¿Sabías que es un derecho de la mujer elegir cómo dar a luz? En varios países las mujeres pueden ejercer este derecho, pero aún queda mucho camino por recorrer para que cada vez más países lo respeten.
¿Te sumas a promover el parto humanizado? ¡Entérate de qué trata!


Es importante que se conozcan nuestros derechos y que avancemos y luchemos para conseguir los que aún faltan. ¿Te sumas? ¡Te contaré de qué trata la humanización del parto y por qué sería importante para nosotras, las mujeres.
¡Trabajemos todas juntas para humanizar el parto!

Humanizar el parto es, para Gilda Vera coordinadora general de la Red Latinoamericana y del Caribe por la humanización del parto y del nacimiento (Relacahupan), «devolverle el parto a las mujeres. Aquello en lo cual el grupo de profesionales médicos se lo han sacado”. Y agrega que “humanizar significa hacer todo lo posible para que la mujer vuelva a adueñarse de su parto, vivir su embarazo, con su pareja, con su familia».
Para Vera, se debe luchar por lograr que todas las mujeres tengan un parto humanizado, y trabajar «en todo lo que refiere al empoderamiento de la mujeres y todo lo que significa devolverle el parto a las mujeres».
La humanización del parto está relacionada con la violencia obstétrica. Luchar por un parto humanizado es también luchar por erradicar la violencia obstétrica. Para Carolina Farías, psicóloga de la salud y docente de la Facultad de Psicología de Uruguay, en la violencia obstétrica «la mujer deja de ser vista, o nunca es vista, como sujeto y pasa a ser vista como un objeto, y en este caso, como un objeto que se interviene».
El avance de la tecnología y de la medicina en diversos aspectos de nuestra vida, han hecho que el parto sea cada vez menos humanizado. Vera explica que «la anatomía y fisonomía de la mujer no ha cambiado con los años, sigue siendo la misma y se le ha quitado la posibilidad de parir con su cuerpo para que la medicina actúe por ella».

Para Natalia Magnone, trabajadora social, máster en Sociología, especializada en derechos reproductivos de las mujeres y con formación de Doula, la humanización del parto es un «movimiento que reacciona, frente a la forma del modelo médico intervencionista que en vez de colocar a la mujer en el centro, coloca a la medicina». Y agrega que «la humanización es un movimiento, de familias, parteras, médicos también, diciendo que tenemos todas las posibilidades de asistir el parto y que usemos la tecnología de manera de que no le quite la posibilidad a las mujeres de tener sus partos».
¿Quiénes han legislado?
Si bien en Latinoamérica no todos los países tienen leyes que regulen el parto humanizado o la violencia obstétrica, muchos de ellos han tenido en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre ambas temáticas.

Según Farías, Venezuela y Argentina han sido dos de los países que han tratado el tema desde el punto de vista legislativo.
«Venezuela ha incluido dentro de la ley de protección integral de la mujer para una vida libre de violencia, así como tiene la violencia doméstica un capítulo específico de violencia obstétrica. Y desarrolla como se cataloga, habla de la violencia psicológica, de la violencia física, de la información, del consentimiento», y Farías agrega que «Argentina federal promulgó una ley de humanización del parto y marca cuáles son las líneas de buen trato, que todo lo que no está dentro de unas buenas prácticas de humanización del parto están configurando un acto de maltrato».
En otros países como Uruguay, se ha avanzado en leyes que están directamente relacionadas con el parto humanizado, como la ley de acompañamiento durante el parto que ayudan a que las mujeres vivan ese momento de una mejor manera.
¿Qué podemos hacer las mujeres?
Según la OMS, «el parto humanizado respeta los derechos de las mujeres y de sus bebés». Para Relacahupan «el parto humanizado requiere que todas las decisiones y procedimientos sean para el bien de la usuaria, para servir a las necesidades individuales y deseos particulares de la mujer».
En la Casa de la Mujer de Uruguay, Gilda Vera cuenta que trabajan con las embarazadas y las preparan para el parto. «Una mujer preparada va a tener un excelente parto», explica y agrega que «eso tan simple y tan importante como tener talleres con las mujeres, decirles qué le pasa en el cuerpo, qué van a sentir, qué significa el dolor, desmitificar el dolor, todas esas cosas las mujeres las tienen que saber. El parto tiene que ser vivido con alegría y no como una carga pesada».

Magnone considera que pensando en el proceso de humanización «hay que respetar lo que las mujeres quieren y darle información de calidad», solo así se podrá difundir el parto humanizado y devolverle a la mujer la posibilidad de parir naturalmente.
Sin embargo, esto no quiere decir que las mujeres no reciban atención médica, sino todo lo contrario. El embarazo no es una enfermedad, los ginecólogos están preparados para atender patologías y es necesario que estén en el momento del parto por si algo ocurre. Pero quizá el parto debería estar acompañado por parteras y por doulas que ayuden a la mujer a tener el parto que ellas quieren y el más adecuado según sus necesidades.
Para humanizar el parto, Vera cree que hay que devolverle el parto a las mujeres y para eso todas deberíamos conocer nuestros derechos. Pero, ¿cuáles son esos derechos?
La coordinadora general nos cuenta que «en el parto tenemos derecho a estar acompañadas en todo momento; tenemos derecho a que se nos informe de qué se va a hacer; a decir "no" cuando algo no nos gusta, como por ejemplo que nos rompan la bolsa, que nos rasuren, que nos coloquen un enema; tenemos derecho a bañarnos, a refrescarnos, a hidratarnos». Y estos derechos son exactamente idénticos para toda Latinoamérica.
Conoce quiénes son las Doulas

Las doulas son acompañantes emocionales del parto para las mujeres y los familiares. Magnone, quién está formada en Doulas, cuenta que acompañan el proceso anterior al parto, las ayuda a informarse e intenta involucrarse de manera emocional y espiritual con el parto y el nacimiento.
«La Doula se ocupa de toda la parte más emocional. Conoce las recomendaciones de la OMS como por ejemplo que camine o qué tipo de masajes las puede ayudar», explica Magnone y agrega que «la perspectiva médica solo mira lo físico, esa patología posible. Y para todo lo demás pueden estar las Doulas. Incluso hay investigaciones que explican que con doulas disminuye las cesáreas».
Para Natalia Magnone «en todos los ordenes de la vida las mujeres tienen el derecho a vivir sus experiencias como quieran; tienen el derecho de elegir en dónde parir y cómo parir».
Luchemos por un parto humanizado, trabajemos para que cada mujer tenga el parto que desea. Devolvámosle el parto a la mujer y dejemos que la medicina actúe en casos específicos. Es nuestro derecho vivir el parto de manera natural, ¿te sumas a esta lucha? Sigamos avanzando en los derechos, ¡juntas podemos!









