Muchos padres piensan que la única forma de que los niños desarrollen todo su potencial cognitivo es realizando las tareas escolares. Pero la realidad es que si los niños se aburren mientras hacen los deberes escolares o no están motivados, no consiguen mejorar su capacidad intelectual.
¿Los juegos hacen a los niños más inteligentes?


Los niños necesitan hacer cosas de niños, ¿sabes a qué me refiero? ¡A jugar! Los juegos pueden hacer a los niños más inteligentes (más que los deberes). Pero claro, ¿qué significa para ti ser más inteligente? Porque tu respuesta será clave para poder entender este artículo.
Mejora las habilidades de matemáticas y razonamiento
Los juegos pueden mejorar las habilidades cognitivas de los niños de diversas formas ya que se trata de aprender a pensar lógicamente, mejorar las habilidades de matemáticas, de razonamiento y más cosas que le asegurarán un éxito académico y de pensamiento crítico.
Los niños que juegan a juegos de mesa habitualmente son capaces de aumentar significativamente sus habilidades de razonamiento y la velocidad de procesamiento. La motivación por seguir el juego y por la competencia sana hacen que se concentren más y mejor.
Los juegos de cartas y los juegos de mesa que tienen números de protagonistas, hacen que los niños desarrollen las habilidades en matemáticas casi sin darse cuenta, ¡mucho mejor que pasarse horas sentado delante de sumas y restas!
SIGUE LEYENDO: Los beneficios reales de jugar para los niños

Mejora la memoria de trabajo y estimula la rápida resolución de conflictos
Para aprender las reglas de un juego los niños necesitan ejercitar su memoria, y al hacerlo mantienen sus mentes abiertas y organizadas para mantener la atención durante el juego.
Los juegos también ayudan a que los niños tengan un impacto positivo en las habilidades cognitivas porque puedes resolver conflictos mentales rápidamente, realizan multi tareas mentales, cambian la atención cuando es necesario y además pueden demostrar habilidades espaciales.
Debes saber que tampoco tienes que poner a tus hijos a jugar las 24 horas del día. Lo que importa es que tengan un equilibrio entre el mundo académico y el mundo del juego, porque siendo niños también se crece... ¡y se aprende!









