Cada madre intenta hacer lo que considera mejor para sus hijos. Pero a veces se les olvida cuestionar actitudes y comportamientos que tienen habitualmente: ¿escuchas a tu hijo?, ¿tomas en cuenta su opinión?, ¿lo comparas frecuentemente con otros?
¿Te convertiste en una mamá tóxica? Puedes averiguarlo…
Las actitudes tóxicas suelen estar presentes pero pasan desapercibidas. ¡Atenta! Estas son todas las que deberías evitar:
No dejar que exista una comunicación abierta

La comunicación es importante en toda relación. De hecho, muchas veces una mala comunicación es la principal causante de conflictos. Algunos adultos no toman en cuenta la opinión de sus hijos, es decir, no los escuchan. Cuando ocurre cualquier diálogo el adulto se impone, asumiendo que su opinión es más importante o que lo que dice es la verdad absoluta.
Una mamá que no es tóxica escucha, toma en cuenta la opinión de su hijo y si se contradice con la suya no la niega, sino que la toma como otro punto de vista. La mamá tóxica excluye, mientras que la que no lo es incluye.
Tener pensamientos negativos

Todos tenemos malos días. Pero eso no significa que tengamos que hablarles mal a todos en nuestro hogar. Los pensamientos negativos son un círculo de nunca acabar, uno lleva al otro y las personas alrededor los perciben. Una madre tóxica es aquella que les transmite a sus hijos toda su negatividad.
Hay que considerar que nuestros pensamientos y actitudes influyen en nuestros hijos.
No saber manejar las propias frustraciones

Los padres se frustran cuando sienten que no están haciendo lo correcto, ¿sabes qué es lo mejor que puedes hacer? Reconocerlo, ser honesta contigo misma y así verás como todo será mucho más sencillo. Todo está en lograr aprender a identificarlas y no asumirlas como problemas.
Comparar a tu hijo con otros

Una madre tóxica tiende a comparar a su hijo con sus hermanos o con otros amigos, esperando que de esa manera pueda lograr tener el mismo buen comportamiento. Por el contrario, lo que se debería hacer es celebrar su individualidad, que es un ser único y que es tan bueno como los demás, solo que en diferentes áreas o aspectos. La comparación daña su autoestima y lo único que hace es desmotivarlo.
Criticar tu aspecto físico

¿Todo el tiempo hablas sobre tu aspecto? No olvides que tú eres el espejo de tus hijos y si siempre transmites una baja autoestima, focalizandote solamente en quejas de cómo luces, ellos van a sentirse de la misma manera. Háblate lindo, no te llames «gorda», «tonta». ¡Siéntete segura!
No dejarlos ser independientes

Un error muy común de los padres: no enseñarles a sus hijos a ser independientes. Los hijos no son nuestros, es decir, no son de nuestra propiedad. Son seres independientes y no le pertenecen a nadie. Muchos padres sienten que sus hijos les pertenecen y no les permiten crecer, vivir, disfrutar, conocer, frustrarse, tener miedo. Reprimen emociones que nos hacen humanos. Darles libertad, permitirles que hagan cosas por ellos mismos significa dejarlos crecer, dejarlos disfrutar de su vida.
Lo importante es reconocer las actitudes tóxicas que influyen en los hijos. Saber identificarlas es el primer paso, después solo queda intentar no repetirlas.










