“Sigo sufriendo por la muerte de mi hijo”: familia de Mario González espera justicia tras reapertura del caso
OAKLAND, California. – El anuncio de la reapertura de la investigación por la muerte del padre de familia Mario González a manos de la Policía de Alameda representó “un rayo de esperanza” para la familia del joven, quienes esperan que en esta ocasión “se haga justicia”.
Edith Arenales, madre del mexicano, dijo en un comunicado que espera que la nueva fiscal de distrito, Pamela Price, cumpla con su promesa de hacer que los oficiales que incurran en malas conductas rindan cuentas ante la ley y que la muerte de Mario se investigue a fondo.
“Tengo fe en Dios de que se hará justicia”, indicó.
Mario González falleció el 19 de abril de 2021 mientras tres oficiales de la Policía intentaban arrestarlo. Los agentes, identificados como James Fisher, Cameron Leahy, and Eric McKinley, habían respondido a la llamada que un vecino hizo a la línea de no emergencias reportando a un hombre intoxicado cerca de su casa.
Durante la investigación, varios videos de las cámaras corporales de los policías se hicieron públicos. En ellos se observa a los oficiales presionando sus rodillas sobre la espalda de Mario, quien entonces tenía 26 años, hasta hacerle perder el conocimiento.
Familia de Mario González quiere justicia por su muerte
“La negligencia de estos hombres le costó la vida a mi hijo. Todavía estoy sufriendo por su pérdida”, sentenció la madre tras conocer el anuncio de la Fiscalía sobre la reapertura del caso.
Y si bien esto les trae algo de consuelo y esperanza, la mujer agregó que “no hay forma de que puedan compensar la pérdida de la vida que me robaron, pero rezo por un poco de justicia”.
En el comunicado, Edith Arenales explicó que desde el homicidio de su hijo Mario ha sido difícil cuidar a su otro hijo que padece autismo, pues esa era una de las tareas que González cumplía. Además, su nieto, el hijo de Mario, “aún está desconsolado y extraña a su padre”.
El hermano de Mario, Gerardo González, fue más duro y escéptico al anuncio de la Fiscalía.
“Funcionarios en todo el país están usando el homicidio de Tyre Nichols como un momento para hacer relaciones públicas, pero necesitamos ver que están comprometidos a cumplir y usar su poder para lograr que los policías abusivos rindan cuentas a nivel local”, señaló en el comunicado.
Para él, la justicia para Mario tiene un significado claro: que todos los policías involucrados sean despedidos de la corporación, enfrenten cargos y sean encontrados culpables por su homicidio.
Por qué reabrirán el expediente sobre la muerte de Mario González
La fiscal de distrito del condado de Alameda anunció este martes que reabrirá la investigación por la muerte del mexicano Mario González, el padre de familia que perdió la vida cuando varios policías de la ciudad de Alameda lo sometieron contra el suelo hasta que dejó de respirar.
Haciendo referencia al reciente homicidio del afroestadounidense Tyre Nichols a manos de la Policía de Memphis, Tennessee, la fiscal Pamela Price indicó que “también los residentes del condado de Alameda quieren que haya rendición de cuentas”, por lo que anunció la creación de una nueva unidad encargada de investigar los casos de mala conducta por parte de agentes del orden y funcionarios públicos.
Su predecesora, la exprocuradora Nancy O’Malley, determinó en abril de 2022 que no acusaría de homicidio a los tres policías de Alameda involucrados en la muerte de González.
En un extenso reporte publicado entonces por la municipalidad, O’Malley indicó que “la evidencia no justifica presentar cargos criminales contra ninguna agencia del orden” y calificó como “objetivamente razonable” el uso de fuerza durante el arresto.
Pero la fiscal Price indicó que, en su carácter de nueva fiscal de distrito del condado de Alameda, “quiero hacer una revisión exhaustiva de cada caso para asegurar que la justicia no ha sido olvidada”.
Además de la muerte de Mario González bajo custodia de oficiales, la Fiscalía reabrirá las carpetas de investigación de los tiroteos de Cody Chávez, que involucró a la Policía de Pleasanton; Caleb Smith, donde participó la Policía de Hayward; y Joshua Gloria, baleado por la Policía de Fremont, entre otros.
Así fue el encuentro que terminó en la muerte de Mario González
La mañana del 19 de abril de 2021 oficiales de la Policía de Alameda llegaron a la cuadra 800 de Oak Street respondiendo a una llamada que reportaba a un hombre alcoholizado y hablando solo.
En el lugar estaba Mario González, quien desde el arribo de los agentes permaneció tranquilo y de pie, sin realizar un solo movimiento violento o inesperado por aproximadamente nueve minutos. El primero en establecer contacto con él fue el oficial Eric McKinley, contratado por la corporación en 2018, quien después de más de cinco minutos de cuestionarlo, finalmente se identificó.
Desde los primeros segundos de los videos se observa a Mario González respondiendo de forma incoherente a las preguntas de los uniformados. “Te tengo que identificar y asegurarme que no tengas ninguna orden de arresto”, se le escucha decir al oficial McKinley en una parte de la grabación, pese a que a Mario no le habían acusado de haber cometido algún delito.
Momentos después, los agentes toman al joven hispano de los brazos, uno de cada lado, e intentan doblárselos detrás de la espalda para colocarle las esposas. “Deja de resistirte”, le dice un oficial. “No estoy forcejeando, señor”, responde. “Por favor, paren… Paren, no lo hagan”, suplica Mario en varias ocasiones.
Los múltiples ángulos de los videos revelan que desde el momento en que lo derriban, la rodilla de uno de los policías presiona sin cesar la espalda de Mario. Por instantes también se observan los codos y antebrazos de los oficiales ejerciendo presión en la parte superior de la espalada de Mario, en ocasiones muy cerca de la nuca.
En medio de la agonía de González, que claramente muestra dificultades para hablar y respirar, el oficial McKinley le pregunta en múltiples ocasiones su nombre, apellido y fecha de nacimiento. Mario gruñe y casi sin aliento balbucea respuestas sin sentido y poco inteligibles.
“Parece que tomaste demasiado el día de hoy, eso es todo”, dice McKinley sin quitar la presión de su cuerpo.
Casi a los cinco minutos de mantenerlo en la misma posición, sometido boca abajo con las manos esposadas en su espalda, uno de los uniformados pregunta: “¿Crees que debamos ponerlo de lado?”. “No, no quiero perder lo que tengo”, responde otro oficial haciendo referencia a la maniobra que estaba aplicando.
Después de ese momento, Mario perdió el conocimiento.