Texas recaudó $2.600 millones de dólares en impuestos sobre la ventas en mayo, lo que significa la mayor caída con respecto al año anterior que ha registrado en una década, de acuerdo con datos del gobierno estatal.
El impuesto a las ventas sufre su peor caída en una década en Texas debido al coronavirus
El dato es una muestra más de la profunda devastación económica que enfrenta Texas, una crisis de la que analistas calculan que llevará años recuperarse, pese a que el estado reanudó las actividades económicas el pasado 1 de mayo.

La cifra significa un 13,2% menos de los $3.000 millones que el estado recaudó en el mismo año en 2019.
La mayoría de las ganancias recaudadas son de ventas hechas en abril y reflejan el resultado en impuestos del primer mes que Texas pasó tras declararse la emergencia del coronavirus, a mediados de marzo.
Notas Relacionadas

Texas: Este 2020 'Vota Conmigo'
“La pérdida significativa en los impuestos sobre la venta es evidente en la mayoría de los sectores, con la excepción de los servicios de telecomunicación”, detalló la contraloría texana en un comunicado. “La caída más profunda se registró en los sectores petroleros y de minería, así como en compañías que dependen directamente de la industria energética”.
El anuncio del lunes es un indicativo más de la profunda devastación económica que enfrenta Texas, una crisis de la que analistas calculan que llevará años recuperarse, aun cuando el estado reanudó las actividades económicas el pasado 1 de mayo.
De acuerdo con Glenn Hegar, contralor texano, aunque algunos sectores han retomado sus actividades, la recuperación será lenta. “Las operaciones han reanudado en una capacidad reducida, lo que se traduce en menos empleos, ganancias y actividad en los próximos meses”, dice el texto difundido a medios.
El mes anterior Texas había registrado una caída de un 9%, que en su momento fue la mayor registrada desde enero de 2010.
Menos presupuesto
Otros de los sectores que registraron importantes pérdidas fueron el sector automotor. Los impuestos por la venta de gasolina y combustible, por ejemplo, cayeron un 30% con respecto a mayo de 2019, la mayor caída desde 1989. La ocupación hotelera disminuyó un 86% con respecto al mismo mes en el año anterior, la más grande en el sector desde 1982.
Los líderes estatales han pedido a las agencias gubernamentales y universidades que dependen del presupuesto del estado que proyecten reducciones durante el próximo bienio (2020-2021) para intentar paliar el déficit.
Algunos republicanos han pedido que el estado recorte aún más sus gastos debido a la gravedad de la situación. Después del anuncio de Hegar, el caucus conservador House Freedom envió un comunicado en el que pide a las instituciones estatales que “identifiquen de inmediato al menos un 10% de gastos no esenciales para eliminar”.
El comisionado de Agricultura Sid Miller anunció la semana pasada que había ordenado al Departamento de Agricultura de Texas que redujera su presupuesto por un 10%.
“Este será un año muy difícil para las familias texanas, y el gobierno del estado debe ajustarse el cinturón como todos los demás”, dijo Miller en un comunicado. “Aunque Texas puede estar reabriendo, sentiremos el impacto económico de la pandemia por mucho tiempo”.















