En Los Ángeles, las mansiones están conduciendo a la extinción de los bosques urbanos

Los hogares más pequeños de los años 50 no entorpecían la vida de los árboles, pero las nuevas grandes casas están generando pérdidas que no han podido ser contrarrestadas por las políticas públicas.

La expansión urbana está generando cambios severos a las áreas verdes de la ciudad.
La expansión urbana está generando cambios severos a las áreas verdes de la ciudad.
Imagen trekandshoot/iStock

Los bosques urbanos están valorados en miles de millones de dólares, debido a su capacidad para purificar el aire, refrescar las altas temperaturas de las calles, depurar los desechos y, algo no menos importante, hacer subir los valores de la propiedad. Es por ello que muchas ciudades en Estados Unidos están luchando denodadamente por incrementar su población.

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Sin embargo, un reciente estudio realizado por la Universidad del Sur de California concluyó que las ciudades y los árboles pudieran gozar de una mejor relación si se conservara la menguante cobertura foliar existente. La cubierta arbórea decayó a niveles alarmantes en las 20 mayores ciudades de Los Ángeles entre 2000 y 2009. En esa época, las autoridades habían llamado a plantar más, pero esta política inmobiliaria no fue bien aplicada. Las tradicionales residencias compactas comenzaron a transformarse en las llamadas McMansions, enormes casas producidas en masa y con materiales de mala calidad. En el proceso, cientos de árboles desaparecieron.

De manera particular, esta investigación –llevada a cabo por los investigadores Su Jin Lee, Travis Longcore, John P. Wilson, y Catherine Rich de Urban Wildlands Group– asigna un papel positivo al desarrollo suburbano de los cincuentas en términos de salud ambiental. Durante la postguerra, las casas construídas ( bungalows) pudieron haber sido percibidzs como la encarnación del mal desde el punto de vista de las dimensiones de una vivienda, pero los autores sostienen que estas unidades eran de hecho muy respetuosas del entorno natural, en especial de los árboles y el pasto. En ellas imperaban “valores culturales como la apreciación de la vegetación y la protección contra el sol”. Investigaciones previas por su parte han mostrado que esta misma apreciación contribuyó a que se diera un impulso general en la cubierta arbórea entre los veintes del siglo pasado y 2006, en particular en algunas zonas de Los Ángeles, como consecuencia en gran medida de plantaciones en terrenos privados.

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En cambio, la tendencia se invirtió durante la primera década del siglo XXI. Revisando el impacto de los lotes residenciales por medio de imágenes satelitales y datos extraídos de la oficina del tasador del condado de LA, los investigadores encontraron que cerca de un tercio de la cubierta vegetal existente desapareció durante la 'mejoría' de la vivienda unifamiliar promedio entre 2000 y 2009. En ese período, un 9% adicional de los lotes residenciales en esas 20 ciudades –muestra del estudio– sintió el impacto del desarrollo expansivo de la vivienda, por lo que la cobertura arbórea decreció cerca de un 14%.

Reducción en los cobertizos verdes entre 2000 y 2009 en vecindarios a través del condado de Los Ángeles. Entre más oscuro, mayor disminución (Urban Forestry and Urban Greening).

Estos patrones se mantienen con pocas variaciones para todo el rango de ingresos. Los autores suponen que ese incremento de las superficies pavimentadas y la pérdida de árboles en las áreas más pobres de Los Ángeles podrían ser el resultado de la eliminación de árboles o la densificación, mientras que la causa en las zonas más ricas pudo haber sido el desarrollo especulativo y la expansión de las casas, exagerando las dimensiones de las viviendas unifamiliares hasta alcanzar índices de superficie demenciales.

Irónicamente, en 2006, el entonces alcalde Antonio Villaragosa lanzó la campaña Million Trees LA con el propósito de estimular a los propietarios de viviendas a que plantaran más árboles, una iniciativa que derivó en una práctica compartida entre los sectores privado y público, conocida como City Plants. Esfuerzos como estos demuestran un sentimiento admirable, remarcan los autores, pero cualquier efecto que pudieron haber generado en materia de aumentar los espacios verdes en Los Ángeles “fue más que contrarrestado por la tala de árboles en función de complacer la voracidad expansiva inmobiliaria”.

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El estudio arroja incluso más luz sobre cuán profunda es la desconexión entre las políticas y la realidad al interior de los bosques urbanos de Los Ángeles: comparando los datos y las imágenes satelitales, los autores descubrieron involuntariamente “aumentos generalizados de espacios ocupados por edificaciones en terrenos donde ningún incremento legal en superficie cuadrada había sido reportado al tasador del condado”. Esto es preocupante desde una perspectiva fiscal: los incrementos en las dimensiones de las propiedades son una de las pocas oportunidades que tienen los gobiernos locales en California para recaudar más fondos públicos, y, aparentemente, el condado de Los Ángeles ha sido pasado por alto.

Para decirlo más claramente, la tala y la escasez generalizada de árboles socavan la capacidad de la ciudad para “adaptarse a las crecientes temperaturas urbanas, gestionar el agua pluvial, y mantener un equilibrio natural que se traduzca en calidad de vida”, indican los autores.

El auge inmobiliario devorador de árboles de principios de los 2000 pudo haberse ralentizado durante la recesión, pero la recuperación económica de los últimos cinco años ha visto cómo los precios de las casas y su construcción han vuelto a repuntar. De ahí que los tamaños de estas hayan vuelto a crecer, y la pérdida de la cubierta forestal resultante – junto con la pérdida por sequía y plagas de bosques poco desarrollados– es poco probable que merme. Frente a ello, los esfuerzos por plantar árboles pueden parecer poca cosa. Las ciudades comprometidas con el desarrollo de espacios verdes tal vez deseen comenzar por rastrear esos árboles perdidos a raíz de las nuevas construcciones, y apuntalar lo que ya tienen.

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Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.