“Lo entregué todo a Dios”: madre venezolana de cuatrillizos desafía los riesgos médicos

Daniela rechazó reducir el número de fetos pese al riesgo, confiando en su fe y dejando su embarazo en manos de Dios. Tras nacer, uno de los cuatrillizos sufrió una lesión cerebral y Daniela migró a Miami para buscar mejores terapias para su hija.

Video Médico le advirtió de los riesgos de su embarazo, pero ella siguió adelante y tuvo cuatrillizos

MIAMI, Florida.- Lo que comenzó como una experiencia llena de emoción por su primer embarazo, se transformó en una encrucijada emocional y médica para Daniela Uzcátegui, una venezolana que decidió desafiar todos los pronósticos al continuar con la gestación de sus cuatrillizos, a pesar del riesgo que representaba para su salud.

Durante una visita médica en su país natal, Venezuela, Daniela recibió una sorpresiva noticia: no esperaba uno, sino cuatro bebés. Ante la posibilidad de complicaciones, su médico le sugirió reducir el número de fetos, una práctica médica común en embarazos múltiples de alto riesgo. “El médico me propone reducir dos bebés para la semana siguiente”, recuerda Daniela. “Si no se reducían solos, él podía médicamente hacer algo para quitarlos”.

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Pero una visión repentina cambió su decisión. Mientras cocinaba, Daniela imaginó a un bebé siendo apuñalado. “ Ahí, en ese momento, fue el click. Lo entregué todo a Dios”, cuenta. A pesar de las recomendaciones médicas, tomó la firme decisión de continuar con el embarazo tal como estaba. “Le dije, esta es mi decisión. Si Dios decidió que ellos estuviesen aquí, ya eso será en sus manos”.

Tras esa determinación, le ordenaron reposo, monitoreo estricto del embarazo y una cirugía para preparar su cuerpo ante el peso de cuatro bebés. Los cuatrillizos nacieron con un minuto de diferencia y compartieron no solo el útero de su madre, sino también el inicio de una vida marcada por la resiliencia.

Uno de ellos, Salma, sufrió una lesión cerebral al nacer, lo que limita parcialmente su movilidad. Daniela se vio obligada a viajar desde Venezuela a Miami en busca de terapias para su hija. Eventualmente, la necesidad de cuidados más constantes la llevó a establecerse en Estados Unidos, separándose del padre de sus hijos.

A pesar de los desafíos, Daniela mantiene una filosofía de vida basada en el amor. “Había mucho miedo, realmente miedo. Pero en el momento en que tú te conectas con el amor, todo desaparece y todo fluye”, afirma.

Hoy, su historia es un testimonio de fe, fortaleza y entrega incondicional.

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