Uno de los hábitos más peligrosos que puede desarrollar un niño es el de mentir. Por la delicadeza del tema, muchas veces es difícil de aceptar y, más aún, de tratar. Sin embargo, es importante que definamos si este fenómeno se está dando en nuestros hijos para poder atajarlo a tiempo y que no se fije en la personalidad del menor.
La mentira infantil: ¿cómo evitarla?


Antes de tomar cualquier medida, debes estar bien seguro de que tu hijo está mintiendo. Los niños tienen una gran imaginación y pueden fabular con imágenes para luego creer que son reales. Cuando hablamos de mentira infantil nos referimos al acto de falsear la realidad con un propósito consciente, no a la creatividad habitual de los pequeños. Pero la línea entre ambas cosas es frágil y hay que ser muy cuidadosos.
Conviene tener esto claro: no hay niños mentirosos natos, la mayoría desarrolla estas conductas porque se sienten presionados por los adultos. Cuando un niño miente por lo general se ha sentido obligado a hacerlo. Muchos padres establecen en casa leyes muy estrictas que impelen a sus hijos a mentir para poder cumplir dichas expectativas.

No debemos tratar a nuestros hijos con ira y violencia cuando comenten errores. Equivocarse es la vía a través de la cual aprendemos, no debe ser reprimida. Lo único que se consigue en esos casos es crear miedos e inseguridades en los niños, que calzan con mentiras y deshonestidades, evitando el castigo o, en casos peores, el maltrato.
Otra forma en que se origina las mentiras en los niños es cuando copian los comportamientos de los adultos. Muchos padres usan las mentiras piadosas para resolver determinadas situaciones difíciles que no saben enfrentar. Los hijos observan este modo de actuar y lo replican en su realidad.
Las dos mejores maneras de prevenir la mentira infantil son: primero, mantener una actitud honesta en nuestras propias vidas cotidianas, y segundo, establecer una comunicación respetuosa y tierna con los hijos, sin abusos ni excesos, donde seamos firmes pero no autoritarios. Si es cierto que la mentira es un trastorno severo, también lo es que es uno de los problemas que tiene solución si los padres comienzan a cambiar sus estrategias de conducta frente a sus hijos.









