¡Se acabó la guerra! 5 pasos para disciplinar a tu hijo sin necesidad de castigarlo

Cuando un niño está enojado y fuera de control, es muy fácil que como padres perdamos la calma y reaccionemos de forma similar a su comportamiento, iniciando una lucha de poder que solo termina por desgastar la relación con nuestros niños, además de lastimar su atoestima con gritos, regaños o castigos.
Sin embargo, saber cómo reaccionar ante un berrinche es muy importante, pues enseñarles el concepto de disciplina a nuestros hijos es una parte fundamental de su crecimiento emocional.
Pero entonces, ¿ cómo imponer los límites sin ser agresivos? Aquí tienes 5 herramientas que te ayudarán a lograrlo:
#1 Mantén la calma

Si intentas que tu hijo deje de gritar o hacer una pataleta gritando tú también, la reacción lógica será que ambos terminen más enojados. La forma en que tú reacciones será la clave para la respuesta de tu pequeño, y si lo haces con gritos o de mala manera, sólo le estarás dando un mal ejemplo.
Aunque resulte tremendamente difícil, esfuérzate por mantener la cabeza fría y buscar la conexión con tu hijo.
#2 Identifica sus emociones

Trata de ponerte en sus zapatos y ver la situación desde su perspectiva. Si el berrinche es a causa de que tiene que hacer algo que no le gusta, o dejar de hacer algo que está disfrutando, es lógico que pondrá resistencia.
Lo ideal es que le hagas saber que entiendes su molestia o enojo, le expliques la situación y le des alternativas para llegar a un punto en que acepte que, a pesar de que no está en control de la situación, es comprendido.
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#3 Sé amable, mas no permisiva

Hacerle saber a tu hijo que lo entiendes no significa darle la razón ni hacer lo que pida; se trata de cuidar la empatía, pero sin perder la firmeza y la claridad de los límites.
Si por tratar de evitar que la situación se salga de control, tú cedes y haces lo que él quiere, le estarás dando a entender que si explota, se sale con la suya. Pero al mismo tiempo, si intentas imponerte por la fuerza, él sólo se encargará de reaccionar y defenderse.
La clave está en saber ponerte de su lado, aún cuando no pueda cumplir con todos sus deseos.
#4 Ayúdalo a encontrar una solución

Solucionar los problemas es una pieza clave para enseñar a nuestros hijos a lidiar con sus emociones. Hacerle saber a un niño que necesita hacerse responsable de sus actos y decisiones, lo ayudará a asumir que puede y debe encontrar la manera de hacer que las cosas funcionen para todos, tanto para él o ella, como para ti.
En lugar de castigarlo, ayúdalo a resolver el conflicto en cuanto su ánimo se tranquilice, y así aprenderá que las decisiones positivas traen consecuencias positivas.
#5 Reconoce su esfuerzo

La meta principal al disciplinar a nuestros hijos es ayudarlos a moldear su comportamiento y corregir errores de conducta que podrían afectarles en el futuro.
Hacerle saber que reconoces y valoras el esfuerzo que está haciendo para resolver el problema, lo hará sentirse apoyado. Así lo ayudarás a convertirse en un adulto responsable y seguro de sí mismo.
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