Pese a la pandemia, la comunidad son jarocho florece en la Gran Manzana

Los músicos y fanáticos del son jarocho sufrieron cuando la pandemia acabó con los eventos en vivo en la Gran Manzana. Pero el aislamiento trajo nuevas posibilidades y espacio de reflexión para esta comunidad.

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Por:
Gustavo García
Radio Jarocho en Governors Island, Nueva York
Radio Jarocho en Governors Island, Nueva York
Imagen Gustavo Garcia

QUEENS, N.Y. - El llegar a un fandango es escucharlo primero. Después es ver gente bailando al ritmo del son jarocho ––un género musical de Veracruz, México– – cantando y tomándose un trago.

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En otros tiempos sería totalmente normal toparse con una de estas fiestas en la Gran Manzana, pero la pandemia puso un alto a este y a muchos otros eventos en vivo por toda la ciudad.

En Queens, la comunidad son jarocho sintió especialmente las cancelaciones, y el aislamiento, ya que el género depende de los eventos que se construyen en torno a la comunidad. Pero así como la pandemia les arrancó oportunidades, también les creó nuevas posibilidades y un espacio de reflexión. Hoy en día, la comunidad comienza a florecer de nuevo.

Los orígenes del son jarocho

Son jarocho es un género musical tradicional de la costa del Golfo de México que nació en el estado de Veracruz, México. Ha sido influenciado a lo largo de los siglos por la música española, los ritmos africanos y los ritmos indígenas mexicanos.

Es conocido por sus fandangos, que son fiestas comunitarias donde todos tocan música, cantan, bailan y participan de una forma u otra. Pero todo eso se detuvo debido a la pandemia.

En Queens, su mayor desarrollo ocurrió a mediados del 2000 cuando un grupo llamado Semilla se formalizó y fue ahí donde se germinaría Radio Jarocho. Al mismo tiempo, Jarana Beat llegaría desde Buenos Aires, Argentina, y tocarían en conjunto. Hoy se consideran grupos importantes de son jarocho de la costa este de los Estados Unidos.

Estas agrupaciones son muy conocidas en esta área, y han tenido presentaciones últimamente en lugares como el NY Son Jarocho Festival, Terraza 7, el Brooklyn Folk Festival, Governors Island, entre otras localidades.

Presentación de Jarana Beat en Terraza 7, Queens, Nueva York
Presentación de Jarana Beat en Terraza 7, Queens, Nueva York
Imagen Gustavo Garcia/Photo by Gustavo Garcia

La pandemia presenta desafíos

Julia del Palacio es integrante de Radio Jarocho. Para ella y los otros miembros de la banda, la pandemia trajo desafíos. “Radio Jarocho solía hacer muchas giras antes de la pandemia. Viajábamos todo el tiempo, especialmente por la costa este… Y así, por supuesto, se detuvo por completo”.

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“Siento que, personalmente, cada uno de los miembros de la banda tuvo sus propios desafíos con la pandemia. Como que nos dispersamos, nuestro bajista se mudo a California, el requintero pasó un tiempo en Vermont. [Yo] estaba tratando de mantener mi trabajo, ya sabes, porque despedían a la gente, en todas partes. Afortunadamente conservé mi trabajo”.

Para Sinuhé Padilla, miembro de Jarana Beat, la pandemia les dio la oportunidad de colaborar con gente de forma remota que antes no podían. “Empezamos a hacer reuniones de Zoom una vez a la semana para reunirnos, y luego dos veces por semana. La gente de Veracruz comienza a conectarse con [nuestro grupo] y la gente de Miami y algunos amigos que estaban en Costa Rica se conectaron desde ahí, entonces se comenzaron a conectar a más personas, expandiendo esos límites”.

En este momento las presentaciones en vivo se reanudan, ya sean al aire libre o con restricciones si son bajo techo. Esto presenta nuevas oportunidades para que los integrantes de las comunidades de son jarocho comiencen a compartir sus experiencias durante la pandemia y que algunos que se conocieron en línea se conozcan en persona por primera vez.

Concierto de Radio Jarocho en Governor's Island
Concierto de Radio Jarocho en Governor's Island
Imagen Gustavo Garcia/Photo by Gustavo Garcia

Los fandangos: un espacio para sanar tras la pandemia

María Puente, una joven estudiante de 19 años, comenzó aprender son jarocho al comienzo de este año y asistir a varios fandangos que se organizarían durante el verano. Ella ve este género musical como una forma de sanación.

“Para mí cuando finalmente pude salir y unirme a la comunidad fandanguera, eso fueron los espacios luminosos”, dijo María, agregando que estos eventos son importantes por su valor social, que después del encierro y aislamiento son necesarios.

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Lo que está claro es que la pandemia ha permitido que se pueda apreciar la cultura de una manera que el estilo de vida moderno tan acelerado y agendado prevenía hacerlo.

Julia reflexiona: “Nos hizo repensar y reevaluar la importancia de la cultura y la importancia de las personas que la hacen”. En su punto de vista, esta es una de las razones por las que la gente está contenta de tener la música en vivo de regreso.

También el público está agradecido de tener la música en vivo de vuelta porque se dieron cuenta de qué pasaría si la perdieran o de lo importante que era en sus vidas.

Las vacunas definitivamente han ayudado a que regrese la confianza de la gente para asistir a eventos en vivo y para que los grupos organicen eventos.

El invierno trae una nueva incertidumbre

La ciudad de Nueva York ha hecho un esfuerzo para reabrir la ciudad imponiendo requisitos de vacunas para todas las actividades públicas en interiores. Estos requisitos han ayudado al servir como guía para que los organizadores planeen eventos.

Para María quedó claro que los fandangos y eventos en vivo son muy importantes. “Me encontré un lugar donde pude conectarme con otras personas, casi con otro idioma a través del sonido. Estos son los lugares donde puedo sanar lo oscuro que se acumuló dentro de mí”.

A medida que llega el invierno, la gente se aguanta la respiración y espera que el año que viene sea mejor que el anterior. La incertidumbre ya se ha sembrado, ya que los eventos no pueden ser al aire libre por el frío, y las noticias se encuentran llenas de la propagación de ómicron, la nueva cepa de covid-19, trayendo consigo nuevos cierres y cancelaciones.

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Mientras tanto, es difícil ver esta incertidumbre cuando te encuentras en una presentación de son jarocho en un lugar como Terraza 7. Donde el frío y la pandemia se olvidan momentáneamente al ser recibido calurosamente por la comunidad y la música que llena el corazón. Donde la noche es larga, y la fiesta no para hasta que viene la policía a pararla.

Gustavo García es un estudiante y periodista del Programa de Periodismo Bilingüe de la Craig Newmark Graduate School of Journalism de CUNY.