El violento historial de los tres líderes de la Mara Salvatrucha en Los Ángeles que siguen prófugos

Las autoridades aún no han dado con el paradero de tres jefes de la pandilla MS-13 en esta ciudad, quienes han sido señalados por tráfico de armas, venta de narcóticos, ataques y por ser los supervisores de las actividades delictivas de sus grupos.

Los fugitivos de la pandilla MS-13 en Los Ángeles (de izquierda a derecha): Jesse Pérez, Jorge Alberto Ramos e Irwin Hugo García.
Los fugitivos de la pandilla MS-13 en Los Ángeles (de izquierda a derecha): Jesse Pérez, Jorge Alberto Ramos e Irwin Hugo García.
Imagen AP

LOS ÁNGELES, California.- Después del gran operativo policial que puso tras las rejas a 21 líderes y “operadores clave” de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13) en Los Ángeles el pasado 17 de mayo, las autoridades no han logrado arrestar a tres jefes acusados de controlar las actividades criminales de sus clicas, distribuir armas a sus miembros, supervisar la venta de narcóticos y cuidar su territorio a punta de balazos.

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Los fugitivos son Irwin Hugo ‘Droopy’ García, presunto líder o ‘shot-caller’ de la MS-13 en Pasadena; Jesse ‘Grinch’ Pérez, jefe de la clica ‘Adams’, que reclama un sector del suroeste de Los Ángeles; y Jorge Alberto Ramos, alias ‘Gustavo Alvarenga’, ‘Miguel Quintanilla’ y ‘Poison’, quien ha sido identificado como uno de los dirigentes de la banda ‘Leeward Grandes’, establecida en el barrio Westlake.

A los tres les siguen los pasos desde aquella redada en la que participaron más de 800 agentes federales y locales resultó en el golpe más duro que haya recibido la Mara Salvatrucha en su bastión. El grupo delictivo surgió aquí en la década de 1980 y actualmente tiene 800 miembros.

“Siguen siendo fugitivos, seguimos buscándolos”, dijo a Univision Noticias, Thom Mrozek, portavoz de la Procuraduría federal en el Distrito Central de California, sobre los tres sospechosos.

El violento ‘Droopy’

Según una acusación federal, ‘Droopy’ García está involucrado en el tráfico de armas y narcóticos en Pasadena y otras regiones del condado de Los Ángeles. Él sería parte del consejo de ‘shot-callers’ que tomó las riendas de la MS-13 en esta metrópoli hace tres años.

Una de las comunicaciones interceptadas por las autoridades descubrió que ‘Droopy’ García estuvo interesado en comprar “bonitas piezas” con unos 1,000 dólares, refiriéndose en código a las armas, el 19 de marzo de 2015. En otros mensajes él mencionó al arsenal que poseía su banda.

“En o alrededor del 23 de marzo de 2015, usando lenguaje de código por teléfono, el acusado Irwin García le dijo a un informante de las autoridades que había localizado una pistola calibre 9 milímetros por el precio de 500 dólares”, señala la acusación.

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También descubrieron que tenía un plantío ilegal de marihuana en un lugar cerrado y que incluso lo contactó un cliente a través de su página de Facebook. A este le dijo que se la vendería a “buen precio”.

Parte de sus funciones en la clica era disciplinar a quienes no obedecían las reglas. En una ocasión él golpeó a un ‘marero’ que intimidó con una pistola a otros miembros de la MS-13 en su propio territorio y otra vez discutió sobre una paliza que durante 26 segundos le darían a alguien que “le había faltado el respeto a la novia de un miembro en Pasadena”.

El cobrador de la Mafia Mexicana

Jesse ‘Grinch’ Pérez también mantenía a raya a su gente en la clica ‘Adams’ y era el encargado de cobrar una “renta” de 600 dólares anuales en nombre de la Mafia Mexicana, la pandilla que desde prisión controla las actividades de las bandas hispanas en California.

Según las autoridades, ‘Grinch’ Pérez suele estar armado. Él habría discutido en al menos una ocasión sobre obtener armamento para que su grupo atacara a sus enemigos. Una comunicación interceptada por las autoridades, Pérez y un informante “discutieron sobre un tiroteo entre la MS-13 y una pandilla rival en el que un peatón fue baleado”, cita la fiscalía federal.

Aunque el tercer fugitivo, Jorge Alberto Ramos, no es considerado ‘shot-caller- de su grupo, ‘Leeward Grandes’, la Policía argumenta que fue uno de los participantes en las reuniones de los líderes en la MS-13 en esta ciudad, que ha vendido metanfetamina en Westlake, provee armas a sus compinches y supervisa las actividades criminales de su pandilla.

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A finales de septiembre de 2015, Ramos recibió en su teléfono celular la dirección donde se reunirían los jefes de la MS-13 y expresó que temía los vigilara la Policía. No sabía que respondió su mensaje a quien lo echaría de cabeza.

“Ramos expresó su preocupación al informante de las autoridades sobre la presencia de la Policía y las cámaras de seguridad en el área de la reunión general de la MS-13”, cita la acusación.