LOS ÁNGELES, California.- Dos aviones cargados con cocaína que en 2015 cayeron en el mar del Caribe llevaron a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y la Policía Nacional de Colombia a identificar y arrestar a dos de los principales operadores de la ruta aérea del narco, quienes fueron extraditados este martes de Sudamérica.
Dos aviones que cayeron al mar con cocaína llevan al arresto y extradición de dos colombianos
Colombia extraditó a Estados Unidos a dos hombres acusados de ser los principales operadores de la ruta aérea de la cocaína con escalas en Venezuela, Honduras y México.

Dicson Penagos Casanova, de 36 años de edad, y Juan Gabriel Ríos Sierra, de 34, son acusados de coordinar los vuelos para el tráfico de cocaína que fabricaban en laboratorios clandestinos de la región central de Colombia.
Los dos fueron presentados este miércoles en una corte federal de Los Ángeles, California, para enfrentar cargos por el envío de toneladas de cocaína. Penagos Casanova ya contaba con registro criminal cuando en 2008 la Fiscalía de Colombia anunció su arresto junto a otros 22 acusados de traficar sustancias químicas controladas para el procesamiento de estupefacientes.
La Oficina de la Fiscalía Federal en Los Ángeles informó que los dos hombres eran los encargados de llevar la cocaína que fabricaban en laboratorios ubicados en el departamento de Meta, en la región central de Colombia, hacia pistas clandestinas en el estado de Apure, en Venezuela.
De ahí coordinaban los vuelos de avionetas registradas en México y Estados Unidos que eran repletas con paquetes de cocaína, cargamentos que llegaban a superar la tonelada de peso y que aterrizaban en Honduras.
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Un 30% de la droga se quedaba en Centroamérica como pago para los pilotos y para sobornar policías y militares de Honduras y Venezuela, así como para abastecer el mercado local, mientras que el resto de la coca continuaba por la misma vía aérea hacia México y luego a Estados Unidos, con destino final en Los Ángeles, California, refiere la acusación criminal en contra de los dos colombianos.
El negocio de Penagos Casanova y Ríos Sierra se vino abajo cuando en enero de 2015 el jet Challenger 600 de doble motor en el que traficaban 1,550 kilos de cocaína fue derribado por la Fuerza Aérea de Venezuela al invadir el espacio aéreo de ese país. La aeronave, que estaba registrada en Querétaro, México, se hundió en aguas caribeñas de la isla de Aruba.
Cuatro meses después, en mayo de 2015, otra avioneta se desplomó en el mar del Caribe de la costa de Barranquilla, luego de que uno de sus motores falló, según la información oficial, aunque otra versión indica que el jet Hawker 800 fue interceptado por la Fuerza Aérea de Colombia (FAC) y lo derribó, según la interpretación que se ha hecho por un video que grabó la misma agencia militar colombiana.
La narcoavioneta al caer en el mar del Caribe
Los paquetes de cocaína que llevaban en las dos aeronaves sumaban casi las tres toneladas y su precio en el mercado negro de Estados Unidos se estimó en $72 millones de dólares.
Los agentes de la DEA, tanto en Estados Unidos como en Colombia, empezaron a interceptar las comunicaciones electrónicas que tenían Penagos Casanova y Ríos Sierra, en las que discutieron la caída de ambos cargamentos.
Steve Comer, agente especial de la DEA a cargo de la oficina en Los Ángeles, declaró que la investigación de este caso penetró hasta los más altos niveles de múltiples carteles y se logró desmantelar toda la cadena de abastecimiento de cocaína que se produce en la región central de Colombia.
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