La caspa es uno de lo problemas más comunes entre adultos y, aunque sin duda es incómoda, sabes que existen remedios caseros para combatirla. Pero cuando esos puntos blancos aparecen en tu recién nacido y en su cabello que apenas crece, la historia es muy diferente. Pero no te preocupes, aquí te contamos todo lo que necesitas saber sobra la costra láctea.
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¿Qué es la costra láctea?

El nombre de esta condición es dermatitis seborreica. En adultos se manifiesta como caspa, y en los niños con la llamada costra láctea. El Hospital Infantil de Stanford explica que esta puede aparecer durante el primer año de vida del infante. Además de las hojuelas blancas, este padecimiento también presenta descamación y costras que pueden ser de color amarillo.
La buena noticia es que la costra láctea no representa ningún riesgo para tu hijo. Y como señala el Sistema Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) no es dolorosa ni provoca comezón. Tampoco es contagiosa ni es resultado de una mala higiene.

Al igual que la caspa en personas mayores, aún se desconoce la causa exacta que la provoca. Los expertos creen que se debe a una sobreproducción de aceite en la piel propiciada por las hormonas en su cuerpo. También la presencia del hongo Malassezia podría ser uno de los responsables detrás de este efecto.
¿Se puede prevenir?

Por lo general, la recomendación es lavar el cabello de tu bebé con un shampoo suave una vez cada par de días o de acuerdo al consejo de tu pediatra. Como mencionamos en el apartado anterior, el no saber qué desencadena la costra láctea no nos permite prevenirla como tal. Pero como no es peligrosa, no hace falta. La Clínica Mayo afirma que esta condición suele desaparecer por sí sola en un par de semanas o meses.
Es útil saber que este tipo de dermatitis puede presentarse en otras partes del cuerpo, como en nariz, oídos, párpados y entrepierna.
Cómo tratarla

Para deshacerte de la caspa en tu pequeño procura limpiar su pelo una vez al día con el shampoo que utilizas normalmente. Para suavizar las costras, el NHS sugiere masajear la cabeza del infante con un poco de aceite para bebé. Puedes dejarlo incluso durante un par de horas para potenciar el efecto, pero es importante que lo laves después. Dejar el aceite sin quitarlo podría empeorar la situación.
Después, sólo basta con cepillar su cabello con un peine de cerdas suaves. Deja que la descamación se caiga de forma natural y no la rasques o trates de arrancarla.

En caso de que pase el tiempo, sigas los remedios anteriores y no veas ninguna mejoría, lo ideal es llevar a tu bebé al médico. Como describe la Clínica Mayo, los especialistas suelen recetar una crema de hidrocortisona o un shampoo con propiedades antimicóticas.
Ten cuidado de que dichos productos no entren en los ojos del infante, y tampoco compres artículos sin la guía de tu pediatra porque estos sí podrían poner en riesgo el bienestar del pequeño.

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