¿Cuántas veces has puesto reglas en casa que luego nadie cumplió y no hubo consecuencias?¿Cuántos llamados de atención han salido de tu boca y los niños sabían que nunca iban a cumplirse? ¿Cuántas veces has prohibido que los hermanos peleen? Y... ¿cuántas veces has repetido lo mismo una y otra vez?
Reglas básicas para conseguir buena disciplina en el hogar

Cuando son muchas las reglas fallidas que establecemos en casa, como madres y padres sentimos una gran frustración interior que hace que caigamos en una espiral en la que sentimos que es difícil salir y que nuestros hijos hacen lo que quieren.
Si aprendemos a aplicar una buena disciplina en el hogar, las cosas cambiarán para bien, pero antes que nadie debemos ser nosotros mismos los que pongamos de nuestra parte para conseguir buenos resultados. A continuación, te daré algunos consejos para que en tu casa reine la paz gracias a una buena disciplina (sin gritos, sin amenazas, sin malos modos ni malestar).
Respetar espacios
Los espacios deben ser respetados, esto quiere decir que si estás trabajando en casa, cocinando una deliciosa comida o limpiando el salón, los niños deben respetar ese espacio y no molestar a no ser que ellos también estén haciendo algo productivo. Cuando digo no molestar me refiero a que vayan a otra parte de la casa.
Es cierto que muchas veces los niños no pretenden molestar y su único deseo es estar con nosotros, por lo que debemos hacerles ver que podrán estar a nuestro lado si mantienen una buena actitud y también nos ayudan (en el caso que nos puedan ayudar). Pero debemos dejar que sean ellos quienes tomen la decisión de ayudar.
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No trabajar después de las 20.00
Aunque parezca un reto imposible porque parece que le faltan horas al día, esta regla es buena tanto para nosotros como para los niños. De este modo las rutinas de la noche se pueden respetar y todos pueden dormir de forma regular.
Pero esta regla para que funcione tiene que ver nosotros, somos los que debemos hacerlo para que los demás -sin que les digamos nada- sepan lo que les toca también y no tengamos que decirles lo que deben hacer.
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De este modo también podemos dedicar tiempo de calidad a nuestros hijos, jugar con ellos, leerles cuentos, escuchar las historias del día y un largo y agradable etcétera. Así nuestros hijos sabrán que estamos ocupados durante el día, pero que siempre tendremos tiempo para ellos a partir de las ocho de la noche.









