SAN FRANCISCO, California. – Los líderes de San Francisco lanzaron un llamado al Departamento de Salud local para que comience a hacer públicas las muertes por sobredosis de drogas en la ciudad, luego de que reportes de prensa indicaron que los fallecimientos causados por la heroína y el fentanilo crecieron más del doble durante el último año.
Las muertes por sobredosis de heroína y fentanilo crecieron más del doble el último año en San Francisco
Datos de la Oficina Forense revelaron que durante 2019 se reportaron 234 muertes por sobredosis de fentanilo, un crecimiento significativo en comparación con las 90 registradas en 2018.


Datos de la Oficina Forense publicados por el diario The San Francisco Chronicle revelaron que durante 2019 se reportaron 234 muertes por sobredosis de fentanilo, un crecimiento significativo en comparación con las 90 registradas en 2018. Los fallecimientos por sobredosis vinculados a una combinación de heroína y fentanilo sumaron 290 en 2019, mientras que el año previo fueron 134.
El aumento de las muertes por sobredosis es mucho más dramático cuando las cifras más recientes se comparan con las de hace una década: en 2009 se reportaron apenas 17 muertes vinculadas al consumo de heroína y 8 por el uso de fentanilo.
2019 was a devastating, catastrophic year for drug overdose deaths in our city. The lack of an emergency response to prevent deaths is painful and shocking, Each one of these individuals had family, friends, loved ones, and a future needlessly cut short.
— Matt Haney (@MattHaneySF) January 22, 2020
“No podemos esperar un año entero para saber cuántas personas más están muriendo en nuestras calles a causa de sobredosis. Necesitamos saber cuanto antes y el gobierno de la ciudad debe responder de manera urgente e inmediata para prevenir esas muertes. Es inaceptable que no existan reportes continuos sobre esta epidemia mortal”, dijo el supervisor Matt Haney.
El funcionario publicó criticó que el Departamento de Salud de San Francisco no cuente con un plan de emergencia para hacerle frente al problema del consumo de drogas cada vez más común en la ciudad pese a que el mes pasado el Concejo aprobó una enmienda para declarar una crisis de salud.
Las autoridades de salud, por su parte, señalaron que unas 2,615 personas fueron sometidas a tratamientos por adicción de opioides y que se lograron salvar más de 1,600 vidas gracias a los esfuerzos de los grupos comunitarios que el Departamento de Salud ha capacitado para prevenir las muertes por sobredosis.
Opioides mortales
Las drogas ilegales como la heroína, opiáceos sintéticos como el fentanilo y medicamentos legales con prescripción como el OxyContin o el Vicodin están clasificados dentro de los opioides y según un nuevo reporte dado a conocer esta semana, ya es mucho más probable que una persona en Estados Unidos muera de una sobredosis accidental de estas drogas o medicamentos que en accidentes automovilísticos.
El informe del National Safety Council analizó las estadísticas de 2017 relacionadas con los accidentes que se pueden prevenir, refleja también que, por primera vez desde que se tiene constancia, es más probable morir de sobredosis que de caídas, incidentes en la vía pública, ahogamiento o en un incendio.
Las posibilidades de fallecer de una sobredosis accidental son de 1 entre 96, mientras que la probabilidad de sufrir un accidente en carretera es de 1 en 103, y de morir en una caída o incendio de 1 en 114. En cuanto al suicidio, la cifra es mayor: 1 entre 88. De forma conjunta, las muertes por sobredosis accidental se llevaron por delante las vidas de 42,036 personas en 2017, una subida sustancial con respecto a las 37,814 del año anterior.
Un informe difundido por la principal autoridad sanitaria del país, los CDC, reveló el pasado mes de noviembre que junto a los suicidios, los casos de muerte por sobredosis de drogas contribuyeron a que la esperanza de vida disminuyera en EEUU, un dato revelador y alarmante. En 2017 se redujo a 78.6 años como promedio, comparado con 78.9 en 2014.
El informe señalaba que, por tercer año consecutivo, este indicador, entre los más utilizados para medir el impacto de los programas de salud y bienestar de un país, ha declinado o se ha mantenido igual tras décadas de mejoras.























