El odio alimentado por discursos políticos sigue sumando tiroteos en EEUU
Daniel Aston, Kelly Loving, Derrick Rump, Tyneka Johnson, Brian Pendleton... son cinco de las últimas once víctimas mortales que ha dejado la violencia armada en Estados Unidos en dos tiroteos ocurridos en los últimos tres días. Ellos muestran a 2022 como el año con el mayor número de tiroteos desde 2019: 36 versus 33, según una base de datos levantada por la agencia The Associated Press y el diario USA Today.
Las autoridades aún investigan las motivaciones de un joven de 22 años para disparar un rifle en el club gay Q en Colorado Springs la madrugada del domingo y también las que llevaron a un gerente de Walmart en Chesapeake, Virginia, a apretar el gatillo de una pistola en una sala de la supertienda.
Sin embargo, en el primer caso el atacante enfrentará cargos por crímenes de odio, como ya se ha visto en el pasado. Como cuando un hombre de 18 años en mayo mató a disparos a 10 personas —la mayoría afroestadounidenses— en un supermercado en Buffalo, Nueva York; o como cuando en 2019 un hombre entró al Walmart de la fronteriza ciudad de El Paso, en Texas, y asesinó con su rifle a 20 personas bajo la falsa motivación de que debía "matar a la mayor cantidad de hispanos posibles" para frenar una supuesta invasión.
El odio ya ha estado presente en el pasado.
"El odio está matando a nuestra comunidad"
El ataque en el club gay de Colorado Springs, rifle en mano, no la tomó por sorpresa porque, denuncia, los políticos “han incitado a la violencia con sus palabras” desde sus redes y podios.
En el último año, dijo Ellis al canal CNN, GLAAD ha contabilizado al menos 125 ataques violentos o amenazas contra eventos drags.
"Vivimos en un ambiente guiado por dos cosas: por políticos que nos están usando para potenciar sus carreras al crear división y plataformas de redes sociales que están monetizando el odio. Eso, literalmente, está matando a nuestra comunidad", condenó.
Y aquellos 125 ataques y amenazas contra eventos organizados por la población LGBTQ son reales.
Se cuentan dos tiroteos masivos en los últimos años: 50 personas fallecieron en el club gay Pulse, en Florida, el 12 de junio de 2016; cinco más murieron y 17 resultaron heridos este fin de semana en el club gay Q, en Colorado Springs. También se suman eventos cancelados, como un rally para jóvenes transgénero que iba a ocurrir en Georgia el 12 de junio pasado y tuvo que ser postpuesto porque uno de los organizadores “recibió una amenaza de muerte creíble de parte de un individuo anónimo”.
También en junio de 2022, en California tuvieron que suspender un evento en una librería como parte del mes del Orgullo Gay luego de que cinco hombres entraran gritando insultos homofóbicos y asustaran a los niños que escuchaban las historias. Uno de los hombres vestía una franela en la que se leía “asesina al pedófilo de tu comunidad”. El incidente fue investigado como “un crimen de odio”.
Pero antes del ataque del 20 de noviembre en el Club Q, antes de Pulse, ya se escuchaban ideas llenas de odio al calor de las campañas y de boca de los más influyentes líderes políticos. Por eso es que la presidenta de GLAAD, aunque lamentó el tiroteo en el Club Q no se sorprendió al conocer de este nuevo ataque contra la comunidad LGBTQ.
El discurso
Hace poco más de un mes, en plena campaña hacia las elecciones de medio término, la entonces candidata republicana a representante al Congreso de EEUU por Colorado, Lauren Boebert, dijo en su cuenta de Twitter que las personas transgénero eran “mejor conocidas como hombres”. También se refirió a las terapias de reafirmación de género como “mutilaciones”. Y más atrás, hacia junio de 2022, pidió a los padres de su estado: “Lleven a sus hijos a la iglesia, no a bares drags”.
Por eso cuando Boebert —defensora de las teorías conspirativas de Qanon— escribió en la red social que las víctimas del tiroteo en el Club Q estaban en sus oraciones, casi una decena de políticos condenaron su reiterado discurso previo contra la población LGBTQ.
"Tú has jugado un rol importante en elevar la retórica de odio anti LGBTQ+ y las mentiras anti trans mientras pasas tus días en el Congreso bloqueando incluso las leyes con más sentido común para promover la seguridad frente a las armas", le replicó en Twitter la liberal Alexandra Ocasio-Cortez.
En el mismo marco, el Southern Poverty Law Center, una organización sin fines de lucro que monitorea el discurso de odio en el país, la incluyó en el grupo de figuras políticas que han difundido "activamente difamaciones, teorías conspirativas y falsedades sobre las personas LGBTQ en los meses previos al tiroteo masivo" de Colorado Springs.
Como ella, otros políticos han usado los espacios de interacción con sus votantes para difundir ideas que han sido catalogadas como motores para sembrar odio.
Pasó con el expresidente Donald Trump, cuya retórica antiinmigrante —en redes sociales, en eventos en vivo y presente en sus políticas— fue condenada —por activistas, políticos y por los propios habitantes de la comunidad— después del tiroteo en El Paso, considerado uno de los crímenes de odio más mortíferos contra los hispanos en Estados Unidos.
En el manifiesto dejado por el atacante de El Paso, por ejemplo, los investigadores del caso señalaron que había términos que parecían copiados del exmandatario, como la idea de una “invasión” de migrantes a Estados Unidos. Para entonces, la Casa Blanca defendió a Trump alegando que los tiroteos eran obra de personas con enfermedades mentales.
Esa misma retórica también sigue alimentando el discurso de más políticos republicanos. También por grupos de odio, como los Proud Boys, cuyos líderes han catalogado a las personas transgénero como "enfermos mentales". En Colorado, por ejemplo, en varias ocasiones han protestado contra eventos organizados por miembros de la comunidad LGBTQ para niños —uno de ellos en Denver, en 2019— al asegurar que son una forma de abuso a menores. En algunos casos, las protestas han terminado en confrontaciones.
Las leyes
Más allá del discurso están los hechos, y durante 2022 distintos congresos estatales y gobernadores del país han promovido cerca de 240 proyectos de leyes anti LGBTQ, la mayoría de ellas con un target común: las personas transgénero. Esto según datos compilados por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
Ese camino ya venía labrándose a nivel estatal desde años atrás. Human Rights Watch aseguró que 2021 se convertía oficialmente en el peor año para esta comunidad frente a 2015, que llevaba el liderazgo: 15 leyes anti LGBTQ habían sido aprobadas seis años atrás, pero en 2021 fueron 17 y otras 11 estaban a la espera de la firma de los gobernadores.
"Los derechos de las personas LGBTQ —y especialmente de las personas transgénero— en todo el país están siendo atacados y socavados sistemáticamente por grupos anti LGBTQ en el país que se coordinan con legisladores anti igualdad para librar una guerra sin precedentes en contra de la comunidad LGBTQ", señaló la organización en un comunicado.
En la lista de leyes que siguieron —algunas progresaron y otras no— se cuentan proyectos que limitaban la atención médica para jóvenes transgénero; que les prohibían el cambio de su identidad o que usaran el baño según el género con el que se identifican; también que participaran en actividades deportivas.
Y como parte de las políticas estatales, en Texas, por ejemplo, el gobernador Greg Abbott emitió una directiva para que el estado investigara a los padres de niños transgénero por presunto abuso infantil. Una jueza frenó temporalmente esta política en marzo de 2022, pero el daño estaba hecho. Univision Noticias conoció el caso de al menos una familia tejana que, en pánico, decidió mudarse del estado.
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