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Amor en la oficina, ¿problemas a la vista?

Imagen thinkstock

Las relaciones afectivas entre compañeros de oficina plantean una paradoja tan grande como cierta: el trabajo es el lugar más proclive a que surjan vínculos amorosos entre personas y, al mismo tiempo, es el sitio menos conveniente para que esto suceda. Cuando el amor sobrevuela de escritorio a escritorio en una oficina, es inevitable pensar: ¿estamos ante un problema? 

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Cuando una persona de la oficina nos agrada más de lo normal, resulta difícil evadirla: pasamos gran parte del día en el mismo lugar, nos cruzamos permanentemente, almorzamos juntos, a la tarde compartimos un café, mantenemos alguna que otra conversación "de pasillo” y, por supuesto, trabajamos en conjunto. Es decir, fomentar el vínculo entre los dos será casi imposible.

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Hasta aquí no parece haber problema alguno, y hasta puede parecer divertida la idea de coquetear un poco con algún compañero de la oficina. Sin embargo, cuando comienza a gestarse una relación más seria entre dos empleados, algo que va más allá de un simple flirteo, esto puede verse como un problema a los ojos de los empleadores.

Por lo general, las empresas no están preparadas para lidiar con las cuestiones del amor. Las relaciones de pareja dentro de la oficina son consideradas una complicación, y en la entrevista, suele aclarársenos que "la política de la empresa no avala las relaciones amorosas entre empleados". 

Es común que este tipo de vínculos entre compañeros de oficina sean vistos como negativos y perjudiciales al rendimiento de estos en el ámbito laboral. La situación es considerada mucho más grave aún cuando las personas involucradas ocupan puestos que dependen jerárquicamente uno del otro.

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Sin embargo, es importante saber que no existe una ley que prohíba que dos personas que trabajan para una misma empresa mantengan una relación sentimental. Y de hecho, regularlo no sería algo simple, ya que se trata del derecho a la intimidad del cual goza cualquier trabajador. No obstante, las empresas siguen prefiriendo oponerse. 

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En los mejores casos, los empleadores toman medidas como, por ejemplo, reubicar a uno de los involucrados en un sector diferente. Cuando eso sucede, la empresa debe proceder con absoluto cuidado, procurando no escaparse del marco legal (manteniendo misma categoría, salario y condiciones). Es preciso que se argumenten motivos válidos, pero diferentes al verdadero, ya que no sería legal justificar el cambio de puesto con el hecho de que el empleado mantiene una relación con una persona de la misma empresa.

Si enfocamos la cuestión desde el punto de vista de los protagonistas de la "historia de amor", es decir, desde la óptica de quienes se embarcan en este tipo de relaciones, podríamos afirmar que las empresas se equivocan. Los trabajadores que encuentran el amor en el ámbito laboral suelen redescubrir este espacio y disfrutar de él mucho más que antes, ya que ahora existe una nueva motivación. Las consecuencias suelen verse reflejadas en un mejor desempeño profesional.

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Sin embargo, es preciso ser cuidadoso y no arriesgar demasiado sin antes estar seguro. Muchas veces, el atractivo de la relación sentimental en el trabajo es simplemente eso: mantener en secreto un romance “prohibido”. ¿Suena emocionante, verdad? No lo dudamos. El problema comienza cuando ese romance deja de ser secreto y, por ende, pierde el sentido. La relación termina, y el vínculo entre estas dos personas puede resultar malherido. 

Sin duda, esto último es mucho más perjudicial para lo profesional que una relación amorosa estable y exitosa. Entonces, si estás segura de que se trata de algo serio, si logras divisar el amor en todo esto, ¡adelante! ¡Anímate al amor en la oficina!