El fiscal general de Texas y líder de “Abogados por Trump”, acusado de corrupción por su círculo más cercano

En una semana en la que la actualidad política estadounidense no deja respiro, un terremoto político ha cimbrado a Texas, el segundo estado que más votos otorga al Colegio Electoral y un tradicional bastión republicano: el fiscal general Ken Paxton, líder de “Abogados por Trump”, ha sido acusado por siete de sus más cercanos colaboradores de haber cometido graves delitos de corrupción y abuso de poder.

“Tenemos bases para creer que el Fiscal General ha violado leyes estatales y/o federales en cuanto a influencia inapropiada, abuso de poder, sobornos y otros posibles delitos”, dice la carta firmada por siete colaboradores difundida el sábado por el Austin-Statesman y KVUE .

Paxton, quien desde julio encabeza “ Abogados por Trump”, ocupa el puesto de Fiscal General del segundo estado que más aporta al PIB de Estados Unidos desde 2014. En su trayectoria ha acumulado ya varias acusaciones, entre ellas una demanda por haber recibido regalos y dinero de donadores a cambio de favores una vez que ocupara el puesto, que aún no se ha resulto en tribunales.

Paxton no ha ocultado su simpatía por el presidente e incluso se ha autonombrado como el “líder de la guerra cultural en Texas”. Su esposa, Angela Paxton, senadora estatal (republicana) desde 2018, suele abrir sus mitines con una guitarra y una tonada de su autoría: “ I’m a pistol packin’ momma and my husband sues Obama”, según un perfil del Houston Chronicle. (Soy una mamá que carga pistola y mi esposo demanda a Obama).

En 2020, Paxton ha sido un férreo opositor de las extensiones del voto por correo (Texas restringe esta opción). Ha peleado en tribunales cada esfuerzo de demócratas y organizaciones para expandirlo. En la pandemia del coronavirus, obligó a ciudades (entre ellas el condado más grande del estado, Harris) a que retirasen medidas para prevenir el contagio de la enfermedad antes de la reapertura del estado, que disparó el número de casos y muertes. Texas es el único estado donde la mayoría de los muertos por covid-19 son de origen latino.

El GOP de Texas marca distancia

El gobernador de Texas, Greg Abbott, y el vicegobernador Dan Patrick han reaccionado con discreción a las noticias de Paxton. “Estas acusaciones causan una grave preocupación”, dijo Abbott en un comunicado. “Esperaré a los resultados de la investigación para dar un comentario”.

Patrick, que en otras ocasiones ha sido más audaz al defender a sus compañeros de partido, dijo que se había enterado de las acusaciones por “los medios de comunicación” y coincidió con Abbott en que esperará a tener más detalles.

Pero quizá uno de los comentarios más dolorosos para Abbott es el de quien fue uno de sus más cercanos colaboradores por años, el congresista Chip Roy, quien busca su primera reelección este año por el distrito 21 (Austin).

Roy, quien además enfrenta una de las diez contiendas más reñidas de Texas frente a la demócrata Julie Oliver, pidió la renuncia de quien fue su jefe entre 2014 y 2016. “Por el bien del pueblo de Texas y los extraordinarios funcionarios públicos que trabajan en la Fiscalía del Estado, Ken Paxton debe renunciar”, afirmó en sus redes sociales.

Roy también anunció que cortaría vínculos con Nate Paul, un empresario de Austin vinculado a la supuesta trama de corrupción de Paxton, y que había hecho donaciones a su campaña. Paxton sostiene que no se irá de la oficina y arremetió contra los siete colaboradores que han firmado la carta. Esa era su posición hasta la tarde de este lunes.

El líder del Partido Demócrata en Texas, Gilberto Hinojosa, afirmó que las acusaciones contra Paxton concuerdan con sus actos en los últimos seis años. "Los texanos están cansados de la corrupción y la falta de respeto a la ley. De la supresión del voto, sus intentos para detener el Affordable Care Act (Obamacare) y ahora esas acusaciones, los actos de Ken Paxton son criminales y sus consecuencias afectan a los texanos".