La agenda de "deportaciones históricas" prometida por el presidente Donald Trump tiene una herramienta clave y de la que poco se habla: la aviación. Entre los inmigrantes detenidos, cientos son transferidos diariamente entre centros de detención o removidos en aviones comerciales y chárters subcontratados por la división de transporte aéreo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), 'ICE Air Operations'. También en vuelos menos frecuentes operados por la Fuerza Aérea y la Guardia Costera.
Alexandria, Guantánamo, los Everglades: ¿cómo funciona la "compleja" red de vuelos de ICE para movilizar inmigrantes?
Desde enero, ICE ha alcanzado una cifra récord de vuelos de transferencia de inmigrantes, pero también de deportaciones. Savi Arvey, investigadora de la organización Human Rights First, la organización al frente de este rastreo, cuenta que la maquinaria incluye aerolíneas comerciales pero también de gobierno; y que entre las escalas previas a una expulsión se cuentan la Bahía de Guantánamo, donde los migrantes tienen cero acceso a abogados y familiares.
Desde 2020 un ejecutivo retirado de J.P. Morgan comenzó a seguir estos vuelos ante la ausencia de datos oficiales públicos: Tom Cartwright. Con el tiempo desarrolló una metodología con la que rastreó más de 40,000 vuelos de ICE. Su trabajo ha sido tan relevante que fue él la primera persona que alertó sobre los dos vuelos de ICE que despegaron de Harlingen, Texas, con más de 200 venezolanos que eran expulsados en marzo a la cárcel de pandilleros de El Salvador, el Cecot.
En agosto el proyecto pasó a manos de la organización Human Rights First cuando Cartwright se retiró. Él ya veía un aumento en el número de vuelos migratorios pero también en su complejidad.
Savi Arvey, directora de investigación y análisis para derechos de los refugiados e inmigrantes, es parte del equipo que ahora sigue estos vuelos diariamente. En una entrevista con Univision Noticias, editada para darle claridad y una extensión adecuada, explica la expansión de estos vuelos en apenas meses, desde enero, y justifica más que nunca el trabajo de la herramienta llamada 'ICE Flight Monitor' (Monitor de Vuelos de ICE), que registra lo que ocurre en el aire con los inmigrantes para dar transparencia en momentos en que los recortes gubernamentales redujeron de forma exponencial el papel de la Oficina del Departamento de Seguridad Nacional encargada de la vigilancia en el trato a los detenidos en custodia federal.
—En el reporte de ICE Flight Monitor para octubre de 2025 reportaron que los vuelos de deportación de ICE alcanzaron a un récord de 77 países y que octubre también marcó un récord de transferencias domésticas. ¿Puedes explicar la estructura con la que ICE hace esto posible?
ICE Air Operations ha construido una enorme maquinaria de detención y deportación que depende de todos estos vuelos, como detalla nuestro informe. No solo se trata de vuelos de deportación, sino también de los internos que trasladan personas entre centros de detención y hacia otras instalaciones en todo Estados Unidos. Para llevar a cabo todo esto, ICE Air Operations contrata a CSI Aviation, que a su vez subcontrata a diversas compañías chárter. Estos vuelos chárter tienen distintos fines; no son exclusivamente para ICE, pero ahora, a través de estas subcontrataciones, forman parte de la gran maquinaria que utiliza ICE Air Operations para realizar todos estos vuelos.
Nuestro informe detalla que entre las empresas involucradas están GlobalX, Eastern Air Express; Avelo, que comenzó a operar vuelos de ICE en abril de este año; Key Lime, que empezó en septiembre; OMNI, Eastern, Gryphon, Journey y World Atlantic. Varias empresas privadas, por tanto, están implicadas en las operaciones de ICE Air, trabajando a través de CSI Aviation. CSI es la empresa contratada directamente por ICE, y luego ella subcontrata a todas estas compañías chárter.
—Entre todas las compañías, ¿cuál es la que está operando la mayor cantidad de vuelos?
Entre todas las compañías, GlobalX es, por mucho, la que opera la mayor cantidad de vuelos. Pero este año hemos visto un aumento generalizado, debido al enorme incremento de vuelos.
—¿Han identificado cuáles de estas compañías realizan deportaciones a terceros países y cuáles transferencias entre centros de detención?
Sí, definitivamente hay patrones. GlobalX, Eastern Air Express, Avelo y Key Lime realizan tanto traslados internos como vuelos de deportación hacia América Latina y el Caribe. OMNI e Eastern también vuelan hacia América Latina, pero exclusivamente son vuelos de deportación. Y los aviones de OMNI, Journey e Eastern vuelan hacia África y Asia. Así que existe una división clara entre vuelos domésticos y distintos tipos de deportaciones, dependiendo de la región.
—¿Diría que hay una expansión de esta maquinaria?
Sí. Hemos visto una expansión masiva en el número de vuelos migratorios en Estados Unidos, tanto de deportación como de traslado. Este año se ha registrado un número récord: más de 10,000 vuelos desde el 20 de enero. Es algo sin precedentes desde que este proyecto comenzó. Y esperamos que los números sigan aumentando en los meses que vienen, porque se ha aprobado financiamiento adicional para 'ICE Air Operations'. Algo que es difícil con este proyecto es seguir el ritmo a medida que hay más aviones, más complejidad en los tipos de vuelos y un volumen enorme.
—¿Quiénes son las personas que van en estos vuelos?
Para Human Rights First es una enorme preocupación que esta administración esté subiendo personas a aviones antes de que hayan tenido oportunidad de un debido proceso. Mucha gente no ha podido presentar su solicitud de asilo ante un juez. Otras han vivido décadas en Estados Unidos. Recibimos mensajes de familias que viven con miedo de que un ser querido con décadas en el país sea montado en un avión y enviado a un tercer país. Nos preocupa profundamente que estas deportaciones estén regresando personas al peligro, a los mismos lugares de donde huyeron, o incluso a países que no conocen.
—¿Han observado patrones en los lugares de despegue y destino de estos vuelos?
Sí. América Latina sigue siendo el mayor destino, históricamente ha sido así: Guatemala, Honduras, México y otros países de la región. También estamos viendo vuelos regulares a Venezuela, Colombia y Ecuador. En América Latina, además de esos vuelos regulares, hemos visto vuelos por primera vez a Argentina y Chile, que nunca habían recibido vuelos de deportación. Fuera de América Latina, han aumentado los vuelos hacia otras regiones del mundo. Definitivamente hemos visto un aumento de vuelos hacia distintos países de África —incluyendo deportaciones a terceros países como Esuatini, Ghana y Sudán— y también hacia Laos, Vietnam y otros países del sureste asiático. Es complejo: todo cambia mes a mes, pero la tendencia general es hacia un aumento en volumen y una diversificación de destinos y regiones.
—¿Y qué papel está jugando la Base Naval de Guantánamo?
Hemos rastreado vuelos que llevan personas desde centros de detención dentro del territorio continental hasta la Base Naval de Guantánamo, así como vuelos que recogen personas allí para luego deportarlas. Para nosotros es claro que esta administración está cometiendo graves violaciones de derechos humanos al retener a personas en la Base de Guantánamo comouna medida de castigo previa a su deportación. Es una forma de detención extraterritorial donde es aún más difícil acceder a abogados o comunicarse con familiares. Los vuelos luego las deportan a países donde ICE ya realiza deportaciones regulares, como Centroamérica, por ejemplo. Es un acto de crueldad, no una necesidad operativa.
—¿Y el aeropuerto internacional de Alexandria, en Louisiana?
Ese es el principal punto de salida. La mayoría de los vuelos de deportación despegan desde Alexandria y también es por donde pasan la mayor parte de los vuelos domésticos de traslado. La ciudad está cerca de varios centros de detención y se ha convertido en el gran 'hub' de esta maquinaria de detención y deportación.
—En el informe mencionan que ICE sigue subiendo personas en vuelos en violación de órdenes judiciales o por errores. ¿Qué vuelos han identificado con estas características y cómo los rastrean?
En octubre rastreamos dos vuelos: uno en que una persona fue subida a un avión en violación de una orden judicial, y otro en que alguien fue subido por error al avión. En ambos casos ya teníamos identificado el vuelo a Laos en ciertas fechas, y cuando surgió la noticia pudimos confirmar de inmediato de qué vuelo se trataba. También rastreamos el caso de un ciudadano mexicano subido por error a un vuelo Newark–Harlingen y luego deportado por la frontera terrestre. Cruzamos fechas, rutas y datos para identificar el vuelo exacto. ICE Flight Monitor es clave para completar estas historias, para saber el vuelo exacto en el que están las personas y para alertar sobre lo que está pasando.
Casos semejantes han ocurrido antes, incluyendo la deportación de Kilmar Ábrego García pese a una orden de protección, el intento de deportar niños a Guatemala, el vuelo hacia Sudándel Sur y que un juez obligó a aterrizar. Es algo que estamos viendo una y otra vez.
—¿Su seguimiento de estos casos comienza con las noticias?
A veces sí, pero también recibimos mensajes directos de abogados o familiares.
—¿Y qué rol tiene la Guardia Costera?
La Guardia Costera también es parte. Sus aviones ahora son usados para transportar a pequeños grupos de detenidos entre centros, incluso desde el centro de detención de los Everglades ('Alligator Alcatraz'). Esto añade aún más complejidad.
—En el informe hablan de los vuelos de traslados internos, y uno de los destinos es Miami, donde está “Alligator Alcatraz”. ¿Qué han hallado preliminarmente sobre los vuelos a este centro de detención?
Nuestro equipo en ICE Flight Monitor ha estado rastreando los vuelos que salen del centro de detención en los Everglades desde julio. Hasta el 11 de noviembre, se han registrado 39 vuelos que partieron de la instalación. Los destinos más frecuentes fueron Alexandria, Louisiana, con 15 vuelos, y El Paso y Harlingen, en Texas, con nueve vuelos cada uno. Todos estos son centros de preparación para deportaciones.
El 26 de septiembre, un vuelo de deportación estadounidense con destino a Venezuela que había salido de El Paso fue desviado al aeropuerto cercano al centro de detención de los Everglades debido al clima. Dos días después, el vuelo partió desde Everglades hacia Caracas. Este ha sido el único vuelo de deportación que ha salido desde allí.
—Recientemente rastrearon el primer vuelo con ucranianos, ¿cierto?
Sí. Desde 2020 nunca habíamos visto un vuelo a Polonia o Ucrania. Tras el reporte del Washington Post, identificamos un avión que despegó de Phoenix y luego presentó plan de vuelo hacia una ciudad polaca fronteriza con Ucrania. Lo monitoreamos en tiempo real, avisamos a abogados y confirmamos su aterrizaje. Aún tratamos de confirmar qué ocurrió con las personas deportadas allí.
—Ustedes hablan también de condiciones inhumanas para los inmigrantes en esos vuelos: personas que van esposadas, a quienes no se les da agua.
Sí. Hemos documentado que ICE mantiene a las personas esposadas de muñecas, cintura y pies durante todo el vuelo. Esta administración además ha incrementado los vuelos con rutas larguísimas. Así que para vuelos hacia Sudamérica, o a varios países de Asia pueden durar 10, 15 horas, y en el caso de países del sureste asiático pueden ser 30 o hasta 40 horas incluyendo escalas o recargas de combustible. Hemos sabido de personas que han permanecido esposadas todo ese tiempo. También se usa el 'WRAP', un dispositivo de sujeción corporal completa, aplicada incluso cuando alguien solo expresa miedo de ser deportada o pide hablar con su abogado. Expertos médicos han advertido sobre los daños físicos y psicológicos que pueden causar a largo plazo.
—¿Qué mecanismos de supervisión gubernamental están habiendo en estos vuelos?
Prácticamente ninguna. Esta administración ha debilitado los mecanismos de supervisión del Departamento de Seguridad Nacional. No hay control real sobre lo que ocurre en centros de detención, en vuelos, ni sobre lo que sucede al llegar a destino.
—¿En qué beneficia esta red de vuelos tan compleja al sistema migratorio?
En realidad genera caos: dificulta que las familias y abogados localicen a las personas, complica el acceso a información y alimenta una campaña de deportación peligrosa y violatoria de derechos humanos.
—¿La herramienta ha ayudado a familias a encontrar a un ser querido?
Sí, todas las semanas abogados y familiares nos contactan y, gracias al monitoreo, pueden saber a dónde fue trasladada la persona, cuándo y en qué vuelo. Es una de las partes más importantes de nuestro trabajo.
—¿Por qué es preocupante y qué esperan para el resto del mandato?
Es alarmante que en menos de un año la maquinaria haya alcanzado este nivel. Con más fondos, solo crecerá. Miles de personas serán separadas de sus familias sin debido proceso. Esperamos meses muy preocupantes.
—¿Por qué Human Rights First decidió continuar el trabajo que hacía Tom Cartwright?
Esta herramienta se ha vuelto esencial para la transparencia. Y la transparencia es el primer paso hacia la rendición de cuentas. El trato a los inmigrantes y la falta de debido proceso tiene implicaciones graves para la democracia estadounidense, y Flight Monitor es crucial para mostrar lo que ocurre.
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