¿Cómo actúas si tu hijo dejó de nuevo el tazón del desayuno en la mesa y no en el fregadero? ¿Lo llevas tú, le dices con calma que lo lleve a su sitio o le gritas? ¿Y si tiene su habitación sumida en un profundo desastre?
El ejemplo de dos padres que educan con disciplina y creatividad

Los gritos no educan, ni los castigos indiscriminados, ni tampoco los malos modos. Con las normas y los límites se puede ir mucho más allá sin necesidad de enfadarse todo el tiempo o de crear un mal ambiente, pero ¿cómo conseguirlo? Con creatividad y diversión para todos. ¡Veamos!
Los niños están acostumbrados a las mismas reprimendas una y otra vez, por lo cual dejan de hacer caso, incluso dejan de escuchar. ¿Y por qué iban a hacerlo? Siempre les decimos lo mismo, a todas horas, y no nos fijamos en lo que hacen bien. Esto debe cambiar ¿qué te parece llamar la atención a tu hijo con creatividad?
A continuación, te diré dos ejemplos reales de padres que, ante la nula respuesta de sus hijos ante las normas de la casa, tomaron medidas distintas. ¿Cuál fue el resultado? Presta atención, continúa leyendo para saber qué pasó.
La hija que no quería arreglar su cama

Hace no mucho leí que una niña preadolescente no hacía la cama y la madre llegó a la conclusión que la niña no la hacía porque no quería dormir más con sábanas y se lo comentó a su hija. "¿No quieres dormir más con sábanas?, ¿no haces la cama porque te da igual dormir bien cobijada?" La hija se rió y la madre, en lugar de enfadarse o entrar en cólera, decidió pasar a la acción.
¿Qué hizo? Tan sencillo como quitarle las sábanas de la cama y dejarle únicamente el colchón, ¡de este modo no tendría que hacer más la cama si no quiere! La hija sorprendida tuvo que encontrar un saco de dormir y usarlo para cobijarse durante la noche. Arrepentida por su comportamiento le preguntó a su madre dónde estaban sus sábanas y le dijo que no le importaría hacer la cama a partir de ahora y por siempre, y desde entonces la chica hace la cama cada día sin rechistar.
Los hijos que andaban a oscuras

Un padre estaba harto de que sus hijos no apagaran la luz al salir de las habitaciones por lo que la factura de la luz se incrementó notablemente. ¿Qué hizo?
Quitó todas las bombillas de la casa y les dio a cada uno de sus hijos una bombilla para que enroscaran y desenroscaran cada vez que lo necesitasen. Unos preferían ir a oscuras un tiempo puesto que les parecía divertido, pero al final de unas semanas todos aprendieron a apagar y encender las luces siempre que correspondía. ¡Solucionado!
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¿Qué hubieras hecho tú en estas situaciones? No todas las situaciones de desobediencia de nuestros hijos son aptas para aplicar la disciplina creativa, pero si comenzamos a aplicarla en aquellos casos en los que la disciplina convencional parece no tener efecto, tal vez nos veamos sorprendidos con el resultado.









