WASHINGTON DC – El hispano Carlos Castro no siempre fue el dueño: cuando llegó a Estados Unidos empezó desde abajo, lavando baños, pero no se mantuvo en ese puesto por mucho tiempo, todo gracias a su persistencia y esfuerzo. Univision Washington DC conversó con él para conocer su inspirador testimonio.
Hoy es dueño de varios supermercados, pero empezó lavando baños: la inspiradora historia de Carlos Castro
Carlos Castro no siempre fue el dueño: cuando este hispano llegó a Estados Unidos en 1980 empezó desde abajo, lavando baños, pero gracias a su persistencia y esfuerzo avanzó en su carrera hasta ponerse en la cima de su propio negocio.

"Mi primer trabajo fue hasta que vine al área de Washington que era mi destino final a lavar baños a una restaurante. Después pasé a ser lavaplatos, subí de categoría verdad. Y después de ayudante de cocina, un poquito más arriba y así", cuenta Castro.
Carlos Castro llegó desde El Salvador en 1980 y siempre tuvo claro su objetivo. “Lo principal es ser conscientes de dónde estamos parados y para dónde vamos. Hay que tener clara la meta final”, sostiene el hombre que ahora es dueño de dos supermercados en el DMV.
Creía que vivir a la orilla del agua era un lindo sueño. Solo eso. "De niño, cuando miraba a la gente poderosa que tenía sus casas a la orilla del agua y que era muy lindo como un paraíso siempre soñaba con eso. No creo que soñaba que yo le iba a conseguir, pero siempre estuvo mi mente como algo que yo hubiera deseado tener", admite sonriendo ante las cámaras de Univision Washington DC.
Carlos Castro empezó lavando baños, pero no lo hizo por mucho tiempo
Los obstáculos no fueron más que un motivo para no desistir de sus sueños, y con ellos en mente luego empezó a lavar platos y se convirtió más tarde en ayudante de cocina.
Carlos Castro recuerda que fue un negocio muy pequeño la primera cortina que levantó por sí mismo, y no había más que dos empleados, su esposa uno de ellos.
"Le íbamos preguntando a todos los clientes qué era lo que ellos necesitaban y en una lista íbamos anotando todos los productos que la gente pedía. Y así fue como fuimos pidiendo más mercadería y fue como fuimos creciendo, ya de la tienda chiquita en la misma plaza nos mudamos a un local más grande", cuenta su esposa Gladys de Castro.
Un negocio en el que el corazón suplía la falta de espacio 1,200 pies cudrados, porque tocaba hacer de todo un poco para poder ir creciendo día con día, hasta que nació una pequeña cadena de supermercados en el DMV en la que, de dos, pasaron a cerca de 200 trabajadores.
"Finalmente, los dos supermercados que tenemos tienen 65,000 pies cuadrados cada uno", comenta Castro.
La de Castro y su familia es una muestra más de que el éxito es una combinación de disciplina, arduo trabajo y persistencia, y de esas que inspira a la comunidad hispana a saber que siempre se puede salir adelante.
Te recomendamos
Notas Relacionadas




.jpeg&w=1280&q=75)
.jpeg&w=1280&q=75)
.jpeg&w=1280&q=75)


