LOS ÁNGELES, California.- La familia de Edwin Rodríguez, quien murió tras recibir 17 balazos por parte de dos agentes del Sheriff en el Este de Los Ángeles en 2016, recibirá una compensación de un millón de dólares por un acuerdo extrajudicial con el condado angelino, según confirmó el abogado de los familiares.
Pagarán $1 millón a la familia del hispano que murió por 17 balazos del Sheriff de Los Ángeles
Antes de que iniciara un juicio en una corte federal, el condado de Los Ángeles aceptó indemnizar con esta cantidad a los familiares de un joven que fue abatido por dos agentes en el Este de Los Ángeles. Ahora piden que se castigue al oficial que le propinó 14 tiros.

"No es suficiente, ninguna cantidad me va a devolver a mi hijo", dijo a Univision Noticias Estela Rodríguez, madre del joven abatido por oficiales del Sheriff angelino en una concurrida esquina del Este de Los Ángeles durante la madrugada del 14 de febrero de 2016.
De acuerdo al reporte oficial, Rodríguez, de 23 años, era pasajero en una furgoneta con sospecha de haber sido robada y se enfrentó verbal y físicamente con los dos agentes que lo balearon. La dependencia alega que él portaba una pistola calibre 22 y que temían que la usara. Uno de los oficiales, Andrew Alatorre, disparó a corta distancia 14 de los 17 balazos que le quitaron la vida a este hispano.
El abogado de la familia, Jorge González, dijo que Alatorre aún es parte de esa dependencia policial, pero que ahora realiza tareas administrativas. "El Sheriff ni siquiera ha empezado a investigar el caso esperando que la Fiscalía del condado decida si presenta cargos en contra del agente. Pero ese agente debe estar fuera de las calles porque es un peligro para la comunidad", señaló el litigante.
González advirtió que ese mismo oficial ha matado a tiros a por lo menos dos personas en Los Ángeles.
"Me arrebató una parte de mi ser"
Estela Rodríguez, una inmigrante de Jalisco, ha pedido que se castigue penalmente al agente que acabó con la vida de su hijo, disparándole en 14 ocasiones cuando este se encontraba herido de muerte y bocabajo, según las declaraciones de los propios funcionarios del Sheriff (incluido Alatorre) que presenciaron y participaron en el tiroteo.
"Si Dios lo perdona que lo haga, pero yo no, porque me arrebató una parte de mi ser", dijo ella.
La autopsia reveló que el joven recibió 10 tiros en la espalda, cuatro en la cabeza (alrededor del oído derecho) y tres más en el hombro, costado y un brazo.
Ni el Sheriff ni la Fiscalía comentaron sobre este acuerdo monetario que detuvo un juicio federal que iba a iniciar el 29 de agosto. Anteriormente ambas agencias no hablaron al respecto por tratarse de un litigio pendiente.
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Rodríguez, quien trabajaba como cajero en una tienda, dejó un hijo y una hijastra huérfanos. Su madre dijo que su niña, de casi 9 años, es quien está más afectada emocionalmente. "Ella extraña mucho a su papá, le pide que regrese. La van a llevar a terapia", comentó.
Presentada ante un tribunal federal, la demanda alega que dos agentes del Sheriff se acercaron a la furgoneta en la que iba Rodríguez y, con sus armas desenfundadas, le pidieron a la conductora, Diane Martínez, y a él salir del vehículo. El hispano no obedeció, reclamando que él no era el chofer y que no había hecho nada malo.
Tras la llegada de cinco uniformados y un sargento, una discusión verbal con Rodríguez se tornó en un forcejeo entre la acera y la calle. Según la moción presentada ante la corte, cuando los agentes trataban de sacar a Rodríguez del vehículo, una pistola cayó del asiento del pasajero. La familia ha negado que el hispano portara un arma.
En sus declaraciones, los elementos del Sheriff indicaron que las manos del joven estaban escondidas debajo de su cuerpo y por lo tanto no eran visibles en el momento de la segunda descarga, en la cual Alatorre le habría dado los 14 tiros.
Estela Rodríguez dice que su hijo estaría vivo si los agentes hubiesen actuado correctamente. "Según ellos, su deber es cuidar a las personas, pero las están asesinando", advierte.
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