Para acabar con la agresividad en los niños y niñas, la ciencia recomienda abrazar fuerte a tus hijos. Así de fácil, así de simple.
Esta es la fórmula para acabar con la agresividad en los niños, según la ciencia


Las investigaciones de la última década indican que hay una relación estrecha entre el afecto demostrado por las figuras de crianza durante la infancia y la felicidad en la vida futura. La ciencia establece que la calidez, el afecto y el cariño expresado por quienes crían resulta en optimismo de por vida.

El afecto, los abrazos, las palabras dulces pueden ayudar a desarrollar una autoestima más elevada, mejor desempeño académico, menos problemas psicológicos y de comportamiento y por supuesto, una mejor y más estrecha comunicación entre padres y madres con sus hijos e hijas.
De la misma forma, las infancias menos favorecidas por el cariño de sus cuidadores tienden a volverse hostiles, aislados, agresivos y antisociales. Los bebés que más abrazos reciben llegan a sentir menos ansiedad en la vida. Por eso, los abrazos bajan la agresividad en tus hijos. Así que comienza a demostrarles más cariño y verás cómo poco a poco disminuye su agresividad.
4 trucos para demostrar afecto diariamente a los hijos e hijas
#1 Abrázalos, mécelos y tócalos todo lo que puedas

Desde que son bebés, cárgalos tanto tiempo como te sea posible, establece un vínculo especial a través del contacto piel con piel.
#2 Sé juguetona
Juega con tus hijas e hijos, establece espacios armoniosos en los que puedas dedicarles tiempo de calidad para convivir de forma segura y divertida.
#3 Vuelve los abrazos parte dela rutina

Asegúrate de establecer un tiempo de abrazos en tu rutina diaria, puede ser todas las mañanas al despertar, o antes de dormir, o realmente poner una "hora de los abrazos" en la agenda familiar.
#4 Disciplina con afecto, no con rigor
Platica con tus retoños sobre lo que estuvo mal, toma sus manos o pon tu mano en su hombro mientras establecen contacto visual, mantén una mirada comprensiva que le permita sentirse escuchado, no una que parezca que lo juzgas, porque te rehuirá la mirada. Hazle saber y sentir que sin importar su error, tú siempre le vas a seguir queriendo.
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