A penas este miércoles el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, anunció que los empleados de restaurantes y otros establecimientos cerrados que sirven alimentos o bebidas tendrán que estar vacunados contra el covid-19, y que los clientes deberán mostrar carnet de vacunación o una prueba diagnóstica negativa.
Causa polémica vacunación obligatoria entre empleados del gobierno y en el sector restaurantero
Las nuevas reglas para los restaurantes y establecimientos cerrados, que entran en vigor el 23 de agosto, se producen en momentos en que la Isla lidia con un repunte de casos de coronavirus atribuido en gran medida a la variante delta.

Esta medida se suma a la vacunación obligatoria que se pidió para todos los empleados de las agencias del Gobierno de Puerto Rico y que se tendrá que aplicar a partir del 16 de agosto para poder trabajar de forma presencial.
La vacunación obligatoria en todos los ámbitos donde se impuesto ha causado molestias, inconformidades y hasta demandas como la presentada contra el gobernador Pedro Pierluisi por Zulay Rodríguez Vélez, Yohama González, Leila G. Ginorio Carrasquillo y Julissa Piñer.
La demanda cuestiona la vacunación obligatoria para empleados del gobierno de Puerto Rico y particularmente que no se defina qué es «trabajar en persona».
También sostienen que las excepciones religiosas y médicas en la orden de vacunación son vagas y que las agencias han dado instrucciones diversas sobre cómo se aplicará la orden.
En las últimas semanas, el gobernador ha anunciado que la vacunación es obligatoria para los empleados y contratistas del gobierno, así como para los huéspedes y empleados de hoteles y para los trabajadores de centros de salud, entre otros.
“Aquí la meta es que todo el mundo se vacune”, puntualizó.
La Isla, de más de 3.3 millones de habitantes, ha reportado más de 130,000 casos confirmados de coronavirus y más de 2,600 muertes a causa de la enfermedad.
Alrededor del 76% de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra covid-19.
Podría haber sanciones en establecimientos cerrados
Las nuevas reglas para los restaurantes y establecimientos cerrados, que entran en vigor el 23 de agosto, se producen en momentos en que la Isla lidia con un repunte de casos de coronavirus atribuido en gran medida a la variante delta.
Aquellos que infrinjan la norma podrían ser sancionados con hasta seis meses de prisión o una multa de 5,000 dólares.
“Como gobernador tengo la responsabilidad de... tomar las medidas necesarias para garantizar la salud de todos”, dijo Pierluisi.
Los clientes en otros espacios cerrados, como teatros, coliseos y centros de convenciones, también deberán demostrar que están vacunados o presentar una prueba negativa de coronavirus.
Pierluisi dijo que pronto habrá otra opción disponible: un código QR que la gente vacunada puede obtener si se inscribe a través de un nuevo sistema del gobierno.
Aunque los requisitos de vacunación son obligatorios para los empleados, los restaurantes y otros sitios que decidan no solicitar una prueba de vacunación o de coronavirus a los clientes deben reducir su aforo al 50%, señaló el gobernador.
Pierluisi añadió que si los empleados no se vacunan, deben presentar pruebas diagnósticas negativas de coronavirus.
Si estas medidas no tienen un impacto significativo, "me veré forzado a implementar restricciones adicionales”, advirtió.
Preocupación en el sector de restaurantes
Diversos líderes de la Asociación de Restaurantes de Puerto Rico dijeron que están completamente a favor de que sus empleados estén vacunados, pero expresaron preocupaciones sobre solicitar a sus clientes que presenten pruebas de vacunación o un análisis diagnóstico negativo.
Mateo Cidre, próximo presidente de la asociación y propietario de varios restaurantes, dijo que la logística será complicada y que esperaba que se les diera tiempo para ver cómo es que la ciudad de Nueva York implementaba tales medidas.
Se preguntó qué debería hacer en caso de que se presente un cliente y diga que no está vacunado por motivos de salud.
“¿Se supone que yo le pregunte a él que por qué no, que qué tiene él?”, comentó.
Ramón Leal, expresidente del organismo, indicó que es posible que los restaurantes terminen por perder dinero y elijan operar al 50% de su capacidad debido a la falta de empleados y a que los dueños no pueden darse el lujo de tener a un trabajador cuya única labor sea estar frente a la puerta para revisar a los clientes.
“Hay una escasez nunca antes vista en la industria de restaurantes”, comentó sobre los empleados, añadiendo que la situación podría cambiar una vez que se agoten los fondos federales de asistencia contra la pandemia en las próximas semanas.
Con información de Associated Press.




















