SAN FRANCISCO, California. – Un grupo de sobrevivientes del tiroteo masivo ocurrido en el Festival del Ajo del norte de California el pasado mes de julio presentaron una demanda contra los organizadores, alegando que las pobres medidas de seguridad en el evento permitieron que el atacante abriera fuego contra la multitud dejando un saldo de tres muertos y 17 heridos.
“Tendré secuelas a largo plazo”: sobrevivientes del tiroteo en el Festival del Ajo demandan a los organizadores
Cinco de los heridos de bala durante el evento en el norte de California acusan a los organizadores de implementar medidas de seguridad deficientes que le permitieron al atacante abrir fuego y matar a tres personas, además de herir a otras 17.
La querella fue presentada este martes en la Corte Superior del condado de Santa Clara por el despacho legal Scarlett Law Group, que representa a cinco de las víctimas que recibieron múltiples heridas de bala y cuyas vidas estuvieron en riesgo: Wendy Towner, Francisco Aguilera, Nick McFarland, Justin Bates y Brynn Ota-Mathews.
En el documento legal, los quejosos acusan a la Asociación del Festival del Ajo de Gilroy y a la compañía First Alarm Security & Patrol de incurrir en negligencia en la implementación de las medidas de seguridad para el evento, como no contar con un perímetro de seguridad alrededor de Christmas Hill Park ni con el número suficiente de guardias propiamente entrenados para responder a un ataque.
Victimas del tiroteo en el festival del ajo presentan demanda contra el festival. Una pareja que resultó herida dice que les ha tocado pagar casi de $4 millones en costos médicos. #garlicfestival #gilroy @noticias14 pic.twitter.com/HrukMle8Dx
— Miguel Gómez (@miguelgomeztv) November 12, 2019
Los abogados de los demandantes señalaron que los organizadores del Festival del Ajo “debieron saber que un tiroteo era uno de los riesgos latentes”, pero fallaron en realizar un análisis detallado de las amenazas del lugar y el endeble cerco que colocaron alrededor del terreno “le permitió al agresor entrar al festival sin ser detectado”.
“Los residentes de Gilroy saben que te puedes saltar la cerca y entrar gratis (al evento). Obviamente las medidas de seguridad fueron penosamente deficientes. Los organizadores del festival tienen el deber de proteger a sus asistentes de la previsible y peligrosa amenaza de un pistolero”, dijo Randall H. Scarlett, abogado de los sobrevivientes.
Según la demanda, las anticuadas cláusulas del contrato entre la ciudad de Gilroy y los organizadores del festival para usar los terrenos del Christmas Hill Park, no contemplan los peligros asociados a realizar eventos de esa magnitud en los tiempos actuales y deben ser revisitadas para poder responder a los peores escenarios, incluidos los ataques terroristas.
A través de un comunicado, la Asociación del Festival del Ajo de Gilroy señaló que la demanda “era esperada” y que “responderán a través de los canales legales apropiados”.
Momentos de caos
En las más de 30 páginas presentadas ante la Corte Suprema del condado de Santa Clara se relatan los momentos de caos por los que atravesaron varios de los sobrevivientes al tiroteo masivo del pasado 28 de julio.
Los abogadores dijeron que ante la falta de personal médico o de primeros auxilios, otros asistentes del festival fueron quienes ayudaron a dos de las víctimas, Wendy Towner y Francisco Aguiler, además de que se vieron forzados a usar agua mezclada con cloro para limpiar las heridas de la mujer baleada.
Por si eso hubiera sido poco, la falta de ambulancias en el lugar obligó a que Wendy, Francisco y Brynn Ota-Matthews fueran llevados a un hospital en vehículos civiles, sin embargo, ese traslado se prolongó por más de una hora pese a la necesidad inmediata de recibir asistencia médica.
“Comencé esta demanda porque muchas de las víctimas y yo tendremos problemas de salud de largo plazo derivados de nuestras heridas y no quiero que esto le pase a nadie más. La gente que promueve grandes eventos como el Festival del Ajo debe proteger a sus voluntarios, vendedores y visitantes por igual”, dijo Wendy Towner.
Para víctimas como Wendy y Francisco, las secuelas del tiroteo no solo son de salud, sino también económicas. Sus abogados compartieron que las cuentas médicas para ambos han llegado a los 4 millones de dólares, aunque no especificaron qué cantidad ha sido absorbida por su seguro. Además, desde que ocurrió el tiroteo, han tenido que asistir al doctor tres veces por semana y su condición física no les permite trabajar.
El despacho legal Scarlett Law Group prevé presentar una demanda también contra la ciudad de Gilroy y actualmente se encuentra en el proceso de interponer una queja gubernamental, que es uno de los requisitos para poder iniciar una querella legal contra un gobierno local.
Terrorismo interno
El FBI continúa investigando el incidente como un caso de terrorismo interno pero sigue sin hacer oficial el motivo del ataque, esto pese a que a principios de agosto confirmaron que Santino William Legan estaba explorando “ideologías violentas” y que tenía “una lista de objetivos” que, además del Festival del Ajo en Gilroy, incluía a edificios federales y tribunales de justicia, así como varias organizaciones políticas y religiosas.
“Nuestra recopilación y revisión de archivos digitales en el caso continúa y estamos teniendo acceso a distintos dispositivos. Aún no tenemos una conclusión definitiva sobre las motivaciones del atacante, sin embargo, hemos encontrado evidencia de que el pistolero estaba explorando ideologías violentas”, dijo un agente federal en una rueda de prensa el pasado 6 de agosto.
De acuerdo con el FBI, esas corrientes de pensamiento no estaban bien definidas y Legan “tenía intereses en varias ideologías violentas que eran opuestas”, razón por la cual los investigadores federales aún intentan determinar si el atacante había elegido alguna en particular y siguen buscando a personas con las que pudo haber tenido contacto. “Con quién había hablado sobre estas ideologías, si alguien sabía de sus intenciones con anticipación o si lo ayudar a planear este acto violento”, señalaron.
El hallazgo de la lista de objetivos -que el FBI hizo en conjunto con la Policía de Gilroy- fue uno de los factores principales que les permitió abrir la investigación sobre terrorismo interno. Sin embargo, la Oficina Federal de Investigaciones decidió no revelar los nombres de las organizaciones que el atacante enlistó como potenciales objetivos y se limitaron a decir que “se encuentran a lo largo y ancho del país”.
Además, la cantidad de municiones que la Policía de Gilroy encontró en la maleta que Santino William Legan abandonó en Christmas Hill Park reforzó la teoría de que planeaba realizar un ataque masivo. De igual forma, en el cateo en la casa que Legan habitaba en Walker Lake, Nevada, se hallaron artículos que indicaban que el pistolero intentaba causar el mayor daño posible en el evento que cada año recibe a miles de visitantes de todo California.











