En septiembre de 2018, la primera actriz mexicana fue acusada de robo en una tienda en San Antonio, Texas; tres meses después, la fiscalía del condado de Bexar desestimó el cargo porque no había evidencias. Ya pasó un año y a Daniela Castro le cuesta hablar de lo que sufrió junto a su familia, porque sus hijas se convirtieron en blanco de "acoso e intimidación estudiantil".