¿Acaso sientes que tu compañera de oficina podría ser tu mejor amiga? No es una posibilidad loca ni mucho menos, después de todo, pasamos unos 240 días y unas 1920 horas junto a nuestros compañeros de trabajo.
Razones por las que tu compañera de trabajo puede ser tu mejor amiga

A una de mis mejores amigas la conocí en uno de mis anteriores trabajos, lo que empezó siendo una relación de compañerismo se transformó en una amistad que hoy tiene 8 años. Tantas horas compartidas nos llevó a saber identificar cuándo la otra tenía un mal día, estaba ilusionada con algo, tenía un mal de amores, o precisaba un consejo. Todavía recuerdo el último día que trabajamos juntas, pero luego la promesa de mantenernos en contacto se transformó en una gran relación de amistad. Como decimos nosotras, somos hermanas separadas al nacer.
Creo que en un trabajo se pueden hacer verdaderos amigos. Estas son mis razones para creer que una compañera de trabajo puede ser tu mejor amiga:
Reconoce tus estados de ánimo

Tal vez lo que tú puedes disimular delante de otra persona, no pase por alto para tu compañera de trabajo. Una persona que te ve todos los días y comparte varias horas contigo aprende a darse cuenta de cuál es tu estado de ánimo, de modo que si un día te percibe diferente, inevitablemente te preguntará algo y te ofrecerá su ayuda. El contarse las cosas de la vida genera un acercamiento que crece día a día.
Puede guardar un secreto

Por más que le cuentes a tus amigas o a tu pareja sobre cómo estuvo tu día en el trabajo, la realidad es que ellos no siempre quieren saber de cada detalle que ocurre, y contarles algún “chisme” o secreto laboral puede que no les resulte interesante. En cambio, tu compañera de trabajo sí lo vivirá con la misma emoción que tú, y hasta puede ayudarte a tomar una decisión si es que ese secreto te involucra. Será tu cómplice.
Puede ayudarte a tomar la mejor decisión laboral

Enfrentarse a la decisión de abandonar o seguir en un empleo, por ejemplo, es difícil. Por más situaciones vividas en el trabajo que le cuentes a amigos y familiares, ellos sólo podrán darte su opinión en base a tu versión de los hechos. Pero con tu compañera de trabajo es diferente, ella comparte el mismo espacio físico que tú y tal vez recibe órdenes de la misma persona, y por supuesto, sabe muy bien cómo es tener tu empleo, de modo que puede hacerte ver detalles que tú tal vez estés pasando para alto a la hora de evaluar un cambio.
Aunque parezcan que son razones que sólo se ciñen a lo laboral, las tres tienen algo en común: la confianza que excede al ámbito de trabajo. Tú puedes confiar (y hasta tal vez te lo pidan) en tu compañera de trabajo al momento de realizar juntas una tarea, pero el tener la confianza de compartir lo que ocurre en sus vidas y sus sentimientos, va mucho más allá de una relación de compañerismo, involucra el afecto y ese el primer elemento para entablar una relación de amistad.
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