NUEVA YORK.- La Fiscal General de Nueva York, Letitia James, anunció la condena de seis miembros de una banda responsable de más de 200 robos a concesionarios de automóviles, tiendas de teléfonos celulares y negocios de cajeros automáticos ubicados en el Valle del Hudson Inferior, la ciudad de Nueva York y Long Island.
Condenan a banda criminal por más de 200 robos en Nueva York que presumían en redes sociales
Los acusados, conocidos como "Operación Redline", robaron vehículos, teléfonos celulares, mercancías y efectivo valorados en más de $3 millones, dejando una estela de caos y persecuciones a alta velocidad.

La banda compuesta por Willie Baines, Josepher Cartagena, Brandon Collazo-Rivera, Justin Herrera, Douglas Noble y Alexander Santiago, todos del condado del Bronx, presuntamente robó automóviles, teléfonos celulares, mercancías y efectivo valorados en más de $3 millones, incluyendo al menos 54 vehículos.
Las condenas fueron el resultado de una investigación conjunta de 13 meses realizada por la Fuerza de Tareas contra el Crimen Organizado (OCTF, por sus siglas en inglés) de la Oficina del Fiscal General, la Unidad de Crímenes Automovilísticos del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés) y 29 departamentos de policía locales y del condado.
"Los seis individuos condenados y sentenciados se embarcaron en una ola de crímenes que afectó a empresas y residentes en todo el sur de Nueva York", dijo la Fiscal General James.
"Estos ladrones dejaron un rastro de vidrios rotos, negocios destrozados y peligrosas persecuciones a alta velocidad a su paso. Agradezco a mis socios en la aplicación de la ley local por su coordinación y apoyo mientras desmantelábamos a esta peligrosa banda. Nuestras comunidades son más seguras ahora que estos seis individuos han sido llevados ante la justicia", añadió.
"Este es uno de esos casos que destaca la extraordinaria cooperación entre múltiples departamentos de policía y agencias en el área metropolitana de Nueva York", dijo el Comisionado de Policía del NYPD, Edward A. Caban.
"La Unidad de Crímenes Automovilísticos del NYPD se enorgullece de haber trabajado con la Fiscalía del Estado de Nueva York y todos los demás departamentos involucrados en llevar a esta descarada banda de ladrones ante la justicia", agregó.
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Durante la investigación de 13 meses, la banda de ladrones fue vinculada a más de 200 robos comerciales en 11 condados del sur del estado, incluyendo el condado de Westchester.
La investigación reveló que los miembros de la banda de ladrones viajaban a vecindarios que contenían varios concesionarios de automóviles y tiendas de teléfonos celulares, a menudo robando varias tiendas en una sola noche.
En los robos a concesionarios de automóviles, los miembros de la banda rompían los grandes ventanales en la parte frontal del edificio, ubicaban cajas en el concesionario que contenían llaves electrónicas y luego conducían vehículos que podían poner en marcha directamente a través de las ventanas rotas.
En los robos a tiendas de teléfonos celulares y cajeros automáticos, los miembros de la banda rompían las puertas de vidrio de entrada, ingresaban a las salas de exhibición y oficinas de las tiendas y robaban la mayor cantidad de mercancía y efectivo que podían llevarse.
La banda de ladrones a menudo esperaba a que la policía respondiera a una alarma de robo y luego participaba en persecuciones a alta velocidad desde la escena del crimen, lo que planteaba riesgos adicionales para la aplicación de la ley y la comunidad circundante.
Este comportamiento llevó a la aplicación de la ley a bautizar la investigación como "Operación Redline", en referencia a la línea roja en los velocímetros y las velocidades extremas que alcanzaban los ladrones mientras huían de la escena del crimen.
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Los investigadores de OCTF y NYPD pudieron identificar a los seis individuos acusados en el caso a través de la revisión de grabaciones de videovigilancia, datos de teléfonos celulares, datos de lectores de placas y la información proporcionada por numerosos departamentos de policía del condado y locales.
Una búsqueda en las residencias de dos de los individuos llevó a la recuperación de miles de dólares en teléfonos celulares robados y llaves electrónicas de concesionarios de automóviles.
Además, varios de los acusados publicaron fotografías en diversas redes sociales posando con algunos de los vehículos robados y mostrando grandes cantidades de dinero en efectivo.
Muchas de las publicaciones en redes sociales ocurrieron minutos después de los delitos, lo que permitió a los investigadores relacionar la propiedad robada vista en las publicaciones con robos y acusados específicos.
La investigación involucró la cooperación de numerosas agencias de aplicación de la ley locales, estatales y federales, y la Fiscal General James reconoció el trabajo de la Fuerza de Tareas de Calles Seguras del Buró Federal de Investigaciones en las oficinas de New Haven, Connecticut y Westchester County, Nueva York, y los Servicios de Alguaciles de los Distritos Este de Nueva York y de Connecticut.
La Fiscal General James también agradeció a sus socios en la aplicación de la ley local por su estrecha coordinación, incluyendo el Departamento de Policía del Condado de Westchester, el Departamento de Policía de Yonkers, el Departamento de Policía de Mount Pleasant, el Departamento de Policía de New Rochelle, el Departamento de Policía de White Plains, el Departamento de Policía de Greenburgh, el Departamento de Policía de Tarrytown y el Departamento de Policía de Mamaroneck.
Los seis acusados enfrentaron varios cargos de Gran Robo en Segundo Grado (delito Clase C), Gran Robo en Tercer Grado (delito Clase D) y Robo en Tercer Grado (delito Clase D).




