Todos sabemos lo cara que puede ser la vivienda en ciudades como Nueva York, San Francisco o Washington DC. Pero, ¿hasta qué punto esos costos altos consumen los sueldos de trabajadores en esas ciudades? ¿ Qué tipos de trabajadores y residentes son los más afectados?
Las 10 ciudades donde el sueldo de los trabajadores es verdaderamente más alto
Hanford (California) es donde los empleados de servicios tienen un poder adquisitivo más alto, con $41,510; Anchorage (Alaska) ocupa el primer puesto para los obreros, con $51,400.


Un reporte reciente de la Oficina de Estadísticas Laborales de EEUU nos ayuda a mejor entender los sueldos reales y los niveles de vida de trabajadores y familias a lo largo de las áreas metropolitanas del país. Este provee datos detallados sobre paridades regionales de precios (PRP), lo cual es el equivalente metropolitano de la paridad de poder adquisitivo. Las PRP nos dan una mirada a lo que los sueldos de trabajadores en realidad pueden comprar, en comparación con la norma nacional. Las PRP mayores de 100 indican que los bienes y los servicios son más caros que el promedio nacional, mientras que las PRP menores de 100 indican que son menos caros. Por ejemplo, la ciudad de San José en California tiene una PRP de 122, por lo que, al ajustar según este indicador, los sueldos de sus trabajadores bajan de un promedio de 75,770 dólares a 62,107 dólares.
La tabla siguiente muestra las 10 áreas metropolitanas con los sueldos promedios más altos, basado en el poder adquisitivo. Incluso con sus sueldos reducidos debido a la escala de PRP, San José todavía encabeza la lista. Sin embargo, centros tecnológicos más pequeños -entre ellos Durham en Carolina del Norte, Huntsville en Alabama y Springfield en Illinois- aparecen entre las 10 primeras áreas metropolitanas en cuanto a sueldos evaluados según las PRP. Algunas áreas metropolitanas con altos sueldos (y altos costos de vida) como San Francisco, Boston, Washington DC y Seattle aparecen en la lista, pero otras como Nueva York y Los Ángeles no logran a ser incluidas entre las primeras.
Estas cifras toman en cuenta tanto los trabajadores que ganan mucho y los que ganan poco. Sin embargo, la realidad es que la fuerza laboral estadounidense está dividida en tres grupos diferentes: las filas cada vez más reducidas de trabajos de clase obrera, los cuales constituyen aproximadamente un 20% de todos los empleos; los trabajadores bien remunerados del sector profesional, creativo y de conocimiento, el cual representa un tercio de todos los empleos en el país; y un grupo mucho más grande de trabajadores de servicios cuyos sueldos son más bajos. El último grupo consiste en trabajadores en servicios alimenticios y personales, así como en el comercio minorista, y constituye hasta un 45% de la fuerza laboral. Para entender mejor cómo son afectados los sueldos y sustentos, Charlotte Mellander -mi colega en el Martin Prosperity Institute o MPI- investigó los sueldos ajustados según el PRP de estos tres grupos de trabajadores en más de 350 áreas metropolitanas de EEUU. Taylor Blake (otro colega mío del MPI) creó un mapa de los resultados. En el mapa a continuación, las secciones de color morado oscuro representan las áreas metropolitanas con el mayor poder adquisitivo, mientras que las secciones de color azul claro representa las áreas con el menor poder adquisitivo.
Empecemos con la clase privilegiada de los trabajadores en los sectores respectivos de conocimiento, servicios profesionales y servicios creativos. Cuando se ajustan sus sueldos según la PRP para tomar en cuenta su poder adquisitivo, estos trabajadores se ganan unos excelentes sueldos de entre 83,000 a 93,000 dólares en las 10 principales áreas metropolitanas del país. Las ciudades estrellas como San José y San Francisco encabezan la lista, seguidas por centros tecnológicos más pequeños como Durham y Huntsville. También están los centros energéticos de Houston, Midland y Odessa en Texas, así como Charlotte en Carolina del Norte. Hartford, Connecticut, y Peoria, Illinois, completan la lista, pero es notable que Nueva York y Los Ángeles no llegan a formar parte de la lista de las 10 primeras ciudades en este aspecto.

El próximo mapa y la tabla correspondiente destacan las áreas metropolitanas donde los trabajadores de servicios tienen más poder adquisitivo. Incluso en estas 10 áreas metropolitanas principales, los trabajadores de servicios ganan menos de la mitad (entre 35,000 y 42,000 dólares al año) de lo que ganan sus homólogos de la “clase creativa” en las 10 áreas metropolitanas más favorables para ese grupo de trabajadores. Lo que llama la atención es que, si bien hay sectores morados en las costas del país, ninguna área metropolitana con un alto costo de vida se pudo incluir en la lista. Los sueldos relativamente altos de los trabajadores de servicios son totalmente consumidos por los costos altos de vida en las ciudades más caras. El alto costo de vivienda es uno de sus principales problemas.
Las áreas metropolitanas donde los trabajadores de servicios tienen las mejores condiciones financieras son ciudades con antecedentes industriales, como Springfield y Danville en Illinois, y Akron y Cleveland en Ohio. La lista también incluye unas cuantas pequeñas áreas metropolitanas en California, así como Charlotte, en Carolina del Norte, y Hartford y Trenton en la Costa Este del país.

El próximo mapa y la tabla correspondiente muestran el poder adquisitivo de la clase obrera. En estas áreas metropolitanas la clase obrera gana entre 48,000 a 51,000 dólares al año, según la escala de PRP. Estos obtienen mejores sueldos más que la clase de los trabajadores de servicio, pero mucho menos que la clase creativa en sus 10 áreas metropolitanas más favorables. De nuevo, lo que llama la atención es que cuando se toman en cuenta los costos de vivienda y vida, en las áreas metropolitanas más caras los trabajadores de clase obrera se están quedando atrás. Los 10 primeros lugares donde los trabajadores de clase obrera tienen las mejores condiciones financieras tienden a ser las áreas metropolitanas con economías basadas en recursos y energía. Dos áreas de Alaska - Anchorage y Fairbanks- encabezan la lista, seguidas por Houma-Bayou Cane-Thibodaux, en Louisiana, así como Midland, Beaumont-Port Arthur y Lake Charles, Texas.

Estos mapas muestran la brecha creciente entre trabajadores estadounidenses tanto dentro de las áreas metropolitanas como a lo largo de las mismas. Si bien un tercio privilegiado de trabajadores en los sectores creativos, profesionales y de conocimiento gana más de lo suficiente para compensar los costos más altos de vivienda en las áreas metropolitanas caras, la clase obrera y (hasta cierto punto) la clase de servicios se están quedando más rezagadas en cuanto a sueldo en los caros pasillos ubicados en cada costa del país.
Para explorar más lo que esta detrás de estas brechas crecientes, Mellender llevó a cabo un análisis básico de correlación que demuestra la relación entre los sueldos ajustados según el PRP para estas tres clases de trabajadores y las características demográficas y socioeconómicas clave de las áreas metropolitanas estadounidenses. Como siempre, les recuerdo que la correlación no implica la causalidad y sólo señala que existe una relación entre variables. Sin embargo, el análisis señala varios factores clave detrás de estas brechas.
Encontramos que los sueldos anuales promedios de las tres clases son más altos en áreas metropolitanas que son más grandes, más densas, más basadas en tecnología, más pudientes y que tienen mayores niveles educativos. Pero cuando se ajustan estos sueldos para tomar en cuenta el poder adquisitivo, el patrón cambia de manera considerable y podemos ver cómo el panorama resultante mayormente se relaciona con la clase creativa privilegiada. Los sueldos de la clase creativa se mantienen considerablemente más altos en ciudades más grandes, más densas, más caras y con economías más basadas en el conocimiento. Cuando se ajustan según el poder adquisitivo, los sueldos de la clase creativa se mantienen correlacionados positiva y significativamente con los tamaños de las áreas metropolitanas (.45), la industria de alta tecnología (.48) y los costos mensuales de vivienda (.26).
Cuando se trata de la clase de servicios, las correlaciones con el poder adquisitivo son mucho más débiles que las que existen con la clase creativa. Con la mayoría de las variables las correlaciones son la mitad de las de la clase creativa: por ejemplo, las correlaciones entre sueldos y población y sueldos y la industria tecnológica son de .27 en ambos casos. Además, con frecuencia las correlaciones para los sueldos ajustados de la clase obrera son negativas y significativas (por ejemplo, -.13 para el tamaño de población y -.17 para los costos de vivienda), lo cual señala que sus miembros se encuentran en peores condiciones en áreas metropolitanas más grandes, densas y caras.
Este análisis tiene otro aspecto interesante y tiene que ver con la clasificación geográfica de las tres grandes clases económicas. En los lugares donde la clase creativa es más grande, sus sueldos ajustados según el poder adquisitivo también son más altos. Entonces en lugares donde hay una mayor concentración de la clase creativa, sus miembros tienden a estar en mejores condiciones financieras. Y, a pesar de que le va peor a la clase obrera en las áreas metropolitanas más caras, a sus miembros les va mejor en áreas metropolitanas donde los trabajadores de clase obrera forman un mayor porcentaje de la fuerza laboral.
Probablemente esto refleje el hecho de que la clase obrera está concentrada en partes especificas del país que se encuentran fuera de los centros caros donde se encuentra la clase creativa. Sin embargo, a los miembros de la clase de servicios les va peor incluso en áreas metropolitanas donde ellos forman un porcentaje grande de la fuerza laboral. Es probable que esto se deba en parte al hecho de que la clase menos privilegiada de servicios depende por lo menos en parte de estar al lado de los trabajadores más privilegiados de los sectores profesionales, creativos y de conocimiento quienes generan la demanda para los servicios de estos trabajadores.
A fin de cuentas, la geografía de clases de Estados Unidos sigue clasificándose en un patrón distintivo e inquietante de ganadores y perdedores.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com









