La venganza de una pandilla estuvo tras el peor incendio provocado de la historia de Los Ángeles

Más de dos décadas después del fuego en el que murieron 10 personas, 7 de ellas menores, las autoridades han logrado arrestar a tres sospechosos.

Un hombre es transportado en camilla por paramédicos del Departamento de Bomberos de Los Ángeles (LAFD) tras el devastador fuego de un edificio de apartamentos en Westlake el 3 de mayo de 1993.
Un hombre es transportado en camilla por paramédicos del Departamento de Bomberos de Los Ángeles (LAFD) tras el devastador fuego de un edificio de apartamentos en Westlake el 3 de mayo de 1993.
Imagen AP

LOS ÁNGELES, California.- Las autoridades de Los Ángeles revelaron este lunes los datalles de la operación que llevó al arresto de tres sospechosos de causar el peor incendio provocado en la historia de la ciudad, un fuego ocurrido en 1993 como una venganza de una pandilla -según la investigación- y que se cobró la vida de 10 personas, 7 de ellas menores de edad.

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Un cuarto presunto culpable está aún en paradero desconocido. El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) cree que huyó del país.

Las detenciones se produjeron gracias a los testimonios de quienes finalmente decidieron contarle a la Policía el horror que vieron hace 24 año en un edificio de apartamentos en el barrio hispano de Westlake.

Aquella tarde del 3 de mayo de 1993, la ciudad se conmocionó por el saldo de tan devastador incendio: tres mujeres adultas (de las cuales dos estaban embarazadas), siete niños de edades tan cortas como cuatro años. La mayoría de los fallecidos fueron hallados en el pasillo del tercer piso del inmueble en Westlake, sin detectores de humo adecuados, ni rutas de escape.

La investigación inicial arrojó que el fuego había sido provocado por pandilleros de la banda Barrio 18, en respuesta a que no les dejaran vender de narcóticos en el lugar. Pero a lo largo de los años, los fiscales no pudieron enjuiciar a los responsables por falta de pruebas. Incluso a finales de la década de 1990 retiraron los cargos contra dos sospechosos porque no tenían un caso sólido.

Fotogalería: Imágenes de un masivo incendio en un barrio hispano de Los Ángeles

Sin embargo, LAPD reabrió el caso en 2013 y finalmente encontró a personas dispuestas a cooperar. El tiempo, celebró la fiscal del condado angelino Jackie Lacey, jugó a su favor en esta ocasión.

“Durante la investigación original, testigos que tenían miedo de los pandilleros que controlaban su vecindario no cooperaron con la policía. Ahora, 24 años después, estuvieron dispuestos a testificar lo que vieron y oyeron en ese mortal día”, afirmó Lacy en una conferencia de prensa.

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Con esta nueva evidencia, la Policía arrestó el pasado 3 de febrero a dos sospechosos, Ramiro Valerio, de 43 años y vecino de la ciudad de Palmdale, y Joseph Monge, de 41 y residente de Montebello. Una tercera acusada, Johanna López, de 51 años, fue detenida anteriormente por cargos relacionados.

Las autoridades indicaron que un cuarto individuo, cuyo nombre no se reveló, está siendo buscado. Se cree que se encuentra fuera del país. Los cuatro eran miembros de un grupo ligado a la Barrio 18, conocido como 'ColumbiaLil Cycos'.

A Valerio se le fijó una fianza de 25 millones de dólares y a Monge, una de dos millones de dólares.

Un oficial de la Policía de Los Ángeles coloca las fotografías de tres detenidos acusados de haber provocado el mortal incendio de un edificio de apartamentos en Westlake en 1993.
Un oficial de la Policía de Los Ángeles coloca las fotografías de tres detenidos acusados de haber provocado el mortal incendio de un edificio de apartamentos en Westlake en 1993.
Imagen AP

La Fiscalía dijo que revisa si pedirá la pena de muerte para al menos uno de los acusados.

“Es un crimen que conmovió a cada padre, a cada ser humano. Estas madres quedaron atrapadas en el tercer piso del complejo y no pudieron salvarse ellas mismas, ni pudieron salvar a los niños. Es un asesinato masivo que requiere que jamás nos demos por vencidos”, dijo Lacey.

Charles Beck, jefe de la Policía angelina, indicó en la conferencia de prensa que 24 años después siguen creyendo que la venta de droga que realizaba la pandilla Barrio 18 estuvo fue el motivo del fuego. La banda se habría vengado porque un nuevo gerente del complejo les impidió continuar con dicha actividad ilícita.

“Creemos que estas muertes horribles se hicieron para facilitar la venta de narcóticos en el lugar”, dijo Beck, quien comentó que si bien dicho grupo domina ese territorio, es menos violento. “Siguen siendo un problema con el que lidiamos, pero nada ni siquiera cercano a lo que pasaba en 1993”, indicó.

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El edifico que ardió, ubica en la cuadra 300 al sur de la avenida Burlington, era en aquella época el epicentro de la compra-venta de cocaína, de acuerdo a la Policía.

Los sobrevivientes del incendio, alrededor de cien personas, escaparon saltando de las ventanas y balcones, bajando por las escaleras metálicas de seguridad o usando sábanas para descender. En las situaciones más críticas, los niños fueron lanzados desde las ventanas a los brazos de personas que estaban en la banqueta.

La situación se complicó porque, según investigadores del Departamento de Bomberos de Los Ángeles (LAFD), las alarmas de humo no funcionaban y las puertas de emergencia estaban averiadas. Después de este incidente, que expuso las deplorables condiciones en las que se encontraban varios inmuebles de la zona, el municipio estableció normas de inspección más rígidas a los complejos de viviendas.

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