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Actividad de pandillas

Estos son los parques de los que la Mara Salvatrucha se adueñó a punta de balazos en Los Ángeles

Desde hace décadas, la pandilla MS-13 impone su dominio sobre dos parques ubicados en barrios hispanos, donde se reúne con sus miembros, vende drogas, recluta, extorsiona, vigila a las autoridades, ajusta cuentas y asesina.
30 Jun 2017 – 03:28 PM EDT
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Grafiti de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13) en un sector del parque MacArthur en el oeste de Los Ángeles, California. Crédito: Isaias Alvarado

LOS ÁNGELES, California.- No se sabe qué desató la furia de José Antonio García, alias ‘Criminal’, uno de los jefes de la pandilla Coronado Street Locos, una célula de la Mara Salvatrucha (MS-13) en Los Ángeles. Las autoridades solo conocen el desenlace: que mató a tiros a Luis Fernández-Lima, de 22 años.

Este incidente ocurrió el 30 de septiembre de 2016 en el parque Lafayette, en Westlake, un lugar que la MS-13 defiende a balazos por considerarlo un sitio estratégico en su territorio: ahí se reúnen sus miembros, venden droga, reclutan, roban, extorsionan, vigilan a la Policía, ajustan cuentas y asesinan, según las autoridades.

Por eso, desde el 2014, los muertos han aparecido ahí y en sus alrededores prácticamente cada año.

La Coronado Street Locos, que controla el parque Lafayette, es tan violenta que incluso ha matado a pandilleros de otra banda de la MS-13, la Leeward Grandes, con la cual tiene una vieja disputa.

“Miembros de la MS-13 a menudo se reúnen en el parque Lafayette para discutir negocios de la pandilla e imponer castigos por violaciones de su código de conducta”, asegura una acusación federal desvelada tras el arresto de 21 jefes y operadores de la banda en Los Ángeles el 17 de mayo.

A simple vista, el Lafayette da la apariencia de ser un parque familiar en el corazón de un tranquilo barrio angelino. Tiene canchas deportivas, bancas, un centro recreativo y áreas verdes. Es pequeño, comparado con otros en esta metrópoli, y está protegido por una reja metálica de unos 6 pies de alto. Generalmente está limpio de grafiti, pero sus visitantes saben que hay que tomar precauciones.

“Vengo, pero en el día, porque dicen que por las tardes se juntan muchachos que parecen cholos”, dijo a Univision Noticias un vecino que pide no publicar su nombre por temor a represalias.

En ese lugar se registró una las violentas anécdotas de la MS-13 en esta ciudad. Ocurrió el 24 de septiembre de 2014, durante una reunión entre líderes de las pandillas Coronado Street Locos, Leeward Grandes y Pasadena Locos Sureños. Fue todo menos un encuentro entre “amigos”: hubo una pelea a golpes y alguien de la banda local apuntó con una pistola a los ‘mareros’ de otros barrios.

Hasta ahí llegó el incidente, pero un año después uno de los indisciplinados de la Coronado fue golpeado durante 39 segundos durante una reunión de jefes de la MS-13 en Huntington Park.

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Un parque segmentado en cuatro

Otro espacio público reclamado por la Mara Salvatrucha es el parque MacArthur, también en Westlake y uno de los más visitados por la comunidad hispana en el sur de California.

“A finales de la década de 1990, la Mafia Mexicana dividió el parque MacArthur en cuatro partes, para que lo controlaran cuatro pandillas, incluida la Mara Salvatrucha”, cita un reporte federal, refiriéndose a la segmentación que realizó la banda carcelaria La Eme.

A dicha organización criminal le corresponde la zona suroeste, un sector delimitado por las calles Sexta, Park View, Alvarado y Séptima. Sus insignias no faltan en ese sitio.

Por una orden judicial emitida el 10 de mayo de 2004, a la MS-13 se le prohíbe reunirse, conducir, mostrarse en público, intimidar a testigos, participar en actividades ilícitas (como venta de droga y armas), o incluso pintar grafiti en su bastión, el barrio Westlake.

La demanda alega que la actividad criminal de la pandilla constituye “una molestia pública” por acciones como beber en la vía pública, robos y consumo de drogas, hasta ataques y asesinatos.

Para obtener tal restricción, las autoridades locales mostraron a un tribunal evidencias que incluyen los testimonios de más de 100 policías, 135 fotografías y registros de 38 condenas penales. Dicha orden, que implica castigos más severos para quienes la desacaten, aplica para un territorio en el cual se encuentran los parques MacArthur y Lafayette. La MS-13, sin embargo, no tiene rienda.

“Ojalá y algún día dejemos de ver este grafiti y tengamos un parque digno para nuestra comunidad”, dijo José, un anciano que todos los días visita el sector del MacArthur dominado por la MS-13.

Jorja Leap, experta en pandillas y profesora en el Departamento de Bienestar Social de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), explica que los parques y centros recreativos son sitios geográficos clave para organizaciones como la MS-13 y por eso los protegen con violencia.

“Los usan como lugares de reunión porque es fácil ver quién se acerca, pueden acceder porque son públicos y es también donde ocurren los enfrentamientos con sus rivales”, dijo Leap. “Suelen estar marcados como territorios de distintas pandillas, por eso los esfuerzos de las autoridades a menudo se enfocan en estos sitios”, agregó.

El último incidente ocurrido cerca de uno de los lugares reclamados por la MS-13 en Westlake se registró el 24 de abril. Joey Eduardo Oliveros, de 19 años, se encontraba cerca del parque Lafayette cuando se le aproximó un auto y un sujeto descendió para cuestionarle: “¿De qué barrio eres?” y lo asesinó a balazos.

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