El gobierno quiere que tú también puedas detener la construcción de carreteras. Así es cómo puedes hacerlo

El Departamento de Transporte ha publicado una guía sencilla para ayudar a los ciudadanos dar sus aportes sobre proyectos.

Imagen Michael Theis/Flickr

Supongamos que tu departamento estatal de transporte quiera ampliar la carretera en tu vecindario. Es una idea horrenda. Promete traer más ruido, más contaminación y más cierres de calles. ¿Pero cómo les comunicas tu preocupación? El borrador del análisis del proyecto tiene miles de páginas y está lleno de jerga técnica que requiere años de estudio para entender. Los foros comunitarios son luchas mortales entre vecinos enojones e ingenieros respondiendo cada queja posible con más tecnicismos. Total, ¿para qué calentarse la cabeza? La carretera viene sin importar que uno proteste o no. Siempre sucede igual… ¿no?

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Idealmente, no. Hoy el Departamento de Transporte de EEUU publicó un “ Transportation Toolkit” o una guía sencilla para ciudadanos sobre el proceso del gobierno en cuanto a proyectos grandes de infraestructura y cómo uno puede participar. Junto con gráficos accesibles y diagramas de flujo, la guía repasa las líneas básicas de tiempo que normalmente siguen los proyectos de vías, trenes, puentes y aviación. También incluye los conceptos clave, entidades y leyes que conforman esos procesos y las mejores estrategias para que se escuchen las voces de los ciudadanos. Se podría decir que se trata de todo lo que querías saber sobre la planeación del transporte, pero que tenías miedo de preguntar.

Estos gráficos hacen parecer al proceso de planificación como a un juego de mesa (lamentablemente, un juego de mesa en inglés, ya que no están disponibles en otro idioma).

Consejos de los profesionales incluyen: participa ‘río arriba’, es decir, en una etapa más temprana de la planificación cuando “uno tenga mayores probabilidades de realizar cambios”. Si estás tratando de abogar por una solución alternativa a un problema de transporte, trata de pensar como si fueras el responsable del proyecto y preguntarte a ti mismo sobre costo, seguridad y ejemplos anteriores en que algo idéntico se haya logrado.

Además, trata de conocer los reporteros de los medios locales. Atraer la publicidad “puede alertar al público” y “ejercer presión en los responsables”, dice el manual.

Se trata de ideas bastante progresistas viniendo de una agencia que no hace tanto tiempo atrás estaba imponiendo la construcción de supercarreteras en ciudades a pesar de las objeciones de los que estaban en el camino de éstas. Las vidas de los responsables en cuanto a transporte a nivel federal y estatal serían más fáciles si no tomaran en cuenta las consecuencias humanas de la ingeniería de tráfico. Pero en años recientes el Departamento de Transporte ha puesto más énfasis en remediar los males de las políticas de transporte del siglo XX que con frecuencia “excluyeron o dividieron comunidades (…) particularmente para las poblaciones que dependían del transporte público en los vecindarios de minorías y de bajos ingresos”, dice la guía. Bajo el Secretario del Transporte Anthony Foxx, el departamento ha desarrollado retos especiales de diseño, academias de liderazgo y programas de subvenciones con el fin de salvar esas brechas. Esta guía les ayuda a los ciudadanos a desempeñar un papel en el proceso.

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“Necesitamos escuchar sus opiniones”, dice Stephanie Jones, Directora Ejecutiva de Oportunidades del Departamento del Transporte. “Necesitamos su participación. No se deben desalentar porque no conocen el proceso”.

Diagrama de flujo de financiamiento. (US DOT)

La guía es un resultado de la Iniciativa de Escaleras de Oportunidades del Departamento de Transporte y, aunque es un gran paso, no resuelve todos los problemas para una participación pública eficaz. Primero que nada, no está disponible en otro idioma aparte del inglés. Y la gente en cargos públicos también tiene bastante que aprender si van a acogerse al valor de reacciones de la comunidad mientras que mantienen el proceso de planificación lo más económico posible, lo cual es una tarea sumamente difícil.

Pero para los ciudadanos que están disconformes con el status quo, hay mucho valor en aprenderse el idioma del enemigo, por así decirlo. Incluso si no hay una ampliación de calle que actualmente esté poniendo en peligro al patio delantero de tu casa, vale la pena leerse la guía, particularmente en el caso de las personas obsesionadas con la planeación que se han desvelado al tratar de acordarse de qué es un FONSI, por ejemplo (se trata de un documento sobre que explica cuando un proyecto no tiene impactos medioambientales relevantes).

La publicación de este documento es significativa por otro motivo: representa algo que la administración entrante no puede deshacer. Elaine Chao —quien se espera será la Secretaria de Transporte bajo el presidente electo Donald Trump— probablemente pondrá menos énfasis en la igualdad de transporte que Foxx. Las subvenciones y programas dirigidos hacia corregir injusticias historias podrían desaparecer.

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Pero los ciudadanos pueden —y podrán— luchar para avanzar la justicia con el transporte. Y tal como la historia ha mostrado a cada rato, pueden tener éxito si saben cómo hacer las cosas estratégicamente. La guía es un pequeño fortalecimiento en ese sentido.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.