Distrito de Arte y Entretenimiento, una nueva concentración de lofts, torres de departamentos, tiendas y sitios en una sección del centro de Miami que había caído en desuso.

A Nir Shoshani —el inversionista principal del distrito— le pareció que las vías elevadas del Metromover serían una manera excelente de poner en la vidriera su “aldea urbana”, para que los “millenials” (personas nacidas entre 1982 y 2004) la vieran. Este es justamente el segmento que quiere atraer como residentes. Shoshani también quería presentar el transporte público como uno de los beneficios principales de vivir en esa zona de Miami, una ciudad famosa por su amor al auto y torres de departamentos que parecen fortalezas.

“Muchas personas ni siquiera sabían que el Metromover es gratis”, Shoshani le dice a CityLab. “Lo usan poquísimo”.

Miamenses entrando en calor en el Metromover.
Miamenses entrando en calor en el Metromover.
Imagen (Arts and Entertainment District)

Al proyectar el Distrito de Arte y Entretenimiento, Shoshani y su socio Ron Gottesman presionaron a la ciudad para aprobar normas de zonificación de alta densidad y de uso mixto, esperando promover el ciclismo, el transporte público y andar a pie en el centro de la ciudad.

Tal vez parezca una retórica poco común para el área. Sin embargo, con el boom de la población y la construcción en Miami —particularmente en el centro de la ciudad —, aparentemente el transporte público —o al menos una menor dependencia en autos— se están volviendo populares (sin duda el nivel creciente del mar —gracias al cambio climático— es también un factor adicional en esta tendencia).

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Ejemplos de los cambios a favor una ciudad más fácil de andar sin autos incluyen los planes de la ciudad para hacer que Biscayne Boulevard sea más amena para peatones o una reciente ordenanza que redujo el espacio de estacionamiento requerido para nuevas viviendas. Otro ejemplo es la discusión en el condado para construir tres líneas de autobuses de tránsito rápido, así como los líderes locales que casi han pedido a gritos un nuevo sistema de ferrocarriles ligeros para luchar con la congestión masiva de la región. A pesar de que los buses experimentaron un descenso de casi un 6% en su uso entre 2014 y 2015, tanto el Metrorail como el Metromover han visto aumentos en su uso (1.5% y 0.2% respectivamente en el mismo periodo).


El optimismo en cuanto a un futuro más orientado hacia el transporte público también se debe a indicios de que los jóvenes no están conduciendo tanto como antes, debido a los problemas económicos y cambios de prioridades. “La nueva generación no está enamorada del auto”, dijo Carlos Giménez —alcalde del condado Miami-Dade— al periódico The Guardian en una entrevista hace un par de semanas atrás. “Están tan contentos de montarse en una vagón de tren o en un autobús o bien andar en un auto de Uber. Para ellos los autos son más bien un fastidio mientras que para nosotros fueron un lujo. Es una actitud diferente que estamos viendo cada vez más en esta comunidad”.

Imagen (Arts and Entertainment District)

Esa es la tendencia que Shoshani está tratando de explotar y explorar con Soul Train y el nuevo distrito. Y espera que los millenials sean una fuerza que empuje el transporte público en este Miami altamente congestionado, porque, hasta el momento, no ha habido mucha acción para mejorar las opciones. En los catorce años desde que los votantes aprobaron un aumento impositivo para financiar proyectos de transporte, sólo se ha completado una expansión importante (el Metrorail hacia el aeropuerto).

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“Miami ha estado diciendo mucho sobre las cosas correctas, por ejemplo, que debemos priorizar el transporte público”, dice Marta Viciedo, la cofundadora de la consultora miamiense Urban Impact Lab. “Pero sucede demasiado que, cuando se trata de poner manos a la obra, hay una enorme resistencia a cambiar esta cultura donde domina el automóvil”. La superposición de jurisdicciones en el área metropolitana de la ciudad, los gobiernos locales y los diseñadores del tránsito dificultan las decisiones respecto al transporte, de acuerdo a Viciedo: “[también necesitamos] cambiar el tipo de uso de la tierra, para que la densidad y la mezcla que necesita el transporte público realmente se construya”.

Quizás Soul Train es una buena metáfora sobre lo que está sucediendo en el transporte público de Miami estos días: mucha gente quiere bailar, pero no todos caben en la pista de baile. Queda sólo esperar que los líderes de Miami-Dade hagan más espacio, no sólo para los millenials que están pensando vivir en un loft en el centro, sino también para residentes de bajos ingresos en todo el condado. Ellos también se beneficiarán de mejor transporte público.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.