A menudo en lugares públicos es más común ver como los roles entre padres e hijos varían, en muchos casos son los niños los que eligen qué comer, cómo vestirse y cómo comportarse sin que la autoridad de sus padres importe mucho.
¿Tienes un niño emperador en casa?

Se trata del síndrome de niños emperadores que cada día cobra más padres como víctimas. Entérate de qué se trata en este artículo.
Padres: causantes de los niños emperadores
Los hijos emperadores por lo general son niños indisciplinados en sus colegios, rebeldes en sus casas, un tanto agresivos con sus pares y sin importar las consecuencias con sus padres, se trata de personas caprichosas al extremo que no concilian con nadie, lo que a largo plazo puede convertir del inocente niño con mal carácter a un adolescente imposible de manejar o un adulto arbitrario en los sentidos de la vida.
Para la psicóloga colombiana y Magister en Psicología Clínica y de Familia, Sandra Guzmán, todo radica en la errada concepción que los padres tienen de lo que es amar a su hijo incondicionalmente. “Cuando dejamos que nuestros hijos se conviertan en estos ‘emperadorcitos’ es porque nos equivocamos asumiendo la lógica del amor incondicional y eso quiere decir que para nuestro hijo y por nuestro hijo somos capaces de todo, que tenemos que estar encima de él y todo se lo permitimos porque si no llora y hace berrinche”, explica la especialista.
Sin embargo, todo lo que logra esta práctica no es nada más que enviarle un mensaje inconsciente de incapacidad al niño, para realizar todo tipo de acciones.
A su vez esta incapacidad le hace exigir que alguien se ponga a sus órdenes, en ese caso abuelas, madres y tías podrían jugar un rol impresionante en la configuración de un niño emperador, pues se trata de prácticas femeninas que acuñan ese pensamiento emperador.
Recomendaciones para padres con hijos emperadores
Para Guzmán, “lo que hay que entender es que nuestros hijos son seres capaces, que ellos entienden y que además nuestras correcciones se hacen en un ejercicio de amor. Nunca con rabia”. Así que lo ideal en uno de los acostumbrados berrinches puede ser para la especialistas, seguir estos pasos.
- Levántalo del suelo
- Tómalo con cuidado de sus brazos
- Baja tu cuerpo a su nivel
- Míralo a los ojos
- Explícale que hasta que no pare de llorar, gritar y golpear no podrás hablar con él.
Es muy importante que él pueda demostrar sus emociones y por ello hay que dejarlo llorar, pero hay mantenerlo en un solo sitio de la casa hasta que el berrinche termine.
“Lo que pueden hacer es tomar al niño y ponerlo en una silla el número de minutos que corresponde a su edad. Por ejemplo, 2 años, 2 minutos hasta que se calme. Estas cosas hay que hacerlas con amor y sobre todo sin paciencia, sin rabia”, aclara la psicóloga.
Además, Guzmán es muy clara en afirmar que todo se trata de conversar, entender y mantener la autoridad, simplemente porque “los golpes físicos no enseñan nada, solo traen dolor”, finaliza.
¿Cómo abordas a tu niño emperador? Cuéntanos tu experiencia.









