Poner límites, revertir ciertos comportamientos y hacer de nuestros hijos unos niños disciplinados no siempre resulta una tarea fácil. Cada hijo es diferente y debemos ir aprendiendo sobre la marcha la mejor forma de proceder, lo que a su vez nos lleva experimentar con distintas alternativas que no siempre son las más acertadas.
Errores que cometemos los padres al disciplinar a nuestros hijos

Si quieres ser un mejor padre o mejor madre, echa un vistazo a estos 5 errores que los padres cometemos al educar a los hijos. Avanza a la página siguiente para conocerlos.

#1 Perder las formas
Esto es algo muy habitual, y no se trata de que los padres nos sintamos culpables por hacerlo, sino de corregirlo. La única forma en que se puede conseguir una relación respetuosa es que sea una práctica de ida y vuelta. Piensa en cómo nos gusta que nos traten en el trabajo o cómo lo hacemos con nuestros amigos, y tratemos igual a nuestros hijos.
Los niños necesitan en ciertos momentos escuchar una voz firme que denote cierta autoridad y mucha seguridad, pero libre de insultos, humillaciones y gritos. Siempre que tengamos que reprender a un hijo debemos hacerlo mirándolo a los ojos e inclinarnos a su altura.

#2 No frenar los impulsos
Todos tendemos a reaccionar de forma más exagerada o desubicada cuando una situación nos toma por sorpresa. Si acabamos de enterarnos de que nuestro hijo hizo algo indebido o ha tenido un mal comportamiento, contemos hasta 100, demos un paseo o digamos “pronto hablaremos” y dejemos pasar unos cuantos minutos antes de hablarle de lo sucedido. De éste modo evitaremos decirle cosas que quizá no sea del todo ciertas o que no sintamos, y podremos controlarnos para no gritarlo o actuar de forma brusca. De lo contrario el castigo puede ser desproporcionado en relación a lo que haya hecho.

#3 No ser consecuentes con lo que decimos
Es necesario marquemos reglas claras y que nuestros hijos las entiendan. Por ejemplo, si queremos que nuestro hijo todos los días haga la tarea del colegio nada más al llegar de clase, entonces debemos decírselo y hacer un calendario en donde quede registrado. Debemos hablarle de las consecuencias que tendrá en caso de que esto no se cumpla y aplicar las sanciones correspondientes.

#4 Aplicar castigos sin explicaciones
Lo ideal es llevar a los hijos por el camino del aprendizaje; es decir, hablar con ellos y hacerles entender el por qué está mal que reaccionen o se comporten de cierta manera. Ponerles ejemplo y situarlos en la circunstancia a fin de que puedan comprender siempre es más constructivo que aplicar un castigo de forma directa solo porque se está enfadado.

#5 Actuar de modo contrario
Los hijos aprenden de nosotros, de nuestro ejemplo, por lo que si les pedimos que no griten o que se comporten de cierta manera, nosotros también debemos comportarnos así. Debemos mostrarles cómo se hace y predicar con el ejemplo, no enviarles mensajes contradictorios; si en algún momento tenemos que actuar de modo distinto y debemos saltear nuestras propias normas, lo mejor es que les expliquemos por qué lo hemos hecho.
Poner límites a los hijos es necesario, pero debemos hacerlo con amor y desde una perspectiva constructiva, de un modo que implique menos castigo y más entendimiento, lo que se traducirá en armonía y bienestar para toda la familia.









