Por qué era tan importante Ciudad Juárez para Juan Gabriel

Este jueves la familia de Juan Gabriel anunció públicamente que los restos del cantante reposarán en Ciudad Juárez según su propia voluntad. Las razones no son tan evidentes para aquellos que aunque conocen su música no saben mucho de su vida.
Lo cierto es que no es difícil corroborar que los acontecimientos que marcaron definitivamente al compositor cuyo nombre real era Alberto Aguilera, ocurrieron en la ciudad fronteriza a la que llegó a los 8 meses de edad. Allí vivió los peores y los mejores momentos de su infancia y adolescencia, transcurrida entre el contraste del abandono y la luz de personas que —sin ser familia— le tendieron la mano.
Aquí algunas razones por las que Juárez fue una piedra angular en la vida del ídolo:
Por su vida en el internado y el abandono
A los 5 años su madre lo internó en una escuela de mejoramiento social para menores porque estaba sola con dos de sus hijos, era trabajadora doméstica y no podía atenderlo. Una de sus patronas le consiguió la entrada al internado donde él no la pasaba bien, se sentía abandonado y encerrado en una monotonía triste. Tanto que un día encerró a su madre en una habitación para que no lo llevara de regreso al internado del que finalmente logró escapar a los 13 años. Juan Gabriel, sin embargo, declaró en entrevistas que había borrado las memorias dolorosas para guardar solo los recuerdos positivos de esos años.
Del internado le quedó el recuerdo agradecido de dos personas claves en su formación: Micaela, la directora, que siempre fue cariñosa y cuidadosa con él; y Juan Contreras, que fue para él más que una figura paterna: no sólo le enseñó a tocar la guitarra (acercándolo decisivamente a la música a los 8 años) sino que tiempo después, tras su escape, lo alojó y le enseñó a fabricar artículos de hojalata para venderlos y ganarse la vida. Por eso, al tener que elegir un nombre artístico en 1971 se puso 'Juan' en su honor y 'Gabriel' en memoria de su padre biológico.
Por los años de cabaret
Tras dejar el internado Aguilera vivió un período de libertad en Juárez que le permitió conocer otros ambientes y personas que también marcaron su vida.
Tenía 15 años cuando le pusieron el nombre artístico de 'Adán Luna' en su primera presentación en la televisión local a raíz de la cual consiguió empezar a trabajar con regularidad en cabarets de la zona. El primero y el más entrañable para él fue el Noa Noa, pero también se presentó en otros centros nocturnos como el Hawaiian, El Cucaracha Bar, el Boom-Boom, El Palacio Chino, el Charlie's Bar, el Cucamonga y el Malibú.
Por esas noches conoció en el Noa Noa a Meche (sí, la misma de la canción del disco Recuerdos II) que le tendió la mano cuando la economía no le daba aún al joven 'Adán' para comer y asegurarse un techo. Ella, cuentan por allá, trabajaba de prostituta en el famoso centro nocturno y fue para el compositor una amiga que le brindó cariño y protección en tiempos difíciles.
Porque Juárez siempre estuvo allí
Antes de alcanzar el éxito definitivo en la Ciudad de México en 1971, Alberto había tenido dos intentos fallidos (uno en 68 y otro en 69). Tras ellos, Ciudad Juárez —con todos sus centros nocturnos— lo recibió con los escenarios abiertos y listos para él.
Algunas de estas memorias están en el álbum Recuerdos II de 1984 (el más vendido jamás en México debido al éxito del sencillo 'Querida'), que con las canciones 'Juárez es el No.1', 'Meche', 'El Noa Noa II' y 'Eternamente agradecido' —que es más bien una carta musicalizada— se confirma como un trabajo dedicado a al período de su vida transcurrido en Juárez.
El agradecimiento, por otra parte, era mutuo: por su lado Juan Gabriel abrió un albergue en Juárez para ayudar a pequeños con pocos recursos, huérfanos o hijos de madres solteras y trabajadoras; pero por el suyo, la ciudad y su gente siempre lo recibieron como un hijo predilecto y le rindieron distintos tipos de homenajes, como la develación de un mural de 400 metros cuadrados con su rostro pintado por el pintor Arturo Damasco en el Hotel Morán, ubicado en la zona del legendario Noa Noa.
Porque su música no habría sido la misma de haber crecido en otra parte
El broche de oro que avala la decisión de hacer reposar los restos de Juan Gabriel en Ciudad Juárez viene del reconocimiento del propio artista al enriquecimiento musical que le dio vivir en la frontera, según consta en su perfil en la página de la Sociedad de Autores y Compositores de México. En él dice: "... traigo raíces musicales mezcladas con el turbulento escándalo que hay en Juárez, donde se amalgama la música de todas partes. Fusionando los ritmos estadounidenses con los mexicanos he tenido la base para crear mi propio estilo musical. El rock, twist, hustle, funky y otros géneros que me han influenciado fusionados con estilos como el de Chelo Silva, Cornelio Reyna, Juan Montoya..." y otros músicos fronterizos.
Del amor de Alberto Aguilera por su ciudad sobran muestras: testimonios, declaraciones, películas, canciones, poemas, cartas, memorias... Y no hace falta hurgar mucho para dar con ellas, han sido tan evidentes a lo largo de su carrera musical que le valieron, desde hace mucho —y sin queja de su parte— el sobrenombre que le dio pertenencia durante sus últimos años: 'El Divo de Juárez'.
Sin duda, allí descansará en paz.
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