No espero nada de él. No espero ver los platos lavados cuando llego del trabajo, no espero que pague las cuentas, no espero que prepare la cena. Pensarás que estoy loca, pero en realidad lo que estoy diciendo puede ayudarte a mejorar la relación que tienes con tu pareja ¿por qué? Sigue leyendo y lo sabrás.
Estas son las razones por las que no espero nada de mi pareja


No creo en las divisiones de tareas por género, y mucho menos creo en la sumisión de la mujer. Pero sí creo que nuestra relación es una colaboración mutua, un equilibrio que solo puede construirse con la existencia de amor.
Aprendí que tampoco debo esperar a que él sepa lo que quiero o lo que siento, si jamás se lo digo ¿cómo podría saberlo? Aprendí que no debo esperar que actúe de cierta manera, si para hacerlo deja de ser lo que es. Y lo más importante, confío en él sin expectativas.
Y así como puedo estar cansada y no tener ganas de cocinar, él también puede estarlo y tampoco querer hacerlo. Con esto no estoy diciendo que la casa sea un completo desastre ¡claro!, estoy diciendo que no hay presión, sino colaboración.
Entonces… ¿cómo resulta la convivencia? A veces es divertida y en ocasiones conflictiva, pero siempre es auténtica. Ahora déjame explicarte cómo las expectativas pueden influir en tu relación.

Las expectativas nos sitúan en el pasado o en el futuro
La definición de expectativa es “la esperanza de realizar o conseguir algo”. Las expectativas que creamos hacia otros y hacia nosotros mismos están basadas en lo que hemos vivido en el pasado. Esas expectativas se crean a partir de daños, frustraciones, logros e incluso por traumas que hemos vivido, por lo que son el resultado de usar nuestro pasado para predecir el futuro. ¿Qué significa esto? No hacen más que alejarte del presente, que es el único lugar donde deberías situarte.
Las expectativas nos preparan para el fracaso y las penas
Mi novio es humano. Comete errores, olvida cosas, se siente triste, feliz, cansado, con mucha energía. Tan humano como yo. Si le pongo alguna expectativa que él no pueda cumplir me sentiré mal, me sentiré decepcionada. No quiero que él se sienta inseguro o con dudas por no saber si está cumpliendo mis expectativas… quiero que se sienta seguro y cómodo. De esa forma siento que estoy en una relación auténtica.

Las expectativas insatisfechas cultivan resentimiento
Las expectativas solo cultivan decepción y resentimiento, y alimentar estos sentimientos es lo peor que podría hacer. Si todo el tiempo tengo expectativas de los demás voy a salir lastimada en algún momento. Y claro que tenerlas también baja el autoestima, ¿no te ha pasado sentirte mal por no haber cumplido “las expectativas” de alguien?
Él y yo somos iguales
Y así como no espero que deje de ser lo que es, yo tampoco dejaré de ser lo que soy simplemente por mantener la relación. Porque si dejo de ser lo que soy por miedo a perderlo estaríamos en un mundo de falsedades.
Yo espero que él sea como es él y yo no intentaré ser otra. Que ame lo que soy y yo amaré lo que es, sin miedo a lo que pueda pensar él ni los demás. En el amor no debería haber lugar para el miedo.
Y cuando se es auténtico no existen las llamadas “creencias sociales”. ¿Qué quiero decir con esto? Que hay que cuestionar un poco más todo aquello que damos por seguro que es así, todo aquello que hacemos sin pensarlo.
Tengo una amiga que decidió trabajar y dejar a su hijo al cuidado de su pareja, porque preferían que estuviera con uno de los dos y decidieron que el niño se quede con su padre, y cuando cuentan esto hay más de uno que mira asombrado. ¿Quién dijo que estaba mal que la madre saliera a trabajar y el padre se quedara cuidando al niño? ¿Por qué hay que creer eso? El día que nos dejemos de asombrar por este tipo de cosas ni siquiera será necesario hablar de igualdad de género.
Somos iguales porque somos auténticos y hacemos lo que sentimos. Y con igualdad me refiero a que somos dos seres que eligen en el presente disfrutar la vida y acompañarse.
Hoy elijo no esperar nada de mi pareja, tener una relación sana. En mi vida ya no hay lugar para las expectativas, las suelto a todas, las que me he puesto a mí, a mi familia, a mi pareja y a mis amigos. Es un desafío que vale la pena hacerlo.








