La placenta es un órgano vital para el crecimiento y desarrollo del bebé en el vientre de la mamá. No obstante, en ocasiones puede presentar complicaciones que ponen en riesgo la vida del bebé o de la mamá. Una de ellas es el desprendimiento de placenta. ¿Habías escuchado hablar de esto?
El sangrado durante el tercer trimestre de embarazo es señal de una grave complicación



¿Qué es el desprendimiento de placenta?
La placenta es el órgano adherido a la pared superior o lateral del útero, que te conecta con tu bebé. Mayo Clinic explica que la placenta es la encargada de brindar el oxígeno y nutrientes necesarios para que el bebé crezca. También elimina los residuos de la sangre del bebé.
Una vez que nace el pequeño, la placenta es expulsada; sin embargo, ésta se puede desprender ligera o gravemente durante el embarazo.

De acuerdo con el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, el desprendimiento de placenta se da cuando la placenta se separa, de forma parcial o completa, de la pared del útero antes del parto.
Esta complicación puede ocasionar que el feto no reciba suficiente oxígeno y nutrientes, así como que la mamá pierda una importante cantidad de sangre.

Los expertos de Better Health, el sitio oficial del Departamento de Salud y Servicios Humanos del Gobierno de Australia, explican que esta complicación ocurre en un embarazo de cada 100.
Alrededor del 50% de los casos de desprendimiento de placenta son leves y, con los cuidados pertinentes, se pueden obtener resultados favorables para la mamá y el bebé. El 25% de los casos son moderados. No obstante, el 25 por ciento restante sí puede amenazar gravemente la vida del bebé y de la mamá.

¿Cómo detectar el desprendimiento de placenta?
El desprendimiento de placenta normalmente ocurre durante el tercer trimestre de embarazo. Sin embargo, también puede presentarse desde la semana 20 de gestación.
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos explica que uno de los síntomas más comunes del desprendimiento de placenta es el sangrado. Cabe mencionar que en ocasiones, las sangre puede acumularse entre la placenta y la pared uterina, por lo que puede no haber ningún tipo de sangrado.

Si bien una hemorragia es el síntoma de alerta más común en esta condición, no es el único. El dolor abdominal y de espalda punzante, dureza en el abdomen y contracciones también acompañan esta complicación.
Si presentas cualquiera de estos síntomas, es sumamente importante que acudas al hospital. El tratamiento del desprendimiento de placenta depende de la gravedad de la afección. Éste puede ser desde guardar reposo, hasta tener un parto inmediato.

¿Qué causa el desprendimiento de placenta?
De acuerdo con expertos de la Universidad de Búfalo, no se conoce una causa específica que ocasione el desprendimiento de placenta.
No obstante, existen factores asociados con su aparición que se pueden agrupar en tres categorías: historial de salud de la mamá, embarazo actual y traumas inesperados.

#1 Historial de salud de la mamá
Los factores principales que entran dentro del historial de salud de la mamá, que aumentan el riesgo de presentar desprendimiento de placenta, son fumar:
- Consumo de drogas durante el embarazo
- Ser mayor de 35 años
- Padecer hipertensión
- Haber sufrido desprendimiento de la placenta en un embarazo anterior.

#2 Embarazo actual
Tener un embarazo múltiple, tener el cordón umbilical corto, sufrir preeclampsia (tener presión arterial alta después de la semana 20 de gestación) o padecer polihidramnios (exceso de líquido amniótico, el líquido que rodea al bebé) son condiciones del embarazo actual que pueden ser factores de riesgo del desprendimiento de placenta.

#3 Traumas inesperados
Los traumas inesperados se refieren a accidentes o lesiones de gravedad durante el embarazo, como sufrir un accidente automovilístico, caerse o experimentar un golpe fuerte en el vientre o abdomen.

¿Cómo se puede prevenir el desprendimiento de placenta?
En general, no se puede prevenir tal cual el desprendimiento de la placenta. Sin embargo, sí puedes reducir las posibilidades de presentarlo. Por ejemplo, no fumar, no consumir sustancias nocivas como alcohol y drogas, controlar la presión arterial, entre otras.
Asimismo, es importante que acudas a las citas médicas prenatales, para llevar un adecuado control del embarazo e identificar con tiempo cualquier complicación que se presente.

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