Con el nuevo año nuestros pequeños se aprestan para vivir sus tan merecidas vacaciones; por lo menos, en mi caso, puedo decir orgullosamente que mi hija mayor pasó a segundo año del colegio secundario, sin adeudar ninguna materia, y que mi hija más pequeña le ganó la pulseada a las matemáticas, su talón de Aquiles. Ellas se preparan para su descanso y yo me estoy empezando a preparar para el caos que se avecina. Por eso, necesito un plan de acción, para sobrevivir a mis hijas en estas vacaciones y no terminar con un chaleco de fuerza. Aquí comparto contigo una guía de supervivencia para los padres cuando los hijos están de vacaciones.
Guía de supervivencia para las vacaciones con nuestros hijos

Que sepan descansar, que sepan jugar, que sepan ayudar...
Debo admitir que me colgué el cartelito de "mujer todo lo puede", yo misma, sin que nadie me apuntara con una pistola en la cabeza. Salgo 6:30 horas de mi casa rumbo al trabajo, un comercio que atendemos mi marido y yo. Allí estoy hasta las 14:00 horas. Retorno a mi casa a las 15:00 horas y cuando abro la puerta el caos me está aguardando, quietito y expectante, dispuesto a abalanzarse sobre mí en cualquier momento. Ordeno todo y cuando me puedo sentar a escribir, mientras disfruto de unos ricos mates, ya casi es hora de retirar mis hijas del colegio.
Volvemos y preparo la merienda. Escribo alguna nota más, mientras atiendo sus reclamos y necesidades, y cuando me quiero acordar ya es hora de los baños y de la cena. Resultado, son las 00:00 horas, y ya no tengo fuerzas ni para llegar a la cama.
Y ahora que pienso en sus vacaciones, la cosa se pondrá peor. Pero he decidido, firmemente, cambiar el cartelito que me colgué antes, por uno que diga "mujer todo lo puede...pero con ayuda". Lo he pensado, mis hijas tienen 13 años y 8, a punto de ser 9. Seis manos pueden hacer maravillas donde dos se quedan cortas. Así que distribuiré tareas, para que mis espaldas descansen y su vida no pase por la computadora.
Preparados, listos, ¡a trabajar!
No se trata de esclavizarlas ni mucho menos, pero creo que es importante la colaboración. Me lo repito una y otra vez, para convencerme, para autoconocerme desesperadamente y mantener la firmeza, aunque me pongan cara de pollitos mojados. He pensado que parte de las tareas pueden ser: hacer sus camas y mantener su cuarto y ropas ordenados; que laven la vajilla que vayan utilizando en el transcurso de la mañana; que coloquen en el cesto de la ropa para lavar aquella que está sucia y que si no se va apilando en quién sabe qué lugar; regar, aunque parezca una tarea menor, a mí me insume una hora de mi tiempo; darle de comer al perro y a las dos gatos; organizar y ordenar el playroom, ese lugar donde "arrojan" todo lo que no saben dónde poner.
Es verdad, tal vez me entusiasmé demasiado, pero debo mantenerme firme. Con convicción, con firmeza, con esperanza. Si se te ocurre alguna idea de alguna otra tarea que puedan realizar, soy todo oídos, lo que no asegura que mis hijas lo sean









