SAN FRANCISCO, California. – Afuera de la oficina del Alguacil de San Francisco lo esperaban familiares, amigos y medios de comunicación. Al cruzar la puerta, la vida le sonrió nuevamente: Joaquín Ciria recuperaba su libertad luego de pasar tres décadas preso por un asesinato que no cometió.
“Sin Dios no se puede lograr”: hispano sale de la cárcel tras tres décadas preso por un homicidio que no cometió
Joaquín Ciria salió este miércoles de la cárcel de San Francisco luego de que el pasado lunes un juez revirtiera su sentencia. El inmigrante cubano pasó los últimos 32 años de su vida luchando por su libertad.

En momentos abrumado por la emoción, pero siempre guardando la compostura, el inmigrante cubano habló ante medios de comunicación y agradeció el apoyo de todos los involucrados en su liberación.
“Quiero agradecer primero a Dios, porque Dios puso a la gente en mi camino para que esto pasara. Dios es grande. Sin Dios no se puede lograr esto. Esto es una cosa que se ha logrado con el esfuerzo de t odas las personas que estuvieron envueltas en esta odisea”, dijo.
Ciria tenía 29 años y acababa de convertirse en padre de un niño que tenía apenas seis semanas de nacido cuando en 1991 fue sentenciado por homicidio. Al hablar sobre la lucha para conseguir su liberación, le es difícil encontrar las palabras para describir lo que siente.
“Es un sentimiento que no puedes expresar, no importa cómo lo intentes, no es posible expresarlo por completo”, señaló.
Lo que sí pudo encontrar fueron palabras de agradecimiento para todos los involucrados con su caso, entre ellos la Comisión de Inocencia de la Fiscalía de San Francisco, el procurador Chesa Boudin y a los abogados del Proyecto de Inocencia del Norte de California.

Las inconsistencias en el juicio de Joaquín Ciria
El caso de Joaquín Ciria, ahora con 61 años, fue el primero revisado por la Comisión de Inocencia de la Fiscalía de San Francisco desde su creación. Tras cuatro meses de investigación, lograron convencer al procurador Chesa Boudin que el inmigrante cubano fue “sentenciado con base en falsos testimonios”.
Desde el comienzo, el juicio contra Ciria estuvo plagado de inconsistencias. En primer lugar, aunque nunca existió evidencia física que lo vinculara al tiroteo, los inspectores de la Policía de San Francisco se empeñaron en comprobar que Ciria era el pistolero con base en “rumores de la calle” y el testimonio George Varela, quien falsamente dijo que él había manejado el vehículo en el que huyeron.
El falso testimonio de Varela fue tal vez la parte más crucial en el caso y lo que le costó 32 años de libertad a Joaquín Ciria. El hombre, quien conocía a Joaquín, tenía entonces apenas 18 años y bajo presión de la Policía testificó en su contra a cambio de inmunidad total.
Pero lo que el juez no escuchó durante le juicio fue la presión extrema a la que la Policía sometió a Valera para identificar a Ciria como el pistolero. Si no lo hacía, enfrentaba la amenaza de que le presentaran cargos criminales relacionados con el homicidio.
“El juez no escuchó la evidencia de un sospechoso alternativo ni que Ciria tenía una coartada, esto pese a que dos personas estaban disponibles y dispuestas a testificar en su favor”, señala el reporte de la Fiscalía presentado este lunes.
Si hoy volvieran a enjuiciar a Joaquín Ciria, ¿qué pasaría?
Luego de revisar el caso, el juez Brendan Conroy ofreció a la Fiscalía realizar un nuevo juicio para Joaquín Ciria, pero los procuradores decidieron que los cargos contra el hispano fueran retirados.
Y aunque este se llevara a cabo, la Comisión de Inocencia confía en que los nuevos elementos absolverían de igual forma a Ciria.
Entre los testimonios que un nuevo jurado podría escuchar están el del mejor amigo de la víctima, quien además de conocer a todos los involucrados, también presenció el homicidio de Felix Bastarrica e identificó a otra persona como el principal sospechoso.
Esa persona nunca testificó en el primer juicio contra Joaquín.
Los miembros del jurado también podrían conocer a detalle la coartada del acusado y a dos testigos cercanos a Varela -su hermana y un amigo de la familia- que aseguran que el hombre les confesó que Ciria no era el pistolero y que el testimonio que dio en el juicio era falso.
“Cuando una sentencia es un modo de justicia perversa que le roba la libertad a una persona inocente y al mismo tiempo le quita a la familia de la víctima la posibilidad de que se haga justicia, el Fiscal de Distrito tiene el deber de corregir esa violación intolerable”, dijo Lara Bazelon, presidente de la Comisión de Inocencia de la Fiscalía de San Francisco.
Por su parte, para el Proyecto de Inocencia del Norte de California, el próximo paso es lograr que a Joaquín Ciria se le declare inocente y así tenga derecho a reclamar una compensación económica de hasta $140 por cada día que estuvo preso sin ser culpable.
En total, la indemnización para el cubano podría ascender a más de $1.6 millones.
“Eso ya sería decisión de él, porque sea lo que sea, que le recompensen o no, no va a cambiar los años que vivimos con él adentro y nosotros acá afuera. No va a recompensar nada monetario todo lo perdido, especialmente mi hijo que no tiene ningún recuerdo de su padre aquí afuera”, indicó Yojana Paiz, esposa de Joaquín.
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