SAN FRANCISCO, California. – El arzobispo de San Francisco agradeció a la alcaldesa de la ciudad por “reconocer que la fe es esencial” en el marco de la reapertura de las iglesias, que desde esta semana pueden celebrar misas a puerta cerrada con ciertas limitaciones debido a la pandemia de coronavirus.
El límite de 100 personas dentro de las iglesias “sigue siendo injusto”, acusa el arzobispo de San Francisco
Luego que el gobierno de San Francisco permitió la reapertura de iglesias, funcionarios municipales les advirtieron a los feligreses mayores de 50 años o con padecimientos crónicos considerar el riesgo que enfrentan al asistir a una misa a puerta cerrada.

El miércoles pasado, la municipalidad dio luz verde para que los feligreses pudieran entrar a los templos católicos cumpliendo con el uso obligatorio de cubrebocas y practicando el distanciamiento social. Las iglesias deben limitar su capacidad al 25% o a un máximo de 100 personas, según las normativas publicadas por el gobierno local.
Y si bien el cambio fue bien recibido por la Arquidiócesis, el arzobispo Salvatore Cordileone asegura que la lucha por la total reapertura de las iglesias no ha terminado.
“Our petition effort, though, is not ended. The state of California’s limit of no more than 100 people inside of a house of worship regardless of the size of the building is still unjust. We want and we intend to worship God safely: with masks, social distancing..." 5/7
— Archdiocese of SF (@ArchdioceseSF) September 29, 2020
“El límite de no más de 100 personas dentro de un lugar de culto sin importar el tamaño del edificio aún es injusto”, dijo el líder católico en un comunicado, refiriéndose a los lineamientos del plan de reapertura estatal para los templos religiosos de todo California.
Cordileone mantuvo un tono duro durante varias semanas en las que condenó las restricciones contra la celebración de misas dentro de las iglesias a causa de la pandemia de coronavirus, las cuales calificó como discriminatorias y “una burla hacia Dios”.
Pero aún con el avance en la reapertura, dentro de las iglesias las cosas no serán igual. Los cánticos comunes en las misas católicas no están permitidos, pues según los funcionarios de salud de San Francisco, “los coros y grupos de canto a puerta cerrada son una fuente conocida para la propagación del covid-19”.
Otro de los cambios significativos será la celebración de la comunión, pues la recomendación es que la ostia se les entregue a los fieles en las manos y no directamente en la boca, como es costumbre.
Moisés Agudo, un sacerdote católico en San Francisco, explicó en una entrevista con Noticias Univision 14 que ya están listos para realizar misas y al mismo tiempo cumplir con las medidas de prevención que exige el gobierno de la ciudad.
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“Ellos (los feligreses) llegan aquí. Les tomamos la temperatura. Después de que están bien, siguen avanzando y habrá otras personas que les pondrán el desinfectante (…) lo que hemos hecho es separar las bancas para que se mantengan los seis pies y hemos puesto unas cruces, que es donde se va a sentar”, dijo durante un recorrido dentro de su iglesia.
La guía para la reapertura de iglesias en San Francisco también modificó sus reglas para los eventos religiosos al aire libre: ahora se permite la participación de hasta 200 personas con distanciamiento social y los cánticos están aprobados.
“A mí me parece que este cambio era algo que ya se debería haber realizado hace tiempo”, señaló el párroco.
Decisiones basadas en la ciencia
Si bien para sus feligreses la postura del arzobispo de San Francisco ante las restricciones para las iglesias tiene lógica, los líderes de la ciudad continúan apelando a la ciencia y los datos duros para defender el proceso de reapertura en la ciudad.
El Departamento de Manejo de Emergencias de San Francisco les pidió a los católicos pensarlo dos veces antes de asistir a misas a puerta cerrada, principalmente a los fieles que pertenecen a la población de la tercera edad.
“Recomendamos a las personas mayores de 50 años o a quienes tengan condiciones médicas crónicas, que piensen en el gran riesgo que representa reunirse en grupos, cuando vayan a participar en encuentros religiosos realizados al interior”, escribió la oficina municipal en un mensaje publicado a través de la red social Twitter.
Recomendamos a las personas mayores de 50 años o a quienes tengan condiciones médicas crónicas, que piensen en el gran riesgo que representa reunirse en grupos, cuando vayan a participar en encuentros religiosos realizados al interior. pic.twitter.com/Er5rpNJplK
— San Francisco Department of Emergency Management😷 (@SF_emergency) October 1, 2020
Por su parte, un vocero del Centro de Comando para el COVID de San Francisco dijo en un correo electrónico enviado a Noticias Univision 14 que “cada día aprendemos más sobre cómo se transmite el virus: a puerta cerrada sin usar cubrebocas o sin guardar distancia social, en congregaciones masivas y durante la realización de actividades que pueden transmitir las partículas del virus a una mayor distancia, como cantar, bailar y tocar instrumentos de viento”.
Las ordenanzas para mitigar la propagación del coronavirus, continuó el portavoz, están basadas en los indicadores de salud y en la capacidad de las autoridades para responder a la pandemia, tomando en cuenta principalmente la capacidad de camas en los hospitales y los recursos para realizar pruebas y labores de rastreo de contactos de personas infectadas.
En los meses que llevamos de pandemia, la Fiscalía de San Francisco ha señalado a la Arquidiócesis por negarse a “proporcionar garantías de que protegería la salud del público general” y también la acusó de realizar varias misas ilegales a puerta cerrada e incurrir en “una falla alarmante para seguir los protocolos de seguridad de sentido común”.
Los incidentes ventilados por las autoridades incluyen una boda clandestina para 100 personas en la Iglesia de San Pedro y San Pablo que originó un brote de coronavirus en el que los novios salieron contagiados.
Y si bien el arzobispo Cordileone celebró que la alcaldesa London Breed adoptara las reglas menos restrictivas recomendadas por el gobierno estatal, el líder católico también las calificó como discriminatorias, “pero no tan mal y tan absurdamente como San Francisco”.















