"Es que tiene mucho carácter". "Heredó el genio de su madre/padre". "Es que tiene mucha personalidad". Estas son algunas de las frases que suelo escuchar cuando un niño o niña suele tener muchas rabietas. ¿Será que tiene personalidad o no sabe expresar de forma sana sus emociones?
Rabietas infantiles: ¿Niños con personalidad o solo pataletas?

¿Personalidad o simple rabieta?
Antes de ser madre y de entender muchas cosas que ahora sé por mi experiencia en maternidad, me fijaba en las rabietas de los niños en los centros comerciales, en mitad de la calle o en cualquier otro lugar. ¡Cuanta gente osada y sin hijos se aventura a opinar! Y lo que es peor, ¡a criticar! Escuché barbaridades tales como: "Ese niño de dos años si está así es porque es un mimado o porque en casa todos le gritan". ¡Nada más lejos de la realidad!
Cuando un niño tiene una rabieta es porque no sabe expresar de otra manera sus sentimientos negativos, sean rabia, frustración, enfado, entre otros. Con la rabieta, el niño puede demostrar sus sentimientos (aunque no de la forma más adecuada) y hacer que los padres se den cuenta de ellos.
Es esencial que los padres guíen y orienten al pequeño a poder canalizar sus emociones; es un trabajo que requiere tiempo, paciencia y mucho cariño.
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Qué hacer ante una rabieta infantil
Es muy importante saber cómo actuar ante las rabietas, no siempre resulta algo fácil puesto que los niños son expertos en ponerlo muy difícil. Sin embargo, decir "saber actuar" es demasiado general; una madre y un padre siempre actúan, mejor o peor, pero siempre lo harán de la forma que saben o conocen. Quizá existan padres que necesiten orientación para ir mejor en su camino, pero no por ello deben recibir duras críticas no constructivas.
Como madre o padre de seguro sabes lo que significa la expresión: "Tierra trágame". Pero no debes sentirte mal cuando tu hijo tenga una rabieta en público, evita tus nervios y piensa que te está diciendo que algo le ha molestado.
Las rabietas no suelen ser muy frecuentes pero sí intensas, esto hace que los padres sintamos que todo lo que llevamos hecho con nuestro hijos está mal, pero esto no es así. Es muy probable que los padres en los primeros años de vida de nuestros hijos tengamos días en los que nos sintamos fatal, y otros días tengamos la sensación de que somos los mejores padres del mundo.
Lo importante es educar a los niños con todo el amor que tenemos hacia ellos y con unas normas claras y unos límites bien establecidos, desde el cariño y el respeto mutuo. Y por sobre todo, recordar que ningún niño viene con un manual de instrucciones bajo el brazo.









