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Escoger el maternal, una tarea muy difícil

Después de que mi bebé nació era más que consciente de que iba a tener que volver al trabajo en algún momento no muy lejano. Al principio no quería pensar demasiado en ello y opté por ir armando un stock de leche materna en el frezzer.

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A los dos meses de Lisandro ya comenzamos a pensar seriamente en qué íbamos a hacer. Había reservado mi licencia para poder estar más tiempo con él, que comenzara un poco más grande y en primavera para evitar los fríos días de invierno. Así que cerca de los 3 meses comencé a llamar y visitar maternales para encontrar uno que colmara nuestras expectativas.

La elección del maternal 

Encontrar el maternal ideal no fue fácil, muchas llamadas, visitas, consejos, investigaciones, ¡puf!, la verdad es que no fue sencillo decidir cuál era el ideal. Creo que, además de tener todo lo necesario para cuidar y contener a los más pequeñitos debe de ser acogedor.

Ver más: Guardería o maternal, ¿qué es mejor?

Imagen Thinkstock

La verdad es que visité varios jardines maternales y sólo en uno me dieron ganas de quedarme, y es el que escogí para mi bebé. Es importante que más allá de que esté habilitado por el organismo estatal que corresponda, la higiene y las condiciones del local sean óptimas. También es importante el personal a cargo, las maestras, que serán las que le cuidarán y mimarán todo ese tiempo que no esté con mamá y papá.

Volver al trabajo

A los cuatro meses de Lisandro llegó el momento más difícil para mi, había que volver al trabajo y Lisandro comenzó su etapa pre escolar.

El período de adaptación fue bastante rápido, es que mi gordito no hizo demasiado problema. Si bien extrañó, y lo sigue haciendo hasta el día de hoy, siempre le gustó estar con niños y jugando, así que todo fue más simple.

Afortunadamente pude gozar del medio horario de trabajo hasta que cumplió el año, así que hasta que cumplió el año solo iba 4 horas por día. Las cuatro horas más largas para mi, pero él pasaba bien, de las 4 horas dormía 2 y las otras dos comía.

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Dejar a nuestro bebé en manos de un absoluto desconocido es realmente difícil, es por eso que debemos investigar, ver el lugar, conocer a las maestras y sentirnos a gusto. No es algo que se hace a la ligera, hay que resolverlo con tiempo, para volver al trabajo tranquilas y sabiendo que nuestro bebé está bien, cuidado y en buenas manos.

La próxima semana te compartiré más experiencias personales de la hermosa aventura de ser madre aquí, en nuestra sección De mamá a mamá.