Por qué EEUU va perdiendo la batalla contra los narcosubmarinos que cruzan el Pacífico cargados de cocaína

LOS ÁNGELES, California.– Todos los días la Guardia Costera de Estados Unidos sale a buscar agujas en un enorme pajar: el Océano Pacífico. En el mejor de los casos hay apenas diez buques de esa corporación militar patrullando una zona tan grande como el territorio de EEUU. Tratan de localizar a un enemigo que burla sus radares navegando por debajo o apenas sobre el mar, los submarinos cargados con droga.
Se trata de naves rudimentarias o sigilosas que construyen los narcotraficantes para traer grandes cantidades de cocaína desde Sudamérica a México y luego hacia EEUU. Desde junio de 2017, las autoridades han interceptado al menos siete embarcaciones de este tipo en corredores de droga en el Pacífico, frente a las costas de Centro y Sudámerica. Solo estas transportaban casi 23,000 libras del narcótico, cuyo valor en el mercado negro se calcula en más de 306 millones de dólares.
La Guardia Costera alerta sobre este método de contrabando, que ligado a un incremento del 134% del cultivo de coca (el ingrediente base de la cocaína) en Colombia de 2013 a 2016, es responsable de que estén a punto de cerrar el periodo fiscal con más narcóticos decomisados en altamar. En el ciclo anterior ya se había alcanzado un récord: 443,000 libras de la droga que se habrían vendido por $5,900 millones.
Pero en esa lucha las autoridades van perdiendo: creen que solo interceptan una de cada cuatro toneladas de cocaína que se dirigen a EEUU, cuya gran parte es incautada en el Pacífico. Ni siquiera la ayuda de los drones en aguas internacionales ha detenido al crimen organizado.
"Los aumentos significativos en el movimiento de cocaína hacia el norte fueron impulsados principalmente por incrementos en el cultivo de coca en la región andina, lo que resultó en el incremento del flujo a través del Pacífico oriental", indica un reporte que la Administración para el Control de Drogas (DEA) publicó en agosto de 2017.
Anthony Williams, jefe de operaciones de la DEA, expuso ante el Comité para el Control Internacional de Narcóticos del Senado en septiembre que los buques rudimentarios elaborados por el narco se han vuelto un dolor de cabeza y alertó que los cultivos de coca en Colombia se duplicaron de 2012 a 2016.
"Este aumento es muy preocupante y probablemente presagia un aumento de las muertes por importación, abuso y sobredosis en Estados Unidos", advirtió Williams.
Los narcosubmarinos también provienen de Perú y Bolivia, otros grandes productores de esa droga.
De Sudamérica a la frontera de EEUU
El informe de la DEA señala que la mayoría de los cargamentos se dirigen a las costas de Centroamérica, así como al sureste y caribe mexicanos. "Mientras que una sola de estas embarcaciones puede transportar hasta 500 kilos de cocaína, el margen de ganancia por la venta de la carga en Centroamérica puede ser de $5 millones", mencionó Williams a los legisladores federales.
Ya en tierra, la mercancía es transportada por carretera hasta la frontera entre México y EEUU, donde se dividen en paquetes que se ocultan en compartimentos secretos de autos y camiones. Así cruzan la mercancía por las garitas migratorias.
Asimismo, las confiscaciones de cocaína que realizó la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) en la frontera sur aumentaron un 20%, de 9,018 kilos en 2015 a 10,839 kilos un año después, sumando el mayor decomiso en tiempos recientes. La mayoría de la droga fue incautada en San Diego, en California (5,447 kilos o 50% del total); así como en el Valle del Río Grande, en Texas (2,474 kilos o 23%).
Solo el 1% de los narcosubmarinos viaja directamente hacia las costas de EEUU, según la DEA. Por su parte, las rutas por el Caribe cada vez son menos usadas por los contrabandistas, bajando del 14% en 2013 al 10% en 2015. Mientras que los decomisos en el Pacífico subieron del 82% al 90% en ese lapso.
"Toda interceptación, investigación y enjuiciamiento exitoso es un contraataque contra las redes delictivas que inundan nuestras fronteras con drogas todos los días", dijo Fred Midgette, comandante de la Guardia Costera en el Pacífico al referirse a las recientes detenciones de embarcaciones con droga.
"La información obtenida de estas interceptaciones de la Guardia Costera proporciona una idea de los caminos del tráfico ilícito y contribuye al arresto y la extradición de jefes de alto nivel de carteles de drogas", agregó el oficial.
"Es un desafío"
Los primeros narcosubmarinos fueron detectados por primera vez en la década de 1990, como muestra de la sofisticación que entonces habían alcanzado las mafias colombianas. Si bien son costosos y difíciles de construir, un solo viaje cubre por completo su precio. Además, en raras ocasiones son detectados.
Los radares no les detectan porque apenas sobresalen de la superficie, están equipados con motores fuera de borda que les hace veloces, los pintan de colores que les permita camuflarse en el mar y su diseño alargado y con una inclinación (de 25 a 35 pies de extensión) les permite avanzar sin problemas entre el oleaje. Por su tamaño pueden llevar hasta 16,000 libras de cocaína. En 2015, un gramo de coca pura se vendía a 202 dólares en EEUU, casi el doble comparado con 2007, según la DEA.
En los últimos años, estas naves se han construido con blindaje de plomo en la parte superior y tienen tuberías para permitir que el agua enfríe los gases de escape generados por los motores. Con ello evaden los sensores infrarrojos de las autoridades marítimas.
Este tipo de embarcaciones se construyen típicamente en las costas sudamericanas. Su ruta suele rodear las Islas Galápagos antes de girar hacia el norte. Esa zona es tan grande como los 50 estados de EEUU.
"Es un desafío", dijo Charles Ray, subcomandante de operaciones de la Guardia Costera, a principios de septiembre, en relación a que cada día hay entre seis y diez buques de esa corporación patrullando la zona.
A mediados de agosto, un barco guardacostas interceptó un narcosubmarino a varios cientos de millas de la costa de Centroamérica, incautando más de 6,000 libras de cocaína y arrestando a cuatro narcos.
Dos meses antes, otro buque estadounidense detectó una nave de 6 pies de ancho y 54 pies de largo frente a la costa centroamericana, luego de que le siguieron el rastro a lo largo de casi 100 millas. En esa operación detuvieron a cuatro personas y decomisaron 2.8 toneladas de cocaína.
"Las inmensas ganancias generadas por estas actividades alimentan la violencia y la inestabilidad en toda la región", mencionó el contraalmirante Todd Sokalzuk, comandante del Distrito 11 de la Guardia Costera, en un comunicado.
Esto ocurre cuando se registra un alarmante aumento de muertes por sobredosis de droga en EEUU. De 2014 a 2015, hubo un incremento del 25% en fallecimientos relacionados con el consumo excesivo de cocaína, según la DEA, que también notó que más personas están inhalando el narcótico.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas y Salud (NSDUH) de 2015, hubo un aumento del 26% en el consumo inicial de esta droga entre estadounidense de 12 años y más. Pero no se han registrado incrementos entre empleados que dieron positivo en pruebas de dopaje en el trabajo.
Para las agencias del orden, la cocaína es "una de las amenazas más bajas" en comparación con el alarmante consumo de opioides en el este del país y la metanfetamina en el oeste.