La vitamina A, también conocida como caroteno es un nutriente esencial, su consumo no puede prescindirse, pero en las mujeres embarazadas su consumo debe de ser regulado. Esta vitamina es liposoluble y se almacena en el organismo, un consumo inadecuado y exagerado de la misma afectar de manera negativa al desarrollo del bebé.
Vitamina A durante el embarazo

La vitamina A es fundamental para el correcto desarrollo del feto, contribuye al mantenimiento y desarrollo de los tejidos y del crecimiento óseo, de la visión y de los sistemas inmunitario y nervioso.
Para las mujeres embarazadas el aporte diario recomendado es de 800 microgramos diarios, pero dado que es una vitamina que puede estar en nuestro organismo es recomendable el asesoramiento médico para un consumo personalizado.
Las dosis excesivas de esta vitamina son peligrosas y pueden llegar a provocar un aborto, así como malformaciones en el feto, como por ejemplo en el pabellón auricular, la frente estrecha, nariz pequeña y ojos separados de la línea media.
En exceso esta vitamina produce toxicidad. El hígado, al no poder continuar almacenando esta vitamina, produce alteraciones de la piel y en las mucosas.
Es importante consumir moderadamente los suplementos de esta vitamina o intentar evitarlos y consumirla a través de los alimentos que la contienen.
Los alimentos en los que se encuentra son en: los de origen animal, leche y sus derivados más grasos (nata, mantequilla), yema de huevo, hígado, aceite de hígado de pescados y la margarina enriquecida.
Los vegetales contienen betacaroteno, un pigmento colorante, que en nuestro organismo se transforma en vitamina A, ésta provitamina A está presente en los vegetales, frutas y hortalizas, de color amarillo, naranja o rojizo, como por ejemplo la zanahoria, el tomate, el pimiento rojo, el níspero, la mandarina, el albaricoque, la ciruela amarilla y el melocotón.
También está presente en hortalizas, verduras y frutas de color verde como: espinacas, acelga, brócoli, apio verde o pimiento verde.
El consumo variado de frutas y de hortalizas es la mejor forma de garantizar el aporte de esta vitamina sin correr los riesgos que significaría tomar un suplemento vitamínico.









