Un veterano hispano, el "héroe" que redujo al autor del tiroteo en Colorado y evitó una tragedia mayor
Richard Fierro se encontraba la noche del sábado compartiendo un momento con su esposa e hija en el bar gay Club Q de Colorado Springs cuando un hombre armado irrumpió y empezó a disparar a malsalva, matando a cinco personas e hiriendo a otras 25.
Mientras la gran mayoría corría desesperadamente intentando huir y guarecerse, Fierro, veterano de guerra de 45 años de edad que sirvió en el Ejército de Estados Unidos hasta 2013, activó inmediatamente las habilitades adquiridas en su entrenamiento militar.
Primero se agachó para evitar los posibles disparos. Podía detectar el olor de la munición, vio los destellos de las detonaciones y caminó en dirección al atacante.
"Es el reflejo. ¡Adelante! Ve hacia el fuego. Detén la acción. Detén la actividad. No dejes que nadie salga herido. Intenté recuperar a todo el mundo", dijo a periodistas el lunes fuera de su casa.
Al levantar la vista del suelo, vio el chaleco antibalas del atacante y la multitud que huía espantada hacia el patio del club. Al acercarse al agresor, Fierro lo agarró por el chaleco antibalas y lo lanzó al suelo mientras gritaba a otro cliente, Thomas James, que apartara el rifle de su alcance.
Mientras el atacante estaba inmovilizado bajo una avalancha de puñetazos de Fierro y patadas en la cabeza de James, intentó alcanzar su pistola. Fierro la agarró y la utilizó para golpearlo repetidas veces. "Intenté acabar con él", dijo.
Cuando un artista que estaba allí para el espectáculo drag pasó corriendo, Fierro le dijo que pateara al pistolero. El artista le metió un zapato de tacón en la cara al atacante, relató Fierro.
Jessica Fierro, esposa del veterano, confirmó que su esposo fue quien “derribó al atacante” y “le hizo soltar las armas”.
En medio del forcejeo, resultó herido en las manos, rodillas y tobillos. Su esposa publicó en Facebook que su marido "estaba cubierto de sangre".
Tanto ella como su hija Kassy lograron escapar al patio, pero aun así la mujer recibió heridas menores y la joven se fracturó una de sus rodillas.
El novio de su hija es una de las víctimas mortales
Fierro y su familia habían ido al Club Q para ver un espectáculo de drags y celebrar un cumpleaños. "Los quiero", dijo al referirse a la comunidad LGBTQ de la ciudad. "No tengo más que amor".
El veterano contó que estaba pasando una de las noches más divertidas, pero todo cambió cuando escucharon las detonaciones y el novio de Kassy, Raymond Green Vance, recibió un disparo mortal.
En declaraciones a los periodistas en su casa el lunes, Fierro lloró al recordar a Raymond sonriendo y bailando antes de que sonaran los disparos.
Las otras víctimas han sido identificadas como Daniel Aston y Derrick Rump -ambos empleados del club-, Kelly Loving y Ashley Paugh.
El autor del mortal tiroteo fue identificado por la policía como Anderson Lee Aldrich, de 22 años. Fue hospitalizado por las heridas que recibió.
Aldrich utilizó un rifle semiautomático tipo AR-15, dijeron las autoridades. En el lugar del suceso también se recuperaron dos armas y se investigaba su procedencia.
El lunes, Aldrich fue acusado en la Corte del Cuarto Distrito estatal de Colorado de cinco cargos de asesinato en primer grado y otros cinco de crímenes motivados por odio, así como de numerosos cargos relacionados con los heridos y con posesión de armas. El acusado quedará detenido sin posibilidad de fianza.
Fierro dijo que no recuerda si el pistolero respondió mientras gritaba y luchaba por someterlo, pero ha pensado en su próxima interacción.
"Voy a ver a ese tipo en el tribunal", dijo Fierro. "Y ese tipo va a ver quién lo hizo".
No quiere que lo llamen héroe
Este lunes, el alcalde de Colorado Springs y otras autoridades locales y estatales destacaron las acciones del veterano y quienes lo ayudaron a desarmar e inmovilizar al atacante que impidieron una masacre aun mayor.
"Salvó docenas y docenas de vidas. Detuvo al hombre en seco. Todos los demás huían, y él corrió hacia él", añadió el domingo Matthew Haynes, uno de los propietarios del club, citado por The New York Times.
Nic Grzecka, otro copropietario contó al diario The Washington Post, que el tiroteo no duró más de dos minutos antes de que el cliente sometiera al atacante y el otro ayudara a sujetarlo. La policía llegó unos tres minutos después, dijo.
El jefe de la policía de Colorado Springs, Adrián Vásquez, resaltó la valentía con la que actuó Fierro. "Nunca me he encontrado con una persona que hubiera realizado acciones tan heroicas y que fuera tan humilde al respecto", dijo Vásquez. "Simplemente me dijo: 'Estaba tratando de proteger a mi familia'".
Aunque sus acciones salvaron vidas, Fierro dijo que las muertes -incluido el novio de su hija- fueron una tragedia tanto personal como para la comunidad en general.
"Hay cinco personas a las que no pude ayudar. Y una de ellas era de mi familia", dijo, mientras su hermano le ponía una mano consoladora en el hombro.
El hispano sirvió tres veces en Irak y una en Afganistán, y dijo que ha lidiado con la violencia. Para eso se alistó. "Nadie en ese club pidió hacer esto", dijo, pero todos "van a tener que vivir con ello ahora".
Fierro, que no quiere ser considerado un "héroe", está recibiendo atención ante la posibilidad de que el incidente desate un episodio de estrés postraumático, informó su esposa.
Cuando se le preguntó sobre ser aclamado como héroe, se mostró reticente. "Solo soy un tipo de San Diego", dijo, de pie frente a su casa y alternando entre el inglés y un par de palabras en español.