Los adultos mayores también pueden ser víctimas del bullying: qué hacer ante el acoso en hogares de cuidado

Estos patrones de comportamiento y maltrato no son exclusivos de las escuelas. Muchas comunidades de vida asistida también enfrentan el problema. La comunicación abierta y la compasión son claves para solucionarlo.

Video El bullying, una forma de maltrato poco atendida entre los adultos mayores

Hace unos años, una excompañera de trabajo recibió una llamada informándole que su abuela había tenido una pelea: había golpeado a otro adulto mayor en su residencia y el director necesitaba que un miembro de su familia viniera a calmarla. En el momento, algunos colegas se rieron: “¡Eso es abuela! ¡Vaya manera de tomar cartas en el asunto!”, exclamaron. Pero resultó que el "asunto” era serio. Fue un claro ejemplo de un problema generalizado que hay en comunidades de vida asistida: el acoso.

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La idea de que el acoso exista entre los adultos mayores puede sorprender a muchos y a menudo pasa desapercibida o no se aborda en las comunidades de vida asistida. Pero un estimado de 10% a 20% de los residentes en estos centros, en hogares para adultos mayores y centros de cuidado son maltratados por sus compañeros, según un artículo de la Asociación Estadounidense de Personas Retiradas (AARP por sus siglas en inglés) que cita a un gerontólogo de la Universidad Estatal de Arizona.

Los victimarios también son víctimas

Según David Cole, director de Welbrook Senior Living en Santa Monica, California, los incidentes de acoso ocurren en estos entornos en igual proporción que lo harían en cualquier vecindario, familia o escuela.

Entonces, cabría preguntar: si muchos de nosotros sobrevivimos al acoso en la escuela secundaria, ¿por qué es importante enfrentarlo a medida que envejecemos?

Las razones del acoso varían. Algunos residentes lo hacen para tratar de recuperar cierta apariencia de control sobre sus vidas o una sensación de estatus que experimentaron en el pasado. Algunos intentan hacer frente al inminente declive de la salud al aislar a los pacientes más débiles. Otros pueden haberse vuelto física o verbalmente abusivos como resultado de la demencia u otros cambios cognitivos.

Algunas veces el acoso continúa después de la secundaria.
Algunas veces el acoso continúa después de la secundaria.
Imagen iStock

¿Tienes a un ser querido que está siendo acosado en una instalación de vida asistida, o que podría estar acosando a otros residentes? De ser así, ¿qué puedes hacer al respecto? Te damos cinco consejos.

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1. Pregunta: si tu ser querido está buscando comunidades de vida asistida o ha estado en una durante mucho tiempo, ten como prioridad preguntarle al director de la comunidad sobre el tema del acoso. Indaga en qué tipos de incidentes han ocurrido y cómo se han tratado. ¿La comunidad toma un enfoque proactivo para prevenir el acoso? ¿Qué pasos se han implementado para empoderar a los residentes para que denuncien si están siendo acosados? Este asunto es demasiado importante para dejarlo al azar. Conoce bien el contexto antes de que ocurra un incidente de acoso.

2. Mira y escucha: ¿Está tu familiar evitando espacios compartidos como comedores y salas de televisión? ¿Lo ves menos dispuesto a participar en actividades grupales? Estas son las dos señales de que la persona puede ser el blanco de acoso. Si sientes que está ocurriendo, acude directamente al director de la instalación para discutirlo. De hecho, según Cole, las figuras de autoridad deben hacer que los esfuerzos contra el acoso sean una prioridad en toda la comunidad para que los residentes más débiles siempre se sientan seguros y protegidos. “Hay algunas cosas que no se pueden asignar a otro personal. Deben venir desde 'arriba' para ser tomadas en serio”, dice.


3. Enfrenta la conducta de acoso en tiempo real: si observas que un residente acosa a alguien —a cualquier persona— comunica el comportamiento inmediatamente a los líderes de la comunidad. El hostigamiento debe ser confrontado en el momento para que los residentes sepan que siempre estarán protegidos y atendidos. Permitir que las situaciones “se desarrollen” y abordarlas más adelante creará la impresión de que a veces se permite el acoso. Incluso si tu familiar no fue el destinatario del comportamiento, eventualmente podría serlo si se tolera. Tanto los visitantes como los residentes tienen la responsabilidad de mantener a la comunidad segura informando del acoso cada vez que ocurre.

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4. Ten compasión: tanto con el acosador como con la víctima. Ya sea que tu ser querido esté siendo acosado o sea el perpetrador, intenta comprender que la transición a un centro de atención puede ser difícil. El acoso es un síntoma externo de un problema emocional más grande. Cuando el personal o los familiares y residentes se toman su tiempo para descubrir cuál es el problema, están un paso más cerca de resolverlo.

5. Busca un equipo de apoyo: Cole recomienda pedir a los líderes crear un equipo de apoyo de residentes con personas dispuestas a brindar cuidados, a fin de ofrecer una guía amorosa, amistad y apoyo a los residentes que se están “perdiendo”.

No necesitas esperar hasta que tu ser querido se vea afectado por el acoso para protegerlo. Habla al respecto. Enfréntalo. Después de todo, es posible que te encuentres en una situación similar algún día. Es lo que querrías que tus hijos hicieran por ti.

*Jess Stonefield es colaboradora en temas de envejecimiento, atención a personas mayores, y economía de longevidad para publicaciones como Forbes.com, Entrepreneur y CNN Money.

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